Las Ligas Menores + La Estrella de David @ Joy Eslava (Madrid) 10-05-2019


Convertidos en un clásico de estas fechas, los conciertos de Sound Isidro arrancaban en Madrid con el comienzo de las fiestas municipales. Con varios bolos programados en diferentes salas de la capital buscando siempre el gusto por la variedad y la calidad, desde que se conoció el cartel hace unos meses, en nuestras agendas marcamos en rojo ese 10 de mayo en el que, si todo iba bien, veríamos por fin a Las Ligas Menores en directo. La fascinación por el pop de las argentinas se remonta ya varios años atrás, cuando en estás páginas descubríamos su primer disco. Un álbum que pronto se convertiría en obsesión. El nervio urgente y la espontaneidad de sus letras y melodías las situaban en lugares destacados de la música independiente argentina. Esperando con ganas a que se produjese ese salto intercontinental que ya dieron en los últimos años otros grupos de la escena como Los Espíritus, Onda Vaga o los más veteranos y seminales El Mató, el momento llegaba a finales del pasado año. El quinteto de Buenos Aires se daba un baño de masas haciendo hasta trece fechas en España a las que desafortunadamente no pudimos acercarnos. Con la promesa de volver, y cumpliendo en un escenario de lujo como la Joy Eslava, la velada señalada se engrandecería aún más con la actuación de La Estrella de David.
Abriendo la noche, David Rodríguez demostraba que pese a su intermitente discografía posee una base de seguidores que lejos de olvidarse de él han seguido al pie del cañón todos estos años y corean cada una de sus letras en directo. Con un público que llenaba la Joy desde la apertura de puertas para no perderse su actuación, lejos del divismo, con las manos en los bolsillos y como si estuviese dando un paseo por casa, David Rodríguez repasaba su cancionero incidiendo en «Consagración», álbum con el que volvía siete años después. En los ritmos más electrónicos y acertados, fueron especialmente celebradas la desgarradora ‘Cariño’ y la sincera y patética ‘Noches de Blanco Satán’. Aunque subiendo el calor y la intensidad, el momento más vívido del bolo llegaba con los primeros acordes de ‘Maracaibo’, con la que se acercaba al sonido y a la biblioteca del desamor de Los Planetas. Sin alardes ni bises, La Estrella de David se despedía como había llegado, dejando eso sí a todos sus fieles con una sonrisa de oreja a oreja y con el corazón magullado.
Sin hacernos esperar y tras algún cambio de backline, Las Ligas Menores metían la primera con la celeridad de ‘El Baile de Elvis’, iniciando un setlist en el que aprovechando la velocidad de sus canciones no dejaban de revisar su reciente «Fuego Artificial» pero centraban el tiro en aquel disco homónimo con el que nos enamoraron para siempre en su debut. La continuación la daba precisamente ‘Europa’, una de las grandes joyas de aquella colección llena de una nostalgia y una sencillez que te atraviesa de punta a punta marcando además un estilo muy particular de hacer canciones. Con una Anabella Cartolano comandando la delantera, por su lateral derecho subía al ataque Pablo Kemper, alternándose el protagonismo vocal en temas como ‘Hoy Me Espera’ o ‘Tíbet’. De las más nuevas no faltaron la romántica ‘Contando Lunas’, el grito a ‘La Paciencia’ o esa ‘Ni una Canción’ en la que Carlotano le canta a la sensación de abatimiento que deja tras de sí el amor que termina. Aunque nuevamente los mejores momentos de la noche llegarían de su primer disco con pildorazos como ‘Tema 7’, ‘A 1.200 km’, y sobre todo tres temazos de marca mayor como son ‘Crecer’, ‘Accidente’ y por supuesto la icónica ‘Renault Fuego’, que dentro de su imaginario gana la importancia de aquel Galaxie 500 que Dean Wareham convertiría en eterno. Sin duda el corte que mejor representa la esencia del grupo y su manera de entender la música. Con él se desataba la locura en la pista mientras que sobre las tablas invitaban a Diego Ibáñez de Carolina Durante, devolviendo así el balón tras haber ejercido de teloneras de la banda madrileña en su anterior visita. Con un bis tan acelerado como lo es su estilo, la banda argentina se marchaba a camerinos con lo que esperemos sea un «hasta pronto».