[Actualidad] The Brian Jonestown Massacre – “The Brian Jonestown Massacre” (2019)


No, no has leído mal ni se trata de un titular duplicado. La alocada producción de música que sale de las entrañas de The Brian Jonestown Massacre hace que nos vayamos quedando sin palabras y ellos mismos sin títulos originales para sus discos. No deja de ser paradójico que tras nada menos que 18 LPs editados, sea ahora cuando decidan bautizar su último trabajo de manera homónima. Previsto para que hubiese salido el pasado mes de septiembre, solo dos meses después del magistral «Something Else» con el que entraban entre nuestros mejores discos del 2019, este escueto «The Brian Jonestown Massacre» retrasaba su lanzamiento para centrarse en una nueva gira en el año en el que la banda cumplía tres décadas de historia. Tal vez como homenaje o sencillamente porque este disco resume a la perfección el retorcido universo sonoro de Anton Newcombe y los suyos. Sin inventar nada nuevo y rozando en ocasiones lo repetitivo, lo cierto es que termina por consolidarse como un compendio perfecto de sus esencias. Simplemente eso, The Brian Jonestown Massacre en estado puro. Y eso, dado la magnitud de su legado y la calidad de su música, es siempre un valor que pasa por encima de cualquier otra apreciación.
La colección la abre como es habitual un cañonazo marca de la casa llamado ‘Drained’. Guitarras afiladas, capas de reverb, el inconfundible ritmo de la masacre y la voz de Newcombe surgiendo de entre las tinieblas. No se necesita más para entender por qué son sin duda una de las bandas más genuinas que existen sobre la faz de la tierra. En ‘Tombes Oubliées’ se repite esa otra formula que ha dado éxito incontestable al sello BJM: las voces femeninas, en este caso la de Rike Bienert, con quien ya habían contado en otras ocasiones y que ensalza aún más ese componente de seducción intrínseco al sonido de los californianos. No falta tampoco el corte instrumental de cada entrega, en este caso la tan predecible como colosal ‘My Mind Is Filled With Stuff’, seguida de otros dos temas que bien podríamos pensar que hemos escuchado ya miles de veces dentro de su abanico pero que no desmerecen en su acercamiento a la psicodelia y, de nuevo, a la sensualidad magnética de sus atmósferas.
Echando el freno, la pausada y triste ‘We Never Had a Chance’ va creciendo en densidad para terminar abrazando la cadencia de siempre y dejar para el final lo mejor. Un clímax apoteósico en el que The Brian Jonestown Massacre echan el resto brindando tres temazos encadenados. La atmosférica ‘To Sad To Tell You’ vuelve a mecernos con el fascinante compás que logran tejer una y otra vez, como una tela de araña de la que es imposible escapar y dónde el veneno de las guitarras impone su ley. Unas guitarras que comienzan desprovistas de toda electricidad en ‘Remeber Me This’, dejando claro que serían capaces de hacerlo hasta con un coco y tres cañas de bambú. Los genios son así y ellos desde luego lo son. Todo termina por romperse en dos en cuanto la batería entra en escena y vuelven a morder las cuerdas. Mientras que el broche definitivo lo pone ‘What Can I Say’, convertida desde la primera escucha en una de esas canciones que entraría en cualquier disco recopilatorio. Solo sube el volumen y déjate llevar.
Puede que el hecho de que aún no hayamos terminado de reponernos de su anterior obra cuando ya nos está cayendo encima la siguiente nos haga perder algo de perspectiva a la hora de valorar cada nuevo volumen. De lo que no cabe duda es de que el tiempo volverá a poner esa balanza a cero, disfrutando entonces de este disco como lo que realmente es: otro tesoro en medio del océano inabarcable de su discografía.