[Actualidad] Nudozurdo – “Voyeur Amateur” (2017)


Amado y apaleado a partes iguales, el experimento electrónico de «Rojo es Peligro» ponía a Nudozurdo en otra órbita sonora en la que bailaban sus penas a ritmo de sintetizador. Un affaire extramatrimonial del que vuelven con nuevas experiencias y que encuentra ahora su contrapunto en la oscuridad manifiesta de este «Voyeur Amateur». Tal vez su trabajo más uniforme hasta la fecha y que con total seguridad se encontrará entre los mejores discos de este 2017 cuando finalice el año.
Producido bajo la tutela del astuto oído de Ricky Falkner, las letras vuelven a jugar un papel protagonista en lo nuevo de Nudozurdo, resultando por momentos incomprensibles e incidiendo más en sentimientos personales que en razonamientos moralistas. Un lamento doliente, crudo y agresivo que reparte contra todo lo que pilla a su paso. Desde su inicio con ‘Bondage Belcanto’, que arranca con las melodías más tropicales y termina sumida en la afligida voz de Leo Mateos y el empaque que aportan las líneas de bajo de Meta y la batería de Ricky Lavado. Frases lapidarias que crecen en intensidad con la aplastante ‘Voyeur Amateur’, llamada de auxilio desesperada al reducto cada vez más minoritario de la sensatez. Un tema capaz de inducirnos a un estado mental que termina por resultar tan paranoide como coherente ante una realidad social a menudo absurda y difícil de explicar. Mención aparte para el desgarrador relato de ‘Estás Tan Perdida’, que con sus pianos y violines ahonda en la necesidad de reclamar un poco más de amor propio en estos tiempos que corren. Pero sin duda el punto más álgido y descarnado lo encontramos a lo largo de los nueve minutos que dura ‘La Ruta de los Balcanes’. Un viaje que dará comienzo en las atmósferas más arábigas y que terminará a golpe de noise en esas «ciudades nuevas donde no te quieren ver». Apocalíptica y devastadora como pocas, apuñala nuestra conciencia colectiva sin rodeos: «Europa brilla sin corazón. Mató a mi hijo y a mi mujer, aunque ya he llegado, ya no soy yo».
Les queda tiempo también para hurgar en las heridas del desamor y en los deseos más inconfesables con ‘Beso Co-Rector’ o la nostálgica ‘Úrsula Hay Nieve en Casa’, donde coquetean con el sonido de Love of Lesbian para terminar con un desarrollo instrumental que da testimonio de su calidad como músicos. Aunque para hablar de excelencia musical nada mejor que echar mano de ‘Genocida Bilingüe’ o ‘Jaula de Oro’, donde por momentos es imposible no recordar a aquellos Pixies sombríos y densos de la era «Doolittle», o lo que es lo mismo, de una de las mayores cumbres musicales de los últimos treinta años. Y eso, salvando las distancias, es mucho, mucho pero que mucho decir en favor de Nudozurdo.