Los Mejores Discos de 2019 (Internacional)


Playlist para acompañar la lectura del artículo.
Se nos acaba el año y esta vez se unen las listas de lo mejor que han dado los últimos 365 días con las de los discos imprescindibles de la década. Una década que no termina en 2019 en lo práctico (ya que el año cero no se contabiliza) pero que sí parece hacerlo en lo estético, y a eso se han agarrado diversos medios. Para ellos dejamos semejante ejercicio de orfebrería musical y nosotros nos centramos en los que, bajo nuestra humilde opinión, han sido los 25 mejores discos del año, comenzando por el apartado internacional.
Como es habitual, el listado está ordenado por riguroso orden alfabético, aunque si algo tenemos claro el equipo de Everlong es que podríamos decir que en la lista está Kevin Morby y otros 24. Con «Oh My God» el genio de Texas ha acabado de encumbrarse gracias a una obra temática y monumental que no entendemos muy bien como puede estar fuera de tantas listas. También su concierto en la sala Copérnico de Madrid el pasado verano podría encabezar nuestros momentos musicales en vivo del año junto con el regreso tantos años después de Weezer a nuestro país. Casi obligados nos vimos a acercarnos al Bilbao BBK Live para disfrutar de un concierto lleno de nostalgia y en el que la banda liderada por Rivers Cuomo demostró que, aunque sus discos de estudio difícilmente están a la altura de la leyenda, el directo sigue siendo su fuerte.
Sin más dilación, aquí os dejamos con 25 discos que nos han acompañado en otro año repleto de buena música.
American Football – «American Football»
«Una vez más publicado sin título, su nuevo trabajo discográfico llega tres años después del segundo y sin suponer una abrupta ruptura con el sonido del grupo sí que muestra una intención de mirar hacia delante y alejarse, aunque sea de manera discreta, del pasado […] La colaboración definitiva del disco es la de una Rachel Goswell por la que sentimos absoluta devoción y que responde aquí a Kinsella acercándolo a los Slowdive más oníricos de manera sutil y desde un segundo plano. Sus voces unidas, un bajo que es una apisonadora y esa guitarra rugosa que parte en dos el tema convierten ‘I Can’t Fell You’ en el momento álgido de un disco»
«Bob Mould ha publicado otro disco impecable de punk rock, y con eso casi que se podría acabar este texto […] El simple hecho de mantener el nivel en sus nuevas canciones ya hace que el de Bob Mould vaya a ser uno de nuestros discos de cabecera del año. Lejos de domesticar su sonido, el grandullón de Malone sigue golpeando fuerte y con energía. Pocas concesiones a esa electrónica con la que a veces le gustó coquetear o a cualquier sonido que se aleje de la electrizante descarga de adrenalina que supone su música en los últimos años. Tan solo los matices de teclados de la melancólica ‘The Final Years’ o una ‘Irrational Position’ en la que muestra su buen gusto por el power pop más sólido rompen un tanto la dinámica de acelerón constante»
«A lo largo de los últimos años Justin Vernon ha sido elevado a la categoría de cabeza de cartel en los festivales más multitudinarios, convirtiéndose en la punta de lanza más visible de las nuevas vidas que puede gestar el folk en su affaire con los sonidos más vanguardistas. La publicación, hace ahora tres años del experimental «22, A Million», terminaba por encumbrar a Bon Iver […] Una entrega que tras repasarla con calma parece fusionar más que nunca todas las etapas pretéritas de la banda, aunque indudablemente edulcora su propuesta hasta acercarse peligrosamente a los sonidos más comerciales. Lo que en ocasiones se pasa por alto en las argumentaciones más críticas es que la experimentación, en ciertos ámbitos, es ya también algo comercial»
Deerhunter – «Why Hasn’t Everything Already Disappeared?»
«Siempre atrevidos en sus propuestas, Deerhunter vuelven a sorprendernos con un disco en el que cuesta entrar pero en el que una vez dentro se hace difícil salir. Caótico y desordenado como su propia portada, «Why Hasn’t Everything Already Disappeared?» se mueve con soltura en esa fina línea que separa la vanguardia de lo clásico, y que en esta entrega termina por difuminarse como un boceto a carboncillo. En Deerhunter nada es lo que parece, todo cambia como visto a través de un complejo sistema de espejos, en el que a menudo las canciones empiezan y terminan en lugares insólitos. En este sentido la colosal ‘No One´s Sleeping’ se desvela como el ejemplo perfecto. Un corte en el que cabe prácticamente de todo»
«Con la velocidad, la rabia y ese estilo cercano al spoken word y a la retórica de Sleaford Mods, este «Dogrel» arranca sin cocinar, directo desde el nervio de esa ‘Big’ que encajan en menos de dos minutos sin ningún alarde de producción. Sacando partido a esta forma descarnada de grabar, exprimen al máximo las letras y el sonido directo. Un cóctel molotov en el que se respira el fuego de la calle en todos y cada uno de sus cortes. Incluso en los melódicos ‘Sha, Sha, Sha’ o ‘Roy’s Tune’ hasta la animosa ‘Liberty Belle’, donde ofrecen algo más de luz en esa mezcla de surf y punk que ya explotaron largo y tendido los seminales Ramones»
«A pesar de pecar tal vez por momentos de una propuesta tan monocromática y bucólica como la portada de este «Keepsake», le basta abrir la cinta con la magnética ‘Not That Kind’ para corroborar que lo suyo era una apuesta segura. Mención aparte para esos dos pelotazos de pop que son ‘Without a Blush’ y la maravillosa ‘Obsessed’. Dos canciones que justifican la expectación. Llenas de fuerza y envueltas en capas de sonido que no paran de crecer, nos atrapan desde la primera escucha para sumirnos en el bucle. Directas y a la vez profundas. Mágicas. Como también lo serán las reverbs melódicas que pintan el inicio de ‘Kiss the Stars’ o ‘Keep’, donde las reminiscencias a los magistrales The Cure son palpables tanto en estilo como en buen gusto musical»
Kate Tempest – «The Book of Traps and Lessons»
«Kate Tempest es una artista multidisciplinar con la palabra como mejor arma arrojadiza y “The Book of Traps and Lessons” es su último cuchillo. Uno afilado, que nos alcanza en la yugular y que es imposible de esquivar una vez damos al play y nos envuelve con el piano de ‘Thirsty’. Ahí comienza un viaje de 45 minutos y 11 pistas que son solo una, que se enlazan en lo sonoro encajando cómo perfectos engranajes musicales y que nos atrapa con la voz de la británica, casi siempre más cercana al spoken word más puro que a cualquier otra cosa. Es por ello que éste es su disco más atrevido, tal vez el más inaccesible, pero seguro que el más certero […] Kate Tempest te lleva a reflexionar y a amarla fuertemente, porque no hay opción aquí para el odio»
«La liturgia musical de Kevin Morby continúa en este ambicioso pero natural doble LP en el que el trovador estadounidense da un paso adelante elaborando un imaginario personal sobre la fe, la espiritualidad y las múltiples formas de vivirla. En este “Oh My God”, se ilumina definitivamente como el heredero que mejor supo entender la esencia de Lou Reed. Trascendiendo su alargada sombra y elevándose a los cielos del jazz, coros, vientos y pianos colorean los difusos trazos de la canción homónima que abre el repertorio o la vanguardista ‘No Halo’ con palmas incluidas […] Los medios tiempos siempre brillaron dentro de su estilo, y en este volumen Morby desnuda una vez más su alma a pecho descubierto»
Michale Kiwanuka – » KIWANUKA»
«Su nuevo disco se llama «KIWANUKA», así, en mayúsculas, y cómo tal es una reivindicación de una figura a la que empezamos ya a venerar. El álbum se abre con ‘You Ain’t the Problem’, quizá el single más claro de no ser por la crudeza instrumental que arropa esos coros femeninos. Tras ella, ‘Rolling’ comienza a sumergirnos en una sesión de la que es imposible caer. Kiwanuka nos atrapa con su sedosa voz en ‘I’ve Been Dazed’, hipnótica desde sus coros gospel hasta unos arreglos que se arremolinan en nuestra cabeza jugando al despiste y que acaban siendo rotos por los graves sintetizadores que abren ‘Piano Joint (This Kind of Love)'»
Moon Duo – «Stars Are the Light»
««Stars Are the Light» suena como deberían sonar los ochenta en Venus o algún otro planeta más remoto, tal vez muchos siglos después o tal vez antes, con extraños seres bailando algo así como la música disco del ciberespacio. Con los magníficos sintetizadores de Yamada dibujando en esta colección ritmos de funky alucinógeno en temas como la inicial ‘Flying’ o ‘The World and the Sun’. Y es precisamente aquí donde este nuevo álbum de Moon Duo gana en personalidad acercándose a una propuesta mucho más bailable. Ofreciendo ricos matices entre interminables loops, como ese pseudowestern espacial de ‘Fall (In Your Love)’ que discurre sobre una galaxia de subgraves»
Nick Cave & the Bad Seeds – «Ghosteen»
«Respaldado por unos The Bad Seeds más comedidos que nunca (incluso el hasta ahora imparable Warren Ellis da aquí un paso atrás), Cave nos vuelve a sumergir en un onírico viaje respaldado por unos coros a ratos tenebrosos, a ratos angelicales, y por un sonido seco de sintetizadores contrastado por cálidos pianos y por muy puntuales arreglos de cuerda y percusión. La electricidad no viene aquí representada por guitarras o bajos, pero se encuentra siempre presente en el ambiente. Pero si por algo destaca el disco es por la cada vez más imponente voz de Cave, que varía en tonos y texturas para atraparnos más que nunca mientras nos guía por una espiral de dolor no exento de optimismo vital»
Nick Waterhouse – «Nick Waterhouse»
«Aquí el único hecho irrefutable incluso por la subjetividad, es que las canciones de Nick Waterhouse son, al menos instrumentalmente hablando, una auténtica maravilla. Nadie que se acerque a este disco homónimo y cuarto en su discografía podrá esperar desde luego una propuesta extremadamente vanguardista. No obstante, Waterhouse sí consigue introducir su sello personal, rejuveneciendo el sonido de los clubs americanos de los años 50 con esas guitarras garajeras tan presentes en la identidad de Allah-Las, formación a la que el propio Waterhouse ha producido todos sus discos a excepción del último. Tampoco puede negarse que es en estos momentos en los que el disco gana enteros y se eleva con una voz propia»
«En este juego de disfraces, afortunadamente también hay mucha miga bajo la máscara. De hecho, le bastan unos acordes de guitarra desértica y aprovechar las reverb naturales en su voz para conquistarnos por completo con la sobrecogedora ‘Dead of Night’. Un arranque en el que reduce todo al mínimo artificio y para cuando despliega su asombroso falsete de crooner ya ha facturado un temazo por el que habrían matado Chris Isaak o Richard Hawley. Siempre caminando por el páramo de la melancolía, Peck explota en romanticismo en temas como ‘Roses Are Falling’ y repasa la tradición country más clásica en ‘Take You Back’ o esa ‘Hope to Die’ que trae hasta nuestros días a esos vaqueros tristes al más puro estilo Dean Martin»
«Estas nuevas canciones suponen todo un viaje al pasado, directamente a las entrañas del artista, y canciones como ‘Yellow Bike’ bien sirven para resumir los porqués de este disco. Bazan utiliza “Phoenix” como un regreso a su infancia y también a sus primeros pasos como músico, reuniendo de nuevo a su banda y dejando atrás la soledad, tanto la de aquel niño que montaba solo en bici como la del artista que giraba en solitario estos últimos años. Una figura recurrente que se repite a lo largo de todo un disco que tiene la pausa y la melancolía como forma de ser. Aunque con ciertos arrebatos pop o balazos del emo más guitarrero y certero es en sus canciones más contenidas con las que consiguen sobrecogernos»
«El ascenso desde los infiernos en los que Peter Perrett ha habitado durante toda una vida se empezaba a materializar públicamente hace dos años. Lo hacía con un triunfal regreso discográfico que dejaba abierto el camino de la redención. Un proceso que se consolida con este «Humanworld», con el que parece que su alargada y espigada sombra abandona al fin el inframundo y entra de lleno en el mundo de los humanos. Un universo en el que no obstante sigue habiendo mucho de oscuridad y tintes apocalípticos […] Tras este «Humanworld» deja claro que está preparado para seguir acrecentando su leyenda, fabricando canciones que ya nada tienen que envidiar a su legado pretérito»
Purple Mountains – «Purple Mountains»
«Es habitual realzar las obras de los difuntos, pero vaya por delante que la calidad de este disco es algo irrefutable desde la primera hasta la última canción, convirtiéndose en uno de los mejores álbumes que dejará este 2019. Sus letras dolientes y tristemente premonitorias hablan de un talento torturado por sus propias emociones. Temas como el grito retro soul de ‘All My Happiness is Gone’, el sabor americano de ‘Darkness and Cold’ o la solitaria y apoteósica ‘Maybe I’m the Only One For Me’ suenan ahora más dramáticas aún pensando en lo que sucedió poco después de que viesen la luz. Al escucharlas no puedo dejar de pensar que hemos perdido a unos de los crooners americanos más incomprendidos de la historia»
Redd Kross – «Beyond the Door»
«Aunque prácticamente no han dejado de girar en todos estos años y tienen una discografía a prueba de balas para ello, ya echábamos de menos nuevo material de estudio de Redd Kross. Más cuando sabemos lo infalible del grupo de los McDonald y compañía. No hay fallo posible con ellos y “Beyond the Door”, su nuevo disco, sale a la luz siete años después de su anterior referencia para venir a confirmarlo. Treinta minutos del power pop de la mejor escuela, marca de la casa, directo y sin salirse en las curvas […] con este “Beyond the Door” el grupo ha conseguido sumar otro buen puñazo de hitazos incontestables a su impecable discografía»
«La calidez de la guitarra acústica que abre el disco, el seductor recitado vocal inspirado en unos versos de W. B. Yeats, la aparición del punzante piano, esos coros que nos introducen en lo más parecido a un estribillo que tiene la canción y el arreglo de cuerda final que nos deja en vilo unos segundos. En poco más de cuatro minutos, los que dura ‘Crazy Jane on the Day of Judgement’, Robert Forster ya nos ha conquistado, nos ha invitado a entrar en su personal mundo extendiéndonos la mano desde la portada y nos ha dejado claro que su retiro en Berlín le ha sentado como un guante»
Sharon Van Etten – «Remind me Tomorrow»
«La languidez inicial del tema que abre el disco, es solo un espejismo de todo lo que quedaba y ya no está. ‘No One’s Easy to Love’ introduce las nuevas coordenadas, guiadas por un beat imparable que junto a los sintetizadores y la apocalíptica voz de Van Etten llenan de nostalgia este nuevo trabajo. En la misma línea de electrónica ochentera pero aún mejores, llegan en forma de tridente la bailonga pegada de ‘Comeback Kid’, esa ‘Jupiter 4’ atmosférica con la que se acerca al universo de Sigur Rós, o esa ‘Seventeen’ que con su alma pop crece escoltada por sintetizadores y termina por romper en un final épico»
«Repartiendo a diestro y siniestro una vez más y con su habitual actitud punk, el cantante de la minimalista formación clama contra el Brexit, los medios de comunicación, el inmovilismo y la clase política siempre haciendo uso de una ácida ironía que le convierte en uno de los letristas más inspirados de su generación. La diferencia esta vez es que por momentos se apoya en ritmos electro, como los del single ‘Kebab Spider’ o una ‘Negative Script’ que cierra el disco con mucho groove y voces dobladas. En otros se acerca al puro post punk, como en ‘O.B.C.T.’, en la que no desentonaría un riff de guitarra junto a esa potente línea de bajo»
Sleater-Kinney – «The Center Won’t Hold»
«Cambio de discográfica, cambio de productor y desbandada de Janet Weiss mediante, la nueva colección de canciones de una banda ahora comandada por la dupla fundadora que son Tucker y Brownstein sí que ha supuesto un paso adelante en un sonido que no por ello deja de ser característico. De la mano de St. Vincent, que hace las veces de productora y que parece haber influido bastante en el resultado final del trabajo, nos encontramos a unas Sleater-Kinney que descolocan ya de primeras con los sonidos industriales que abren el disco, casi cercanos a las coordenadas de Nine Inch Nails»
Steve Gunn – «The Unseen in Between»
«En su nuevo disco, un “The Unseen in Between” que ahora nos ocupa, se rodea de músicos como Tony Garnier, habitual de la banda de Bob Dylan, y el productor James Elkington para dar forma a su álbum más inspirado hasta la fecha. Un artista pegado a una guitarra, como muestra la acertada foto de portada, y un sonido lleno de claroscuros, como apreciamos también en ese marcado blanco y negro […] llega ‘Vagabond’, un single perfecto que no sería radiado en los 80 por sus cinco minutos de duración pero que contiene un ritmo trepidante, unas guitarras que abrazan la psicodelia más sesentera y un respaldo vocal femenino que lo convierten ya en uno de los temas del año»
The Brian Jonestown Massacre – «The Brian Jonestown Massacre»
«Sin inventar nada nuevo y rozando en ocasiones lo repetitivo, lo cierto es que termina por consolidarse como un compendio perfecto de sus esencias. Simplemente eso, The Brian Jonestown Massacre en estado puro. Y eso, dado la magnitud de su legado y la calidad de su música, es siempre un valor que pasa por encima de cualquier otra apreciación […] El hecho de que aún no hayamos terminado de reponernos de su anterior obra cuando ya nos está cayendo encima la siguiente nos hace perder algo de perspectiva a la hora de valorar cada nuevo volumen. De lo que no cabe duda es de que el tiempo volverá a poner esa balanza a cero, disfrutando entonces de este disco como lo que es: otro tesoro en medio del océano inabarcable de su discografía»
The Dream Syndicate – «These Times»
«Con pulida producción y luminoso sonido nos da la bienvenida de manera amable y urgente ‘The Way In’, que da paso a una ‘Put Some Miles On’ en la que nos reencontramos con los mejores Dream Syndicate. Ese ritmo trotón de batería, el particular recitado de Wynn, un estribillo que no lo es tanto y el constante zumbido distorsionado de las guitarras son cómo volver a estar en casa […] Tal vez se eche de menos algo de suciedad en el sonido pero estamos en 2019 y eso ha sido sustituido por un cuidado trabajo de arreglos y coros. Con ello o sin ello, lo que está claro es que The Dream Syndicate siguen teniendo muchas cosas que decir, y vamos a celebrarlo»
«En sus siete temas nos volvemos a encontrar con unos músicos brillantes, unas líneas de voz cuidadas pero bastante más comedidas que en anteriores ocasiones y un constante viaje instrumental lleno de recovecos. Es precisamente toda esta parte, la instrumental, la más interesante del disco. La segunda mitad de ‘Descending’, que es toda una travesía psicodélica, la explosiva ‘Culling Voices’ o toda la apertura de ‘Pneuma’, en la que las guitarras limpias de Jones dan paso a una línea de bajo que nos hace viajar al pasado y que abraza la espiritualidad a través de sus sutiles percusiones, ponen el disco a la altura de sus mejores obras. También una ‘Invincible’ que va creciendo por momentos, desde un slide espacial hasta unos riffs aplastantes pasando por un punteo sucio y desgarrado».
Ilustración de portada: Luis Arteaga