[Actualidad] Lagartija Nick – «Crimen, Sabotaje y Creación» (2017)


“Escarbad y hallareis la luz«. Como si a modo de advertencia quisieran desvelarnos la esencia de su existencia, estas líneas incluidas en el primer surco de «Crimen, Sabotaje y Creación» parecen decir mucho más de lo que dicen, avisando que quedarse en la superficie ya no sirve, que merece la pena hacer el esfuerzo y profundizar en una obra tan valiente como arriesgada y temeraria.
Hablar de Lagartija Nick es hablar de integridad, de justicia poética, de búsqueda, de inconformismo y de rebeldía. Todo ello a costa incluso de ellos mismos. Ya desde el comienzo, en su visionario y anfetamínico «Hipnosis» anticipaban que «el mundo del rock es un trampolín para los mediocres; queremos ser una maldición con un ojo puesto en nuestra salvación» (‘Dejalos Sangrar’). Después llegaría «Inercia”, con su collage del consumismo, y completarían la trilogía inicial con el más oscuro y post “Su”, arropados ya en él por el calor de una multi como Sony, que nunca supo bien qué hacer con los granadinos.
Arrebatados y vampirizados por las enseñanzas del maestro Morente y en compañía de su entorno registran para la historia el impresionante «Omega», obra imprescindible donde el cantaor, apoyado por la banda, parte el flamenco en dos. Por desgracia no solo esto se partió, también el grupo se resiente en el largo proceso creativo. Eric abandona entonces la banda para unirse a Los Planetas y tanto Juan como Mar no aguantan dentro mucho más. Después, con «Val del Omar», Arias reivindica la figura del injustamente olvidado artista granadino y se vuelve a anticipar una vez más a todos. Con el paso del tiempo llegarían exposiciones y homenajes en el Reina Sofía pero en aquel momento incluso la discográfica llegó a pensar que el personaje era una invención de Arias y, por supuesto, aprovechó para darle a la banda el golpe de gracia.
Musicalmente ya no eran de este mundo pero lo que sí continuó siendo coherente fueron sus textos, cada vez más espaciales y al mismo tiempo tradicionales, como apegados a la tierra. Tras dos álbumes extremos como lo fueron “Lagartia Nick” y “Ulterior” la banda regresó al mundo de los vivos recuperando a Eric y ajustando la formación. A partir de ahí se vino lo mejor. “Lo Imprevisto”, “El Shock de Leia”, “Larga Duración” y “Zona de Conflicto” son una amplia muestra de todo lo que la banda es y fue. Tras ellos Los Evangelistas y los “Multiversos” en solitario de Arias ampliaron su registro sonoro y su forma de asimilar lo propio, y una sola escucha de ‘Soleá de la Ciencia’ o ‘En un Sueño Viniste’ explicará todo mejor que estas humildes e ilusionadas palabras.
En 2012, tras un afortunado giro del destino, la formación original, con Juan Codorniu y Mar Pareja a las guitarras, rescata en directo “Hipnosis” para también repasar lo mejor de sus tres primeros álbumes. Por el camino vuelven al “Omega” con la familia y discípulos del cantaor y así acaban desembocando en este inevitable y vibrante «Crimen, Sabotaje y Creación», titulo tomado de una canción ya editada y que aquí sirve de homenaje a Jesús Arias (hermano de Antonio, músico e ideólogo entre otros proyectos del “Omega” y que fallecía en 2015). Ellos mismos han definido la obra como “un disco habitado de voces. De voces que aúllan y de voces que luchan. De voces generosas e inquietas y palabras contundentes. Como una trinchera, el arte como resistencia».
Es esta una obra concebida para escuchar de principio a fin, sin fisuras ni el más mínimo relleno. Todas, absolutamente todas las canciones, mantienen la calidad y la unidad de un lenguaje que después de décadas es exclusivamente suyo. La preciosa melodía con la que se inicia el álbum, la rabia en el texto y las armonías que desprenden las guitarras de ‘Mapa de Canadá’ nos sitúan rápidamente: estamos ante los mejores Lagartija. Ellos mismos aseguran que «si nuestro entorno es violento nuestra música abandona la paz», tal y como se aprecia en ‘Agonía, Agonía’, de la que se dice que aglutina toda le experiencia punk de las últimas décadas para resumirla en una canción absolutamente visionaria. Tanto como lo fuera el autor al que se homenajea de forma natural durante todo el recorrido. Grande Jesús Arias. Algún día el tiempo pondrá en su sitio a uno de los artistas más incomprendidos de este país.
Tras ellas, ‘Analema’ se abre paso como «esa curva que describe la posición del sol en el cielo» mientras el emotivo violín de Tymon Dogg (The Mescaleros) le da espacio a las fijaciones astronómicas de Arias (consolidadas ya antes en sus «Multiversos»). Convencidos ya de que «solo se cambia un país desde el barrio» profundizan en lo que más al alcance les queda y fijan en el Albaicín ‘La Leyenda de los Hermanos Quero’, todo un ejercicio musical de memoria histórica contada y cantada también por la voz de Víctor ‘El Charico’, al que reivindican y meten dentro de la leyenda. Esta incesante búsqueda y aprendizaje del folclore andaluz da sus frutos también en la hipnótica y jonda ‘La Soledad es Política’ o en la reinvención de las sevillanas jornaleras de ‘Soy de otra Andalucía’, donde le dan la vuelta al palo para asaltarlo y potenciar la lucha desligándola de sus connotaciones de clase social. Aparte, y como emotivo punto final, ‘Exilio/Adagio Súbito’ alcanza cotas emocionales de peligrosa y hermosísima nostalgia. Escapista y valiente, como la figura de Jesús Arias a la que vuelven para concluir con un adagio que toca y traspasa.
Concebido con vocación de disco definitivo todo tiene sentido en “Crimen, Sabotaje y Creación”. Véase como ejemplo la preciosa portada a modo de gincana para ver y leer unos textos donde los flashes se interponen sin fin.