[Actualidad] Los Espíritus – «Gratitud» (2015)


El sentimiento de gratitud no corresponde a una de las emociones básicas, todo lo contrario. Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente. No todo el mundo puede experimentar gratitud, es una virtud reservada para los espíritus más elevados. Me permito el pequeño y pedante placer de soltar un micro-tostón filosofal para remarcar el acertado título del tan esperado segundo trabajo de Los Espíritus, una de las bandas más interesantes de Latinoamérica y tras la que se encuentra Maxi Prietto, personaje clave del under-argentino a quien ya reivindicamos en nuestro reportaje dedicado a la escena independiente del país.
Los que suscriben estas páginas estábamos empezando a desgastar el primer álbum de blues místico que nos entregaban en 2013, amén del doble de Prietto Viaja al Cosmos con Mariano o los desgarradores boleros que se marca en solitario en «La Última Noche», así que por aquí la noticia y escucha de nuevo material nos sienta como botellón de Passport. Músico de vertientes y máscaras donde los haya, es en este psicodélico-latino-bluesero-místico combo donde mejor luce su talento y este «Gratitud» que han tenido la amabilidad de regalarnos los confirma inspiradísimos y en estado de gracia.
Una hipnótica percusión acompaña los primeros rasgueos de guitarra que introducen ‘La Pérdida’, con un bajo psicochamánico que te va abduciendo poco a poco mientras cantan «y mi corazón espera que mañana ya no llueva y yo te vuelva a ver«. Bendita esperanza para quien tiene una nube encima de él mismo. En ‘Perro Viejo’ se ponen cantineros, sudando swing y tequila en todo un temazo obsesivo compulsivo. ‘Mares’, con su pegadizo ritmo, se convierte en el perfecto avance casi marcial para la chamánica ‘Alto Valle’, que es puro trance. Tras ella, y como una alegre danza de muertos (ahora que se aproximan las fechas), cae fuerte y caliente ‘Gratitud’ hacia el ecuador del cancionero. Ya en la segunda mitad sacan toda la salsa y el bolero que llevan en sangre para derramarlo sobre ‘Negro Chico’, otra genialidad y otro paso más allá. Y en el siguiente nos ‘Vamos a la Luna’, donde «el amor puede llegar si nuestros corazones se encuentran en paz«. Linda mística. Más primitivos y ortodoxos se muestran en ‘Pelea Callejera’ y ‘En las Cortinas’, donde nos devuelven a las cantinas y al palo del borracho para echar el cierre con todo el color y la fiesta que tiene la muerte en el imaginario de Los Espíritus.
Grandísima entrega que supera con creces su primer álbum. Ideal para sudar la tristeza en contraste al frio que se nos viene y acompañarlo con unos Fernet con Cola fresquitos y espumosos. Esto sí suena brillante. ¡Vamos los pibes!