Entrevista con Freedonia


“En la autoedición las expectativas se acaban cumpliendo con trabajo y tesón, a veces las cosas tardan un poco más en llegar pero cuando llegan las disfrutas el doble.” (Fran Panadero, bajista de Freedonia)
Con su segundo álbum de estudio titulado «Dignity and Freedom» estrenado el año pasado y con un séquito de fieles que crece día a día, Freedonia continúa la senda del duro pero gratificante camino de la autoedición, afrontando ahora un verano ilusionante para el grupo durante el cual podremos verles en directo en varios festivales como el Cultura Inquieta de Getafe o el Nocturama de Sevilla.
Abanderados ya como uno de los grupos de referencia en el panorama del soul nacional, tuvimos la oportunidad de charlar con Fran Panadero, bajista de Freedonia. Con él hablamos sobre el momento actual que vive la banda y las pretensiones que contemplan para su futuro más próximo.
Después de sacar a la luz vuestro primer LP gracias a una campaña de crowdfunding, para vuestro segundo trabajo discográfico, “Dignity and Freedom”, elegisteis la autoedición como modelo. ¿Cómo os está yendo sin tener el amparo de un gran sello detrás?
Como todo tiene sus cosas positivas y sus cosas más difíciles, a veces tardamos un poco más en llegar a según qué cosas, pero al final el trabajo tiene su recompensa y la verdad es que estamos muy contentos.
¿Creéis que el hecho de ser tantos músicos los que formáis Freedonia hace el proceso de autogestión más complejo o si por el contrario aporta a la ecuación otras cosas mucho más importantes que lo meramente económico?
Hay más gastos, pero también más gente trabajando por el proyecto. La cuestión es tratar de planificarse bien, gestionar a tope los recursos y las posibilidades de cada individuo, y al final, cuando la máquina está engrasada, el saldo siempre resulta muy favorable.
¿Qué ha cambiado en vuestras vidas Freedonia? ¿Seguís conservando el mismo espíritu de aquella banda que tocaba en las azoteas de Carabanchel?
Han pasado casi diez años, y una decena de años no pasa indiferente por encima de nadie, es mucha música y son muchas batallas, emociones, conciertos, problemas, alegrías… En esencia, tenemos el mismo espíritu pero un poquito más organizados y calmaditos, aunque no tanto.
Vuestro último trabajo se coló en nuestra lista de los mejores discos nacionales de 2014 por méritos propios. Un álbum con un sonido muy orgánico, que suena a directo y que trasmite todo lo que necesita el buen soul para calar hondo en los huesos. ¿Cómo fue la grabación del disco?
Tuvimos la suerte de poder repetir con Santi Sweetfingers en los estudios Funkameba de Sweet Records, llevamos años trabajando juntos y teníamos muchas cosas aprendidas de experiencias anteriores. Editamos en vinilo, grabamos en analógico, tocando en grupo y usando micrófonos y aparatos antiguos que no siempre están a tope, pero que cuando suenan no hay nada mejor. Todo fue como la seda, trabajoso pero emocionante y divertido. Estamos deseando volver a la carga.
Nosotros os vimos en directo en la presentación del disco en la Joy Eslava de Madrid. Un concierto en que se palpaban las ganas que teníais y en el que por qué no decirlo, al final del concierto pudimos veros visiblemente emocionados. Me dio la sensación de que vais creando una cierta comunidad de seguidores que nunca fallan a vuestros directos. Fue bonito ver esa conexión con un aforo absolutamente a reventar. ¿Cómo está funcionando el disco en directo más allá de ese concierto?
De maravilla, esa comunidad de la que hablas no es sólo en Madrid, tenemos amigos en muchas ciudades y poco a poco se va haciendo más grande. Ver cómo cada día compartimos emociones con más gente es una de las mayores ilusiones que te da esta profesión.
Siguiendo esta línea, desde hace algún tiempo me da la impresión de que se está viviendo una especie de revival de varios estilos olvidados durante décadas, entre los que se encuentra el soul de manera destacada. Grupos como The Excitements en España o St. Paul & The Broken Bones fuera de nuestras fronteras, empiezan a tener un público muy definido y creo que entre todos demostráis que esto del soul, hecho de mil maneras diferentes, sigue siendo atractivo para el público. En primer lugar, ¿vosotros habéis sentido esto o pensáis que solo son majaderías mías? Y en caso de ser así, ¿por qué pensáis que este género se ha mantenido en la sombra, relegado a una escena más underground durante años?
Es difícil de decir, es cierto que el éxito de proyectos actuales que revisan el estilo aviva su presencia. Tiene que haber bandas que toquen la música en directo, es donde más emociona. Quizá el ámbito de difusión de este tipo de música estuvo muy reducido antes de la llegada de Internet y plataformas como Youtube o Spotify. Al existir una apertura en el acceso a la música, hay mucha gente que busca sonoridades que conoce por éxitos mil veces radiados o bandas sonoras de cine, y que explorando encuentra un género muy amplio y rico, con una enorme historia detrás, que además es muy molón y eso engancha.
Para rematar ya este tema y como amante confeso de la música soul, me veo obligado a preguntaros por alguna banda actual del género que os haya sorprendido últimamente y que tal vez no conozcamos. ¿Alguna recomendación?
Bueno, no sé si enmarcarlos con la etiqueta «soul» es lo más correcto, pero Monophonics tienen una propuesta muy interesante que recomendamos.
Volviendo de nuevo al álbum, según tengo entendido uno de vuestros retos para “Dignity and Freedom” era sacar el disco a rodar por el mundo con varias giras internacionales. Ya formasteis parte del Visa for Music de Rabat, ¿se están cumpliendo vuestras expectativas en este sentido? ¿Existe mucha diferencia entre públicos de culturas diferentes?
Como decíamos al principio, en la autoedición las expectativas se acaban cumpliendo con trabajo y tesón, a veces las cosas tardan un poco más en llegar pero cuando llegan las disfrutas el doble. Seguimos tocando dentro de España y fuera cuando existe la posibilidad. Tras nuestro paso por el Visa For Music, en Rabbat, este mes estamos programados en el Timitar Festival en Agadir, de nuevo en Marruecos, un festival francamente ilusionante. También barajamos otras fechas que tenemos que concretar pero hay muy buenas perspectivas y en breve las iremos anunciando.
Supongo que en una formación tan numerosa habrá opiniones de todos los tipos, pero sin pretender convertir esto es un debate político, ¿cómo sentís los nuevos cambios en ciudades como Madrid o Barcelona? ¿Creéis que está más cerca el fin de ese asfixiante IVA cultural del 21%?
Como dices somos muchos y cada uno tiene su opinión, en general tenemos ilusiones puestas en que el cambio político traiga cosas muy positivas, son tiempos difíciles que requieren soluciones imaginativas y este cambio es un soplo de aire fresco. Habrá que estar positivos pero también atentos, no podemos descuidar nuestras responsabilidades como ciudadanos y debemos mantener una actitud de crítica constructiva y activa en la medida de nuestras posibilidades.
Con respecto al IVA cultural es algo urgente, pero también habría que revisar bastantes cosas más aparte de la fiscalidad, sea en ayudas a la sostenibilidad de proyectos, financiación, apertura en la gestión de derechos, acceso y calidad de la formación musical, difusión y oferta cultural… queda mucho por hacer.
Para despedirnos, dentro de poco estaréis en el festival Cultura Inquieta en Madrid y en el Nocturama en Sevilla, ¿tenéis algún concierto más programado al que podamos acercarnos?
Estaremos en el Festival de la Cereza el 18 de julio en la Sierra de Güéjar, en Granada, como decíamos el 23 de julio en Agadir, en el Festival Timitar, el 25 de julio en el Cultura Inquieta y en el Festival Polisonic de Gandía el 7 de agosto. Vamos cerrando fechas y las actualizamos en nuestra web y redes sociales.