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Entrevista con Disciplina Atlántico: «Siempre hemos intentado romper un poco las estructuras clásicas»
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Entrevista con Disciplina Atlántico: «Siempre hemos intentado romper un poco las estructuras clásicas»

entrevista disciplina atlántico

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«Es un disco absolutamente anti rockero en el sentido de que el rock and roll habla de placer. Sexo, drogas y rock and roll. Llega un momento en el que ves que ese tipo de cosas están ya un poco gastadas, que son tópicos más que otra cosa. Estas letras de lo que hablan es de todo lo contrario.» (Ricar, Disciplina Atlántico)

Con la pausa que permite el no sentirse presionado, Disciplina Atlántico han cocinado a fuego lento su segundo disco, un «Pensamiento Mágico» en el que recrudecen su sonido para, a la vez, sonar más accesibles que nunca. Muchas veces estirar de los extremos en la mejor manera de no estancarse y aquí tenemos la clara muestra de ello. Sobre sus nuevas canciones y la situación del grupo después de estos cuatro años y la gran pausa generada por el dichoso virus hablamos con Pablo, bajista de la formación, en una soleada mañana casi primaveral.

Han pasado cuatro años desde que publicasteis “Gran Oriente”. ¿Qué ha pasado durante este tiempo en el grupo? Hubo algún cambio de formación ¿no?

Después de grabar el disco, a los dos años, Mauri dejó la banda por temas de conciliación y entró Juanma, que es amigo nuestro de toda la vida, así que fue un cambio muy natural. Ya había hecho algún coro en el disco incluso. Pero bueno, en general es que nos cuesta sacar tiempo. Y luego que somos bastante lentos componiendo.

¿Le dais muchas vueltas a las canciones?

Algunas sí, aunque otras salen en una tarde, pero claro, a la que le das muchas vueltas igual te tiras tres meses con ella. La maqueta de este la grabamos ya en navidades de 2018, con 8 o 9 canciones terminadas, y ha salido dos años después.

Al menos la pandemia os pilló con el disco ya grabado.

Sí, pero justo se empezó a mezclar cuando empezó el confinamiento y eso también ha contribuido a que los tiempos se hayan dilatado. También que en septiembre lo teníamos ya masterizado pero estábamos esperando a ver qué pasaba, si mejoraba la cosa, y viendo que esto seguía igual y no había visos de mejora ya decidimos sacarlo.

Debe ser raro sacar un disco y no poder presentarlo en directo. ¿Tenéis algo programado?

Tenemos una fecha cerrada en mayo en Valladolid, que es de donde somos parte del grupo, y queremos buscar algo aquí en Madrid. Hacer mínimo esos dos conciertos y luego ya ir viendo si surge alguna cosa, que te llame alguien de algún ciclo o algo así, pero en principio solo esos dos.

Imagino que entrar en esos ciclos, con los presupuestos tan ajustados que se estarán moviendo debe ser tan complicado o más de lo que era antes entrar en el típico festival de verano.

Tocan siempre los 15 mismos grupos y es imposible entrar ahí. Tienes que estar en alguno de los sellos que son los que mueven todo, o muy bien relacionado con ese círculo. Igual en algún triple cartel o alguna cosa así podemos entrar, pero es difícil.

El primer EP y el disco largo los publicasteis con Limbo Starr pero ahora habéis salido del sello y lanzáis este con Records del Mundo. 

Con Limbo se agotó la colaboración, tanto por su parte como por la nuestra. Le pasamos la maqueta que te decía y no terminó de encajarles con lo que están editando ahora así que nada, pues sin ningún problema, lo dejamos ahí y seguimos siendo colegas. A partir de eso hablamos con alguna gente, pero se quedó todo un poco en el aire hasta que tuviéramos el disco grabado. Cuando lo tuvimos llegó toda esta movida y las discográficas con las que volvimos a hablar nos dijeron que ahora mismo no podían arriesgarse, que iban a sacar lo que tenían ya cerrado y nada más.

Luego, la posibilidad de sacarlo con Records del Mundo siempre estaba ahí. El sello lo llevan la gente de Atención Tsunami, que son amigos, y aunque no son una discográfica como tal, sino más bien una plataforma para autoeditarse, nos facilitaron mucho la cosa dándonos todos los contactos de distribución y demás. Estamos contentos con este paso porque no deja de ser un disco autoeditado, pero estar bajo este paraguas hace que te sientas algo más protegido.

El disco lo habéis grabado con Leo Mateos como productor y con Ojo como ingeniero. A mí tanto Nudozurdo como La Débil, las bandas a las que pertenecían respectivamente, me parecen de lo mejor que hemos tenido en este país. ¿Cómo llegasteis a ellos y cómo ha sido la grabación?

Leo es una persona maravillosa y muy máquina en todo lo que hace. Con él la relación empezó porque una vez nos llamó un promotor de Mallorca para dar un concierto allí. Le pregunté cómo nos había conocido y me dijo que Leo había estado allí actuando quince días antes y al preguntarle sobre grupos de Madrid que le parecieran interesantes nuestro nombre fue el primero que dijo.

¿Pero ahí no os conocíais?

No, personalmente no. A raíz de eso le escribimos para darle las gracias y al poco tiempo nos llamó para telonear a Nudozurdo en Copérnico. Fue ahí cuando ya se nos ofreció para trabajar con nosotros en algún momento. Más adelante, cuando tuvimos grabada la maqueta se la pasamos, le gustaron las canciones y aquí estamos.

Además, por lo que leo, ha colaborado con instrumentación en el disco así que entiendo que ha ejercido como auténtico productor, aportando ideas y demás. 

Sí, se implicó mucho. Nos sugería diferentes pedales o instrumentos para algunas cosas. También le dimos mucha libertad y ha metido pianos, sintes y alguna guitarra en diferentes canciones.

Aunque el cambio de sonido entre vuestros dos discos no es radical sí que se nota. Este me suena más seco, más crudo. 

Sí, eso es. Es más directo. Igual más sucio también. Leo quería implicarse mucho en la mezcla y buscar ese muro de sonido que ha creado. Estuvo bastante tiempo con ello hasta dar con la tecla y luego en un par de reuniones lo cerramos. Aun así el disco tiene bastantes capas, aunque a priori no lo parezca. Muchas voces dobladas también.

Sí que habéis trabajado mejor las voces y los coros. En el primer tema sorprenden esas segundas voces del final, por ejemplo.

Las voces de Ricar están dobladas y luego hay muchos coros, también porque nos hemos soltado más, tanto Juanma como yo, para hacerlas en directo. Antes íbamos solo con un micro y ahora vamos a llevar tres. En el disco colabora también Jose, la chica de Ricar, que ha metido algunas voces femeninas.

El primer adelanto fue ‘Combate de Cosechadoras’ y al escucharla pensé “Disciplina están de vuelta”. Me suena a un tema clásico vuestro, pero luego el disco no va tanto por esa línea. Es más representativo de lo que eran Disciplina antes que de lo que son ahora.

Lo has pillado perfectamente, porque esa canción tiene cuatro años (risas). Ya la tocamos en directo alguna vez en la presentación del anterior disco, de hecho. En principio no iba a ser el adelanto, que iba a ser ‘Bó e Isabel’, pero en el último momento nos echamos para atrás. Nos gustaba mucho, pero es muy cruda, muy inmediata, y ‘Combate’ sonaba más a nosotros. Ha sido un acierto porque a la gente le ha gustado.

Tiene ese desarrollo instrumental final marca de la casa que luego prácticamente no repetís, hasta tal vez la final ‘No Puedes Escapar del Karma’, que viene empaquetada entre dos explosiones instrumentales tremendas. A mí me suena casi a Mogwai y, al escuchar el comienzo, pensé que iba a ser un tema instrumental.

Es como una nebulosa instrumental y luego hay una canción estándar en medio. Siempre hemos intentado romper un poco las estructuras clásicas. Por ejemplo, en ‘Caminos y Carreteras’, que es mi favorita, eso lo hemos llevado al extremo. Es una secuencia de ritmos en la que no hay una estructura como tal, tiene muchos cambios de tempo. Luego hay canciones muy típicas también en el disco, claro.

Eso te iba a decir, que a pesar de esto me parece un disco más inmediato que el anterior. ‘Los Ojos’, por ejemplo, me parece un single clarísimo.

Ricar quería meterlo como adelanto.

Además, en esa parte final juntáis ‘Los Ojos’, ‘El Fantasma’ y ‘Mataré a Vuestros Muertos’, que son muy directas.

Sí. Hay gente que nos dice que son las que más le gustan del disco, otras que las que menos… Depende un poco de tus gustos y de dónde vengas. Las pusimos las tres juntas a posta. Luego cada una es diferente. ‘El Fantasma’ igual es la que más se sale de la línea porque es puro power pop noventero. Claramente nos gustan mucho bandas como Dinosaur Jr., Lemonheads, Posies, Pavement, y venimos un poco de ahí. Y fíjate que dudamos si meterla o no en el disco, porque nos sonaba demasiado a todo aquello. Por otra parte, también tengo que decir que se nos ha quedado fuera una canción que dura doce minutos (risas).

También me gusta mucho “El Culto del Humo Azul”.

Esa nos salió en una tarde. Las canciones nuevas que estamos haciendo van un poco en esta línea. Un único riff repetido muchas veces, con subidas y bajadas y diferentes efectos. Hacer canciones más en bloque.

Me encanta el punteo de guitarra, con el wah-wah. Me recuerda a bandas muy psicodélicas, como Brian Jonestown o Wooden Shijps.

A Wooden Shjips los vimos en directo hace un montón en Valladolid y sí que nos molan. Igual es una canción un poco más moderna y no evoca tanto al indie noventero del que hablábamos antes.

También es que Wooden es un grupo que va en la línea de lo que dices: sobre una batería muy lineal ir construyendo la canción con sus subidas y bajadas.

Eso es. También Combate es un poco así, la batería y el bajo son todo el rato igual y sobre esa línea van surfeando las guitarras. Ricar y Juanma se complementan muy bien en esto.

En este disco parece que habéis trabajado también mucho la parte visual, como dándole un concepto general a todo. La portada del disco, la del single, el videoclip de ‘Combate de Cosechadoras’…

Sí, eso ha sido un poco empeño personal mío, porque me encantan los discos que dan esa sensación de que desde el lanzamiento está todo pensado. Hemos contado con Iván Serrano, que es amigo de toda la vida y muy fan del grupo y que, además, tiene un lenguaje muy personal que nos gusta mucho. La portada costó un poco hasta que dimos con el punto y a partir de ahí ya decidimos que fuera todo con ese mismo aspecto, que al final es un toque personal de Iván, de cómo entiende él nuestra música. Tanto la portada del disco como el videoclip y la portada del single forman esa imaginería propia y como nos daba un poco de pena que la del single no quedara impresa vamos a regalar una lámina con los primeros pedidos del vinilo.

En cuanto a formato físico el disco solamente se va a editar en vinilo. ¿Al no sacarlo en CD se enfoca la grabación, producción y demás al sonido del vinilo?

Hombre, grabar en digital y luego pasarlo al vinilo realmente no es lo ideal, pero bueno, al final es lo que hace prácticamente todo el mundo, aunque haya gente que siga grabando en bobina. En cualquier caso, al hacer el master sí que hay unas indicaciones para cómo tiene que sonar el vinilo. Nosotros lo hemos masterizado en Golden Mastering, en California, que es dónde quiso Leo que se hiciera, y cuando nos mandaron las pistas venía un texto de cómo tiene que calibrarlo el ingeniero de la fábrica para hacer el corte.

El «Pensamiento Mágico» como concepto

Uno de los fuertes de Disciplina Atlántico siempre han sido sus letras. ‘Parquesol’ fue la primera canción que escuchamos de ellos y ya estaba ahí esa cotidianeidad tan visual y narrativa. Es imposible no verse reflejado en ella o en temas posteriores como ‘Pantano (mierda de)’, rebosante de un escapismo con el que todos soñamos en algún momento de nuestras vidas, o ‘Esto Huele Como a Espíritu Adolescente’. «Pensamiento Mágico» no es para menos y todo él está atravesado de realidad y pequeñas aventuras cotidianas. Sobre el concepto que rodea las canciones nos habla Ricar, cantante y letrista de la formación, a través de un audio.

«Es un disco absolutamente anti rockero en el sentido de que el rock and roll habla de placer. Sexo, drogas y rock and roll. Llega un momento en el que ves que ese tipo de cosas están ya un poco gastadas, que son tópicos más que otra cosa. Estas letras de lo que hablan es de todo lo contrario. La vida real no soporta un continuo sexo, drogas y rock and roll sino que hay un montón de pequeños placeres en la vida cotidiana que hay que saber valorar. Hay que aceptarlos, quererlos y desearlos. Las pequeñas cosas son las que de verdad nos pueden hacer felices. Yo pienso en él como el disco budista, el de la aceptación.

Creo que tiene mucha vigencia en esta época de redes sociales, que nos hacen pensar en nuestra propia vida como un producto que no es real. Esa idealización de las redes es una huida hacia delante y el querer siempre “me gustas” o aceptación nos lleva a un sitio que no tiene fin. Yo creo que es más sencillo bajarse del caballo y decir pues mira, tengo esto y es maravilloso, y si no lo es tú lo puedes transformar, con ese pensamiento mágico del que hablamos. Podemos controlar o ver la realidad de una manera mágica si la valoramos en toda su sencillez.»

Fotografía: Tonho_Photo

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