Los Espíritus @ Sala Copérnico (Madrid) 19-10-2017


Desde que descubrimos a Los Espíritus soñábamos con verlos en directo alguna vez. No parecía tarea fácil. A veces internet nos da una idea distorsionada de la realidad y lo que podemos sentir muy cercano, tan solo a un click, realmente puede estar a años luz de nosotros, y no parecía que la banda argentina estuviera próxima a dar el salto a Europa. Finalmente, y casi cuando menos lo esperábamos, se obró el milagro. De la mano de Charco, siempre dispuestos a acercarnos propuestas del otro lado del Atlántico, Los Espíritus confirmaban varias fechas en nuestro país para presentar las canciones de su nuevo disco, el inmenso “Agua Ardiente”, tercero ya en una discografía en constante crecimiento y que parece no tener límites.
La banda bonaerense llegaba así el pasado jueves a Madrid, donde ponía fin a su primera gira por España ante una sala Copérnico que, sin llegar al lleno, sí que aportó todo el calor que la banda demandaba desde el escenario. Agolpados junto al escenario desde el primer segundo, nos dejamos zarandear hipnotizados por unas composiciones que en directo parecen inyectadas por un extra de narcótica psicodelia. Tal vez son esas voces medio susurradas de Maxi Prietto, las constantes percusiones que aporta desde las alturas Fer Barrey y que le dan ese sabor tribal a su música, esas líneas de bajo con las que nos golpea el cerebro Martín Ferbat o el constante dejarse llevar de Santi Moraes invitando al trance colectivo. La maquinaria funciona a la perfección en directo y los desarrollos instrumentales de temas como ‘El Palacio’, ‘Las Armas las Carga el Diablo’, ‘Jesús Rima con Cruz’ o ‘La Mirada’ se empeñan en elevar una tensión musical que flota en el ambiente como efluvios del blues más desquiciado. Impresionante fue también en todo momento el duelo de guitarras que nos brindaron Prietto y Miguel Mactas, alternándose protagonismo en unos punteos siderales de dedos ágiles y mucho sentimiento, tanto como el que respiramos en esa espontánea ovación que nació del público a mitad del concierto y que solo surge en esos momentos que se saben especiales e irrepetibles.
Con “Agua Ardiente” publicado este mismo año era difícil que éste no copara gran parte del set list pero aún así fueron constantes los recuerdos a sus dos anteriores trabajos discográficos, ese debut homónimo que los puso en el mapa y el siguiente “Gratitud”, protagonista de un tridente imparable formado por ‘Perro Viejo’, ‘Negro Chico’ y la abrumadoramente psicotrópica ‘Vamos a la Luna’, con la que cerraron antes de los bises un concierto que se alargó durante más de dos horas. Antes, ‘Perdida en el Fuego’ nos puso en órbita con su amarga dulzura, ‘Jugo’ invitó al baile, ‘La Mirada’ nos arrojó al árido desierto y ‘La Crecida’ arrasó todo a su paso a base de percusiva batucada. Ya en los bises se despidieron con el agitado ritmo bluesero de ‘Las Sirenas’, una ‘Noches de Verano’ que los acerca al pop más pegadizo y la definitiva ‘La Rueda’, de afilada letra y constante crecimiento instrumental. Qué bueno que vinisteis amigos.
Texto: Iván Díaz
Fotografías: Luis Arteaga