Entrevista con Ricardo Vicente


«Tal vez he querido planear sobre las canciones. Lo que ocurre es que no puedo olvidarme del aspecto narrativo y tengo la intención de continuar, pero será más adelante» (Ricardo Vicente)
Tras formar parte de grupos como La Costa Brava o Tachenko, Ricardo Vicente debutaba en solitario en 2013 con «¿Qué Haces tan Lejos de Casa?», un disco acompañado de una novela que suponía su primer larga duración, y dos años después nos llega «Hotel Florida».
De la nueva obra del músico zaragozano ya os hablamos por aquí y para cerrar el círculo nos hemos puesto en contacto con él para hacerle unas preguntas sobre este «Hotel Florida», un trabajo que deja claro que está aquí para quedarse.
Tu primer trabajo en solitario era un pack indisoluble con novela y disco, relacionados entre sí pero también con una entidad diferente cada obra. Da la impresión de que en esta ocasión has tenido en cuenta la premisa «menos es más» y lo has metido todo dentro del álbum, e incluso que has puesto la historia literaria por encima de las canciones.
Sí, he puesto la historia literaria sobre las canciones, pero es algo que hago siempre. Tal vez he querido planear sobre las canciones. Lo que ocurre es que no puedo olvidarme del aspecto narrativo y tengo la intención de continuar, pero será más adelante. Yo no puedo quedarme tranquilo hasta que no me quedo tranquilo y necesito hacer trabajos completos.
Llevas toda tu vida ligado al mundo de la música pero no fue hasta 2013 cuando publicaste tu primer trabajo en solitario. Ahora, dos años después, llega «Hotel Florida». ¿Es ahora mismo tu carrera en solitario tu máxima prioridad?
Sí, y no sólo en lo profesional. Ahora siento que tengo una responsabilidad mayor y creo que me está afectando en lo personal. Yo tardo un poco en reaccionar, pero siento que no me queda otra, para bien o para mal, mi tiempo ahora camina rápido y en dirección única. Es algo que me asusta pero creo que lo llevo bien.
Dicen que la belleza es un reflejo de la verdad como algo inalcanzable. En «Hotel Florida» aparece junto al miedo en un principio y con el tiempo al final. ¿Te sientes un poquito mas cerca de la verdad?
Me siento más cercano de la búsqueda de la verdad que nunca. La cuestión que intenta abarcar este disco es simple: la verdad es algo que se escapa de las manos hasta que te encuentras con eso que está a tu lado cada día al despertar. Lo podemos llamar miedo, belleza o adicción pero en realidad es sencillo, la verdad es lo que permanece en el tiempo y eso, en mi caso, es el conflicto y la guerra. Por eso escribo desde el “Hotel Florida”.
Se me ocurre que entremezclando los títulos de la apertura y el final del álbum sale un buen titular para acompañar el disco: «Belleza sin miedo al tiempo».
Puede funcionar, aunque yo lo cambiaría por “Belleza y miedo al tiempo”.
Hotel Ruanda, Hemingway, Cappa… aparte del desaparecido hotel que ahora ocupa el puñetero Corte Inglés son sitios y personas en los que te has inspirado para construir un relato bélico desde el punto de vista del corresponsal, y por lo tanto espectador. ¿Cuánto hay de ti en estas historias? ¿Cómo te entrelazas con los personajes?
De mí hay muchísimo, pero esta vez he usado personajes. Es mucho más fructífero y da libertad a la hora de crear perfiles y todo lo que rodea a la historia. Lo principal es que yo siempre he soñado con distintos finales para mis días. Uno de ellos es ser un corresponsal y, de alguna manera, lo consigo hacer a veces. Se me da bien escribir en circunstancias adversas, lo que no se me da tan bien es reaccionar ante el miedo.
Me ha sorprendido leer que musicalmente es este tu álbum más complejo. En mi opinión la parte musical del anterior tendía mucho mas a la experimentación, aquí aprecio mucha sencillez y sin embargo donde te creces es en las interpretaciones. Un claro ejemplo sería «Muriendo de frio», donde el mejor arreglo es tu voz hacia la parte final. No es solo la importancia del texto, también es la manera de decirlo.
Yo en cada uno de mis trabajos me planteo algo que mejorar o que afrontar con más seriedad. En este caso ha sido la interpretación, así que me alegra que me lo digas. Después, en cuanto a experimentación de sonido y todo lo demás, estoy abierto a todo ello siempre que vea que puedo dar la talla. Tengo más pudor que osadía y eso se nota.
Por otra parte, como ya comentaba antes, claramente la narrativa es la que manda sobre las canciones; hay pocos estribillos y rompes con las estructuras clásicas. Da la impresión de que te has dejado mucho por contar ¿Cómo pones fin a estas canciones? ¿De qué forma sabes que ya están terminadas?
El tema de cuándo una canción está terminada es un gran dilema. Yo hago cuarentenas: compongo y luego dejo que pase un poco de tiempo para ver si aguanta la frontera cristalina de lo que te ha salido de manera inconsciente. Después guardo eso con mucho recelo, lo muestro a la gente que está implicada y leo sus miradas.
¿Es quizás el hecho de trabajar con amigos en la producción y gestación del nuevo repertorio lo que transmite esa frescura?
Yo no suelo trabajar con personas a las que no quiero. Es cierto que la vida da muchas vueltas, pero trato de ser generoso y hacer un círculo honroso. La frescura en este disco viene por dos frentes. Primero, que Nahúm (ndr: productor del disco) es el tipo con más entusiasmo que me he encontrado en mucho tiempo y, segundo, que han participado tres mujeres con mucho talento.
Se sigue hablando mucho de pop en tus composiciones, sin embargo yo hace tiempo que solo lo veo en las melodías. La parte musical está cada vez más cercana a lo americano, más en plan songwritter tradicional. ¿Tú donde te ubicarías musicalmente?
Creo que mi zona de seguridad es ésa, la del songwritter americano, y con una gran extensión de tierra y colores por afrontar. El pop de libro me fascina, pero contar historias con sentido y recorrido me da el horizonte, me hace caer cansado de sueño y eso es impagable.
La idea de que la voz de Zahara este presente en el álbum ¿surge antes o después de la canción? Sorprende que la suya sea la primera voz que escuchamos al poner el disco. ¿Por qué decidiste que fuera así?
La voz de Zahara estaba presente en mi archivo mental antes de empezar este proyecto, es alguien a quien yo respetaba mucho y ahora forma parte de mis textos, eso significa que es parte de mi mitología. La primera vez que me crucé con ella fue antes de hacer el disco de “El Problema de los Tres Cuerpos”. Tocamos en Madrid, en la Sala Sol, y allí estaba ella. Yo no me fijo mucho en las carreras de los demás, pero sólo mirar un rato la suya me pareció que nos encontraríamos en algo así. El motivo por el que empieza ella el disco es una petición de guión absoluta. La historia se inicia con una mujer intentando que un animal se salve sin abandonar aquello que le hace correr sin aliento.
Fotografía: Nahúm García