Entrevista con Derby Motoreta’s Burrito Kachimba: «‘Las Leyes de la Frontera’ es la película que ha hecho llorar a los Motoreta’s»


Los Derby Motoreta’s Burrito Kachimba plantaban los dos pies con firmeza en la escena musical hace tan solo dos años, con un disco debut que nos dejaba a todos con el culo torcido. Flamenco, rock, psicodelia y una personalidad propia. Kinkidelia, lo llamaron ellos mismos de manera más que acertada. Dispuestos a comerse el mundo, lo que alguien terminó comiéndose fue un murciélago, en la otra punta del globo pero con consecuencias fatales para todos. Inquebrantables en su afán de seguir adelanto, los sevillanos aprovecharon el parón obligado para seguir dando vueltas a sus nuevas canciones y terminaron por ofrecernos el impecable «Hilo Negro«, segundo disco con el que llevan girando desde su publicación todo lo que la situación les ha permitido.
Es buen momento para hacer balance, con 2021 acercándose a su recta final, un fin de gira en Madrid anunciado para el mes de diciembre y una banda sonora, la de la película “Las Leyes de la Frontera”, de Daniel Monzón, de por medio. Por todo ello contactamos telefónicamente con Scott, más conocido como Gringo, guitarrista de unos Motoreta’s que parecen mirar con optimismo al futuro y que, sobre todo, por el momento no parecen dispuestos a echar el freno de mano. «Siempre está guay que no caiga la pelota al suelo«, afirma Scott cuando le damos las gracias por atendernos a pesar de no estar actualmente inmersos en una gira promocional. A partir de ahí, conversación más que fluida a la que nos hemos visto obligados a pegar algunos tijeretazos de extensa que terminó siendo. Aquí el resultado:
Os tocó publicar el disco en plena pandemia pero, dentro de lo que cabe, y a pesar del panorama que tenemos encima, parece que habéis podido presentarlo bastante en directo. ¿Cómo habéis vivido estos meses?
La verdad es que ha sido un lanzamiento muy atípico, porque en la última pandemia que vivimos la gente no sacaba discos (risas). Por un lado bien, porque hemos podido sacarlo y girarlo, y por otro raro por esta coyuntura, con los aforos reducidos, la gente sentada, las mascarillas… Además, nuestros directos digamos que no están diseñados para estar sentados así que estamos viviendo una contraposición de emociones. En cualquier caso, estamos muy ilusionados porque el disco está funcionando muy bien, la recepción ha sido muy buena. Entramos en listas cuando salió y aunque estuvimos solo una semana, ahí estuvimos. Todos los días le ponemos una velita a la virgen para que se acabe el COVID (risas).
¿Habéis sufrido muchas cancelaciones en estos meses o habéis tenido que decir que no a alguna propuesta porque no os cuadraba?
Llevamos desde abril girando y alguna cosa se ha tenido que mover pero el único que tuvimos que cancelar fue por una movida de sonido, no tuvo nada que ver con el virus. También es verdad que nosotros lo que hemos hecho es bajar mucho el caché para poder tocar. Teníamos dos opciones, o manteníamos el caché que veníamos teniendo, con lo cual íbamos a tocar tres veces, o bajábamos caché y presentamos el disco por casi toda España.
Ese parece que está siendo el mayor problema, que para las promotoras pequeñas es imposible seguir adelante con estos aforos y los cachés de antes.
Claro. Aquí ya sabes, a la música nos la meten por todos lados. Si es un partido de fútbol o una corrida de toros no pasa nada pero a nivel cultura los promotores y las salas tienen las manos pilladas. Antes de la pandemia ya funcionábamos de aquella manera y ahora nos ha tocado a todos arrimar el hombro. Esto no es EEUU o países europeos en los que está habiendo ayudas y hay unas infraestructuras para la música en directo.
Totalmente. Por cierto, no sé si habéis llegado a tocar fuera con el primer disco. Creo que es un buen momento para sonidos como el vuestro fuera de nuestras fronteras.
Estuvimos en el Paredes de Coura, con nuestros vecinos portugueses. En 2020 íbamos a ir al Primavera Sound de Los Ángeles y la idea era quedarnos por allí hasta que nos echaran (risas). Había alguna fecha en Chicago, Nueva York, sudamérica… A ver si podemos retomarla porque lo estamos deseando.
Aquí en Madrid os vimos en Tomavistas Extra y la sensación que transmitíais desde el escenario es de banda grande de rock clásico. ¿Os sentís más cómodos en escenarios así o seguís prefiriendo la sala pequeña?
Pues tío, es lo típica que escuchas a grupos de estos mastodónticos que están muy a gusto en escenarios gigantes, pero a nosotros la sala pequeña, esta que te cae una gotita de sudor del techo, nos mola mucho. Antes de pandemia tuvimos un bolo en el norte, que era al aire libre. De pronto se puso a llover y nos metieron en una sala chiquitita, con todos apretadísimos en el escenario, y aquello fue una fantasía. Se vive de otra manera. También es verdad que en escenario grande, como nos toquen las palmas nos venimos muy arriba (risas). Para la siguiente gira yo creo que vamos a llevar fuegos artificiales, un ventilador para que se nos menee el pelo, esas cosas (risas).
También daba la sensación de ser un show muy medido. No sé cuánto hay ahí de puro ensayo y cuánto de ir puliendo a través del propio directo.
Nosotros el directo nos lo tomamos muy en serio. Lo llevamos muy preparado, pero tuvimos una fase de ensayo previo a la gira muy intensa y después ya hicimos la típica mili de disco, que es hacerte tres o cuatro conciertos y a partir de ahí ya no ensayamos más. También que con este proyecto intentamos cuidar todo: la imagen, los vídeos, las canciones o la puesta en escena son parte del encanto de la banda.
Volviendo al disco, la pandemia os pilló en plena grabación y tuvisteis que pararla. ¿Cambió ese parón mucho el resultado final del disco?
Sí, habría sido bastante diferente. Nosotros dividimos la grabación en dos sesiones y la primera la pudimos hacer pero la segunda la tuvimos que cancelar porque era en abril y justo estábamos confinados. Así que como ya no teníamos prisa le dimos bastantes vueltas a todo, desde la preproducción hasta la mezcla, y todo eso influye en cómo acaba sonando.
Por lo general, se piensa que el primer disco de un grupo es el que se hace con menos presión, con más calma, pero en vuestro caso es verdad que no llevabais mucho tiempo como grupo cuando lo publicasteis.
Que va, nosotros somos bastante atípicos en eso también. Sí es verdad que muchas bandas igual tardan tres o cuatro años en sacar el primer disco y es casi un grandes éxitos, mientras que el segundo lo tienen que hacer deprisa y corriendo. En nuestro caso ha sido al revés. Sacamos el primer single en 2018 y salió en 2019. “Hilo Negro” prácticamente lo consideramos realmente como el primer disco de Motoreta’s como tal.
Se nota todo ese trabajo, sobre todo, en los desarrollos instrumentales. El disco tiene temas muy directos pero también desarrollos como el de ‘Gitana’, o el final de ‘RGTQ’.
Sí. El primer disco era más como ir a todo puño con la moto y en este le hemos dado un poco de esquinazo a la policía y depende del tramo aceleramos un poquito o no (risas).
Esto se ve incluso en las portadas. El primero tiene en ella un coche prácticamente quemando rueda y esta es muy diferente, con toda esa parte psicodélica, casi chamánica. Creo que se ha hablado poco de ella y a mí me gusta mucho el trabajo de Cristina Daura.
Nosotros éramos muy fans de Cristina y acertamos totalmente al elegirla, porque nos devolvió algo mucho más allá de lo que esperábamos. La idea era un caldero central, que representa el local de ensayo y nuestras influencias, y alrededor unos seres como mitológicos o mágicos que bailan alrededor del caldero y que somos nosotros cocinando las canciones. Esa es la metáfora. Le pasamos un boceto mal dibujado y nos devolvió esto, que es acojonante. Hizo un trabajazo brutal.
No quiero centrarme mucho en canciones en concreto, porque creo que el disco ya está bastante rodado y asimilado, pero no puedo resistirme a preguntarte por ‘Somnium Igni’, que parece vuestra particular “Odisea en el espacio”, yendo desde la tradición a la vanguardia. Creo que define a la perfección vuestro sonido.
Exactamente. Es un concepto que apareció con el primer disco. La idea de ir de cero a cien, o del pasado al futuro. No nos dio tiempo de meterlo en el primero y decidimos partirla en dos y dejar la segunda para este. También está muy bonito para el directo porque en la primera parte la gente se relaja un poco. Arrancamos el tema con una escenografía clásica de flamenco, a guitarra y voz, y luego se va uniendo el resto de la banda para acabar con esa parte casi de rave postmoderna, en la que también nos sentimos muy cómodos, porque nuestra premisa principal es hacer música de nuestra época.
En los últimos años, con propuestas como la vuestra o la de grupos como Califato ¾, también en Andalucía, o Rodrigo Cuevas o Baiuca en el norte, parece que se están aceptando y asimilando mejor los sonidos tradicionales de nuestro folclore. ¿Os sentís parte de una corriente en ese sentido?
Sí, hemos notado que hay cierta predisposición, tanto por los creadores y creadoras como por el público, de utilizar las raíces de donde seas. Otros colegas nuestros, los Moura, hacen algo parecido a lo nuestro pero a la vez muy distinto, al utilizar la música tradicional gallega. Se están incorporando estos sonidos en la creación y yo creo que al público todo esto le refresca la oreja y a la vez le conecta con una raíz muy profunda. Creo que Rosalía abrió una puerta muy grande en ese sentido y otros como C. Tangana siguen manteniendo el foco en ello.
A mí me sorprende que, a día de hoy, todavía escucho o leo comentarios como “no veo cine español”, o “no escucho a grupos españoles”, como si esto fuera algún tipo de género menor. Creo que hay bandas increíbles en nuestro país haciendo cosas que, si vinieran de fuera, de un grupo inglés o americano, tendrían mucha más aceptación.
Sí, es una seña típica de España, el tener un poco desvalorizado lo nuestro, cuando a nivel artístico hemos tenido a algunos de los creadores más potentes del planeta. Nosotros no creemos mucho en las fronteras ni los países, pero es así. Al final creo que gente como Antonio Banderas, o el hecho de ganar retos deportivos a nivel mundial, nos ha ido quitando esos complejos de Paco Martínez Soria en la gran ciudad (risas). A nivel cine, música, artes gráficos… tenemos a gente increíble. Tampoco hay que ir diciendo que somos los mejores, pero desde luego no hay que desvalorizarnos.
Precisamente de cine tenemos que hablar ahora, porque en breve se estrena la película “Las Leyes de la Frontera”, de Daniel Monzón, para la que habéis compuesto vuestra primera banda sonora. Cuéntame cómo os llega la propuesta y cómo ha sido el proceso.
Ha sido un proceso muy diferente, porque cuando vas a componer un disco te metes en el local y te peleas con el resto de la banda, pero no dejamos de ser nosotros los jefes del barco. En este caso el jefe era el director de la película y el rumbo del barco es la emoción que la película tiene que transmitir en cada momento concreto. Ha sido muy bonito. Primero nos contactó Monzón para que hiciéramos el tema principal, le dijimos que sí y a la semana nos volvieron a decir que si nos animábamos con el resto de composiciones. Les volvimos a decir que sí y ahí empezó toda una vorágine de intercambio de ideas, guiones, músicas… Fue un auténtico partido de tenis de varios meses, hasta que ya nos juntamos todos en el estudio y terminamos de pulirlo. Ha sido un curro bastante tocho.
Al final casi os ha venido bien la pandemia y que no hubiera tanto concierto para poder afrontar esto ¿no?
Pues sí, porque si no seguramente no lo habríamos podido afrontar. Nosotros, cuando nos juntamos en enero de 2020 para organizar el año, ya teníamos 64 bolos cerrados así que imagínate.
¿La banda sonora se va a publicar en formato físico como un nuevo disco de Derby Motoreta’s?
Habrá formato físico que, de hecho, lo está masterizando ahora Brian Lucey, que es quién nos masterizó “Hilo Negro” y quedamos todos muy contentos con el resultado. Va a ser el disco de la banda sonora, con temas licenciados de grupos como Smash o Las Grecas y después todas nuestras composiciones, con diálogos entre medias y demás, como las bandas sonoras de las pelis de Tarantino. Como canciones, digamos reales, nuestras hay tres: la principal, que tiene videoclip, y un par más que están diseccionadas para la película. Hay también una pieza más instrumental de unos 12 minutos que es lo más complejo que tuvimos que hacer y que se corresponde con una parte del clímax de la película y esa sí que está completa en el disco.
Nos quedamos con muchas ganas de ver la película.
La peli de verdad que es muy potente. Yo cuando me pasaron el guion y me lo terminé de leer me jarté de llorar (risas). Y cuando la vimos, en un pase aún sin efectos ni nada, acabamos llorando todos. Yo ya he ido dejando por ahí la frase «“Las Leyes de la Frontera”, la peli que hizo llorar a los Motoreta’s» como titular, por si alguien quiere utilizarla (risas).
Pues cuenta con ello. Nunca me lo habían puesto tan fácil (risas). Ya para terminar, habéis confirmado una fecha para el 11 de diciembre en la sala La Riviera de Madrid. ¿Consideráis esto un fin de gira? ¿Cuáles son los siguientes planes de la banda de cara a 2022?
Va a ser final de gira de “Hilo Negro” a nivel nacional, sí. Estamos ya viendo como en 2022 podemos movernos fuera de España. La idea es acabar la gira en La Riviera que, hasta dónde sé ahora mismo, vamos a poder estar todos de pie, con aforos normales, o eso esperamos. Sería el regalo final máximo para nosotros. Hacer allí una mega orgía (risas). Y en 2022 pues lo dicho, intentar sacar a la banda de España para ir picando piedra fuera y también ir ya trabajando en canciones para el tercer disco. La semana que viene nos vamos a juntar ya para ir poniendo ideas en común porque el tercer disco tiene que ser ya la repanocha (risas).
Fotografía: Van Stockkum