Los Mejores Discos de 2017 (Nacional)


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Un año más llega a su fin y un año más (cuarto ya para nosotros) toca echar la vista atrás para recopilar en una humilde lista los discos que más hemos disfrutado quienes volcamos nuestra opinión en estas páginas casi a diario. Comenzamos hoy con el apartado nacional, distinción seguramente absurda teniendo en cuenta la cantidad de propuestas interesantes que encontramos año tras año en este país y que poco o nada tienen que envidiar a muchas de las que vienen de fuera. Sea como sea, aquí están nuestros 25 discos favoritos sin más orden que el del riguroso alfabético. Entre ellos encontramos punk, hardcore, electrónica, power pop, américana, canción de autor, ramalazos de flamenco y propuestas tan difícilmente clasificables como ridículas son las etiquetas que intentan definirlas.
Como siempre, hemos aprovechado este 2017 al máximo también en lo que a la música en directo se refiere, eso que realmente nos da la vida y hace que todo esto cobre sentido. Un año que arrancábamos por todo lo alto con bolazos tan memorables como el de Triángulo de Amor Bizarro o Enric Montefusco. En nuestras retinas y en nuestros tímpanos quedará también el poso del solemne show que ofrecieron Exquirla erizándonos cada vello de la piel, además de una nueva demostración de clase por parte de un Enrique Bunbury en plena forma. Todo ello sin olvidar el nacimiento de propuestas interesantes como el Ballantine’s True Music Festival, que con su particular formato de conciertos en recintos de pequeño y mediano aforo nos hacía disfrutar entre otros de la maestría de Pájaro o la pegada de nuestros queridos Berri Txarrak.
Y precisamente junto a Gorka Urbizu firmábamos una de las entrevistas más sustanciosas de este periodo. Un año en el que también hemos conversado a lo largo de nuestras paginas con artistas consagrados como Javier Corcobado o Eric Fuentes para hablar del regreso de The Unfinished Sympathy, todo ello sin perder de vista la eclosión de grupos tan brillantes como Señores, Cala Vento o Disciplina Atlántico entre otros tantos.
Ahora toca mirar hacia delante, hacia un 2018 en el que se esperan unos cuantos regresos discográficos de lo más interesantes y en el que seguiremos al pie del cañón desde el primer día hasta el último.
«En sus nuevas canciones, grabadas y mezcladas por los hermanos García en los Ultramarinos (como no podía ser de otra manera) Anchord llevan un paso más allá una propuesta que nació centrada en el hardcore melódico, el de zapatilla y para adelante, para reducir en parte de los temas las revoluciones y darle una vuelta de tuerca a su sonido. A pesar de quedar en el álbum algunos pildorazos de efervescencia juvenil como ‘From a Cage’, ‘Bad Cop’ o ‘La Muntanya’, es en temas más enrevesados, en los que sus guitarras juguetean entre cambios de ritmo y melodías vocales que se entrelazan, donde encontramos a los Anchord más excitantes».
Ángel Stanich – “Antigua y Barbuda”
«Difícil no conectar con unas letras cotidianas y afiladas en las que a base de metáforas o de manera explícita Stanich da un buen repaso a la casi siempre surrealista actualidad que vivimos en este país. Lo hizo de manera brillante con ‘Señor Tosco’ en el ya mencionado EP y repite en “Antigua y Barbuda” con canciones como la trepidante ‘Mátame Camión’, la luminosa ‘Hula Hula’, por la que se asoman sintes ochenteros, guitarras funk y vientos de sabor discotequero, o la inicial ‘Escupe Fuego’, peligroso tema para comenzar un disco ya que corres el riesgo de quedarte atrapado en él».
«En “Skin”, Louise Samson adquiere todo el protagonismo vocal mientras que Ferrán Palau, con quien compartía labores al micro, se sitúa tras los teclados dejando ese sentimiento folk que siempre le ha rodeado para su interesante proyecto en solitario. Poco o nada de aquello podemos encontrar en unas canciones que transitan entre la electrónica más expansiva a la más minimalista, siempre rodeadas por un halo de oscuridad y la hipnótica voz de Louise, que nos pone alerta ante un mundo terriblemente alienado, la soledad del individuo, la incomunicación, la idiotización digital y la impasividad ante un planeta y una sociedad que se desmorona a marchas forzadas. Tan solo ese estremecedor canto a la esperanza y la liberación que es ‘Hidden’ parece arrojar algo de luz a unos textos a los que el colchón de graves, bajos y samplers ponen banda sonora».
Berri Txarrak – “Infrasoinuak”
«Todos los Berri Txarrak que conocemos y algunos más se convierten en uno solo para ejecutar un álbum redondo y sin fisuras de principio a fin […] Que la banda haya repetido en este disco a la producción con Bill Stevenson, batería en su día de Black Flag y ahora de Descendents no es una casualidad, pero igual de cierto es que lejos de llevarlos a su terreno, Berri Txarrak han mantenido intacta su incuestionable personalidad y han dado forma, a su manera, a otro discazo indispensable. Como decía al principio, nadie dudaba de ellos».
Biznaga – “Sentido del Espectáculo”
«Biznaga logran con “Sentido del Espectáculo” hacer de lo callejero algo casi museístico a base de unas letras que, sin perder un ápice de rabia ni dulcificar su mensaje, se retuercen dando forma a su particular tenebrismo poético. Un rasgo de raza con el que los madrileños se ganaban la opción de grabar este segundo trabajo discográfico con Slovenly Records, abriendo así brecha en otros mercados y logrando con ello la oportunidad de girar por Estados Unidos y América Latina.»
«Como ya ocurriera con su debut, “Fruto Panorama” se abre con dos canciones perfectas para atraparte. Tanto la entrañable ‘Historias de Bufanda’ (con ese “te jodes y bailes, disfruta de la vida” que ya nos acompañará siempre) como ‘Isla Desierta’ son dos hits incontestables, de perfecta melodía, pegadizos estribillos y cabalgante ritmo. En ellas, como en el resto del álbum, vuelven a combinar y alternar sus voces de igual manera que controlan el tiempo y pasan de esas partes cantadas sobre el mínimo de instrumentación a las explosiones sonoras. Y aunque el espíritu continuista impregna todo el disco se desmarcan ligeramente y por momentos hacía los márgenes con pequeños detalles».
«Embajadores” va más allá del barrio, es una actitud, un reflejo de los tiempos que corren. Camellos llegaron con urgencia, como urgentes son los retorcidos himnos pop que conforman con fiereza adictiva su debut, un álbum que al escucharlo uno siente la necesidad de instalarse un rato en una especie de limbo perpetuamente post-adolescente […] Aquí dentro hay punk en la actitud y mucha preocupación pop en las formas. Quizás sea eso y el hecho de haberlo grabado en un par de días lo que refleje en el resultado tanta frescura. No es tanto lo que se vaya a decir sino como se cuida y transmita el mensaje final».
«Aunque priman las bofetadas sonoras en la línea de The Bronx, como es el caso de una ‘Eating Sand’ con vocación de single y arrolladora potencia vocal, o esa ‘Among Stars’ que es todo un chispazo de acelerado punk melódico y que te recorre como un escalofrío de cabeza a pies, Cuneo consiguen también arroparnos a base de guitarras expansivas y partes instrumentales […] Vibrante carta de presentación que se publicará el próximo mes de mayo y con la que Cuneo irrumpen con fuerza en el panorama hardcore nacional a base de incontestable energía y actitud».
Disciplina Atlántico – “Gran Oriente”
«No se dejen engañar por ‘Familia de Metal’, tema que abre amablemente el primer larga duración de Disciplina Atlántico. Cuando su jingle final deja de sonar y entra el bajo de ‘Pantano (mierda de)’ se desata la bestia, una que no va a volver a la madriguera en casi ningún momento de los siguientes cuarenta minutos. Sobre aplastante base rítmica los acelerones y frenazos guitarreros van a ser la constante que articula unas canciones que nos transportan a nuestra tierna y descerebrada juventud, siempre con ese espíritu escapista de la mal llamada (y ahora inexistente) clase media por bandera. Ganar algo de dinero y dejar atrás ese decadente pantano para por fin llegar a una playa (casi igual de decadente) como único modo de evasión».
«Gritones y poderosos, Encono nos zarandean de nuevo con cambios de intensidad y explosiones de rabiosa energía durante media hora repartida en ocho canciones. Un recital de angustia existencial hecho música que están llevando ahora de nuevo a los escenarios, hábitat natural de una banda que ha sabido trasladar esa energía que da la música en vivo a la grabación de sus canciones a la perfección. Crudos y salvajes, como esa ‘Sed Industrial’ que cierra el disco».
Exquirla – «Para Quienes Aún Viven»
«Basado en el libro de Enrique Falcón, “La Marcha de los 150 Millones”, el debut discográfico de Exquirla titulado “Para Quienes Aún Viven” desborda todas las expectativas dando lugar a un poemario único donde el cante visceral y colérico de El Niño de Elche se integra a la perfección con esos paisajes que Toundra van haciendo crecer en intensidad antes de desatar sobre ellos la furiosa tormenta. Un disco que precisa de varias escuchas detenidas para poder entender y emocionarse con todo lo que intenta contarnos a través de esas letras rebosantes de rabia».
«Precipicio” es el nuevo disco de Futuro Terror y en él he encontrado todo lo que busco en un álbum de punk hoy en día. Con un sonido algo más depurado que el de su anterior trabajo, aquel “Su Nombre Real es Otro” del que ya os hablamos el pasado año, siguen dando en el clavo aquí. Lo hacen con el punto justo de limpieza entre la suciedad, con unas melodías tan cuidadas como espontáneas y con unas letras que no titubean al bañar la siempre necesaria crítica social de una capa de vivencias personales que se alejan de lo obvio más que nunca».
«Con la trágica historia que precedía a su presentación, “Banzai” veía definitivamente la luz y se colocaba por méritos propios en el lugar que le correspondía entre los mejores discos del año. Lo hacía con las armas más poderosas de Gata Catana: conquistando corazones, revolviendo estómagos y agitando mentes. Bajo la producción impoluta y magistral de D. Unison, ayudado por I Ace y Nico Miseria, Gata Cattana comienza a ponernos la piel de gallina con esa ‘Nada Funcionando’ con la que ya desde el inicio deja su sello lírico plagado de referencias históricas, mitológicas y políticas que terminan por dar personalidad a su obra».
Jamie 4 President – “The Heartbreak Campaign”
«Los Jamie han vuelto a escena en 2017 con formación renovada, incorporando a sus filas a dos grandes como Xavier Calvet, de Bullitt, y Borja Pérez, de Please Wait, para, junto a los habituales Jamie R. Green y Pablo González publicar su tercer larga duración. Lo que no ha cambiado ese buen gusto por las buenas melodías, a veces aceleradas, a veces con la pausa justa y necesaria. «The Heartbreak Campaign» es un tratado de power pop a la altura de los grandes y uno de los mejores discos del año. Ahí está la urgencia pop de ‘Power Ballad Prince’, la emotividad semi acústica de la inicial ‘The Day I Fell for a Gypsy Girl’ o el impecable estribillo de ‘Everything Fades’ para dejarlo claro»
Joe La Reina – “Esas Nuevas Modas”
«Esas Nuevas Modas” de entrada no se lo pone nada fácil al receptor, aunque me atrevería a decir que tiene más inmediatez que su predecesor. Continúan por el camino del inconformismo sonoro, juegan a descolocar con estructuras imprevisibles y cierto es que funciona. Hipnótico y crudo, el disco se revela en sus textos como un acertado retrato de la actualidad pero situándose en ninguna parte, lo cual lo hace mucho más interesante. Igualmente se puede decir que no se han cortado un pelo con la producción y da la impresión de que han instalado la tienda de campaña en el estudio. La sucesión estilística que recorre el álbum y que va del R’n’B al folk pasando por la electrónica beneficia cada punto y cada coma, cada bocanada de aire».
José Ignacio Lapido – “El Alma Dormida”
«El Alma Dormida” tiene más sombras que luces, empañado quizás por el recuerdo de su madre, quien falleciera hace más de un año. Tiene también una banda que si antes la creímos inmejorable es porque no contábamos con la magia y el romanticismo que le podía dar esta nueva, aunque de sobra conocida, incorporación. Jacinto Ríos, el bajista más carismático de todas las formaciones de los Cero se une al proyecto y vuelve así al mundo discográfico […] Lapido ha vuelto a hacerlo, ¿acaso alguien lo dudaba? Necesitamos más gente como él, soñadores y no intérpretes de sueño».
Josele Santiago – “Transilvania”
«Ahora, con un título tan evocador como “Transilvania” y un primerísimo plano del autor bajo un fondo helado nos regala su mejor colección de canciones en años, y aunque en esencia no puede ser más él mismo, la forma de vestir cada pieza es muy diferente. Pareciera que aquí se mirara con lupa de que están hechas estas coplas para acabar subrayando el detalle. Lo dicho, estamos ante un disco de canciones de las buenas, de las que funcionan vestidas o desnudas, pero también ante una obra de detalles, de esas que a cada escucha te van revelando algo más».
Lagartija Nick – “Crimen, Sabotaje y Creación”
«Es esta una obra concebida para escuchar de principio a fin, sin fisuras ni el más mínimo relleno. Todas, absolutamente todas las canciones, mantienen la calidad y la unidad de un lenguaje que después de décadas es exclusivamente suyo. La preciosa melodía con la que se inicia el álbum, la rabia en el texto y las armonías que desprenden las guitarras de ‘Mapa de Canadá’ nos sitúan rápidamente: estamos ante los mejores Lagartija. Ellos mismos aseguran que “si nuestro entorno es violento nuestra música abandona la paz”, tal y como se aprecia en ‘Agonía, Agonía’, de la que se dice que aglutina toda le experiencia punk de las últimas décadas para resumirla en una canción absolutamente visionaria».
Los Planetas – “Zona Temporalmente Autónoma”
«Un álbum donde por supuesto una vez más Los Planetas siguen a lo suyo haciendo del mestizaje un idioma universal, pasando completamente de cualquier expectativa que se pudiese haber depositado en este nuevo trabajo. Y precisamente siendo consecuentes con estos principios, que se extienden más allá de lo sonoro, arranca el disco con la majestuosa ‘Islamabad’, un palo en las costillas al fundamentalismo religioso que siempre estuvo presente en el mundo desde las primeras civilizaciones pero que tristemente sigue siendo en pleno siglo XXI algo por superar y que en buena medida marca algunas de las canciones de un álbum con un alto componente crítico».
«Producido bajo la tutela del astuto oído de Ricky Falkner, las letras vuelven a jugar un papel protagonista en lo nuevo de Nudozurdo, resultando por momentos incomprensibles e incidiendo más en sentimientos personales que en razonamientos moralistas. Un lamento doliente, crudo y agresivo que reparte contra todo lo que pilla a su paso. Desde su inicio con ‘Bondage Belcanto’, que arranca con las melodías más tropicales y termina sumida en la afligida voz de Leo Mateos y el empaque que aportan las líneas de bajo de Meta y la batería de Ricky Lavado».
Pablo und Destruktion – “Predación”
«En este cuarto disco el asturiano pone punto y final a su primera etapa y da por concluido el estudio-aprendizaje de su peculiar epifanía místico-sentimental […] La producción de Paco Loco le ayuda bastante a establecer los contornos definitivos de su sonido y personalidad. Para muestra el arrepentimiento de ‘Puro y Ligero’ al ritmo de un bajo que saca musculo obsesivamente. También la España de “farlopa, puticlubs y jubilados” que sobrevive a costa de “subsidios y trapicheos” queda retratada en su cara más feista en piezas como ésta o ‘El Mejor Traje de Seda’, donde el músico invoca a sus ancestros para caer en la cuenta de que poco o nada cambiará si no reventamos un sistema, el nuestro, manejado en esencia por analfabetos funcionales».
Tachenko – “Misterios de la Canción Ligera”
«Lo más valioso de este capítulo nos lo encontramos al principio de la historia, con las inéditas (suponemos compuestas para la ocasión) ‘Armagedón’ y ‘Nuestra Especialidad’. Arropados por una acústica trenzada y un piano que marca el tiempo a modo de brisa en la primera nos invitan a fijarnos en sus partes más profundas. Y es que no todo van a ser canciones felices. ‘Nuestra especialidad’, por su parte, hace un tiempo que está disponible por las redes y remitiéndonos a los hechos es la segunda canción más escuchada de los maños en Spotify. Desencantada y con una nostalgia punzante se convierte en una de las mejores del lote, sin desmerecer lo que vendrá a continuación».
The Secret Society – “Hacemos Ruidos Raros al Rompernos”
«Como si las canciones se hubieran cocinado a fuego lento durante estos últimos cuatro años, todas las emociones representadas aquí con una sensibilidad excepcional también han ido creciendo poco a poco en nuestras vidas durante este tiempo. La mayoría de este repertorio dio muchas vueltas y se pudo escuchar en otras ocasiones, aunque nunca poseer. Lo hacemos ahora por fin y con un chute de adrenalina extra, el que le ha dado la nueva banda y que parece rellenar el agujero de un nombre que para un solista se quedaba un tanto pequeño […] Aquí los ruidos más que raros suenan precisos, como si valiera la pena romperse para volver a reconstruirse».
The Unfinished Sympathy – “It’s a Crush!”
«De cierto espíritu continuista, en «It’s a Crush!» despachan once canciones en poco más de treinta minutos con las que demuestran no haber perdido el tacto para crear singles de redondo power pop (‘Loveshake’, ‘Sentimental Shock’) ni tampoco las ganas de hacer ruido a base de contundencia y urgencia punk (‘Christe Me’) o mostrando su cara más densa, oscura y rugosa (‘Night Shift’). De igual manera, esa melancolía que siempre ha rodeado a sus mejores canciones sigue aquí presente en la punzante ‘Sensual Tension’ o esa dupla final que forman ‘A Joyful Dirge’ y una ‘Vapor Stairs’ que supone el primer acercamiento del grupo a terrenos acústicos y que sirve como perfecto colofón al álbum».
«Bautizado como “Firebird”, al primer viaje de Calvet en solitario nos da la bienvenida ‘The Grey Lane’ y esa cuenta hacia delante inicial tan acogedora. Una invitación irrechazable llena de calidez que desemboca en la impecable ‘Honolulu’, donde nos encontramos ya con ese aluvión de pequeños detalles que hacen crecer el disco a cada escucha. Declarando su amor a bandas como Wilco o a la versión más “americana” de Ryan Adams (tal vez aquella junto a sus Cardinals) entran en escena el sutil steel ejecutado por Vidal Soler, los teclados de Guille Caballero o la siempre detallista labor de ese hombre para todo que es Marc Clos para arropar unas canciones que contaban ya con un esqueleto sólido como una roca».