Entrevista con Hombre Lobo Internacional


En sus inicios, Hombre Lobo Internacional tenía la peculiaridad de realizar su ritual solo en las noches de luna llena, tal como hizo en su primera gira, «Full Moon Tour». A día de hoy este espectáculo ha crecido tanto o más que la luna así que en la actualidad el lobo se la lleva debajo del brazo para acercar su salvaje transformación a cualquier rincón del planeta.
Al Hombre Lobo hay que empezar desde ya a tomarlo más en serio que en serie (en su caso b) ya que esta criatura esta reinterpretando el rock and roll con una ejecución que tiene tanto el roll como el rock equilibrados al 50%. Su glorioso vinilo debut da buena cuenta en sus 21 pistas de su particular revisión apocalíptica de los géneros más clásicos, tocados a pelo, con garras y pasión, aullándole a la luna todo el rock and roll animal que lleva dentro. Con un sonido sin ningún tipo de filtro, esta grabación no contiene ni el más mínimo truco, aquí están todos sus recursos en vivo tal como los dispara en sus recomendables y únicos recitales, donde el espectáculo se mezcla con un sonido primitivo y visceral que rompe caderas a su paso. «The Early Recording» recopila en su totalidad todas las grabaciones de esta “one wolfman band», (también disponibles en las principales plataformas de streaming) con el añadido especial de unas pistas exclusivas que solo podrás encontrar adquiriendo tan cotizado objeto y que en un tiempo record te dan un terrorífico paseo a través de sus blues pantanosos y sus rock and rolles psicofónico.
Paul Chaney, el hombre que convive con la bestia, el mismo que fuera mordido y envenenado por el r’n’r de los años 50, comparte en su dualidad con el monstruo una actitud de ir hacia delante, casi siempre solo y a veces en compañía de otros. Una aventura que le ha llevado recientemente a realizar una extensa y exitosa gira a través de Francia e Italia sobre las 4 ruedas del «Lobomovil» y que culminó en un exaltado fin de fiesta de luna llena en Barcelona el Domingo de Resurrección.
En su caso, la premisa «Hazlo tú mismo» está llevada hasta el extremo, convertida aquí casi en un acto político. Empezando por su música, que está ejecutada por un solo lobo de los pies a la cabeza, pasando por las extremidades y los rugidos de su garganta y dirigido todo ello desde su corazoncito animal. La organización de fechas a un ritmo, como no podía ser de otra forma, infernal es otra de las labores que lleva a cabo, así como la edición de su obra, producción y creación de un muy atractivo merchandising (hay que destacar el diseño de sus atractivas camisetas, realizado por el prestigioso tatuador Andres Jalle).
Para la ocasión, y con motivo de su fin gira, nos reunimos con el Lobo mutado ya en la soleada paz de tarde en el hombre, para que nos cuente algo más sobre cómo ve el mundo la bestia, que peligros le han acompañado en su intrépido viaje, hacia dónde se dirige semejante criatura y demás dudas que uno tiene. Paul Chaney nos atiende en su última estancia antes de partir y abandonar este mundo y reunirse con su amada en el país donde habitan.
¿Defíneme rock and roll en dos palabras?
Mi vida.
Tu repertorio para los conciertos se compone de temas propios y versiones mezclados aleatoriamente, todo ello pasado por tu filtro hasta hacerlo sonar lo más homogéneo posible ¿Crees que la gente distingue tu material del que adaptas cuando el espectáculo está en pleno éxtasis?
Lobotomizo los clásicos del r’n’r y los transformo para que formen parte de mi material en vivo, donde se solapan con mi repertorio original. Para las grabaciones utilizo solo temas de mi propia cosecha, que están todos recopilados en «The Early Recording», un primer álbum que grabé durante mi primer año y que fui distribuyendo en pequeños EPs vía Internet hasta juntarlo todo en uno y añadir nuevo material para hacerlo más atractivo. Volviendo a la pregunta, en directo me apoyo también en las versiones que realizo de todos los clásicos que me han inspirado: Ramones, Cramps… pero siempre pasado por la batidora hasta empantanar el sonido y si la gente lo recibe como un todo pues genial.
El imaginario de Hombre Lobo Internacional está interpretado en la lengua original del género. ¿Te has planteado hacerlo en otro idioma en próximas aventuras?
No, de momento solo en inglés porque siempre me ha salido mejor hacerlo así a la hora de meter frases que me molen a las melodías y poder repetirlas y tocarlas hasta la saciedad. Pero vamos, que tampoco es que sea muy profundo en ese sentido. Las letras hablan de la vida cotidiana de un hombrelobo, ya sabes, si es perseguido, si persigue, si teme a las balas de plata, si tiene hambre, si echa de menos a su amada…
Acabas de llegar de un viaje largo en el que has recorrido con tu lobomovil pequeñas y grandes localidades a través de Francia e Italia ¿Cuéntanos un poco como ha sido la experiencia?
Bueno, el año pasado me llamaron para tocar en Roma la gente de Dead Music Roma, que son una promotora especializada en el rollo monobandas, y como la historia fue bastante bien me invitaron a formar parte del cartel del Invasione Monobanda, un festival que llevan tiempo organizando a base de un atractivo cartel que cuenta con varios one man bands de diferentes nacionalidades. La misma organización del festival me fue pasando contactos con más lugares, salas y bares donde encajar mi espectáculo así que fui trazando un mapa en sentido kilométrico para acercar el espectáculo del hombrelobo a grandes ciudades como Roma o a sitios tan auténticos como un bar de puerto tradicional en Ancora. Pero vamos, lo mejor de todo esto es que por mi formato yo me adapto a cualquier sitio, sala, teatro o lo que sea. Si he podido realizar esta gira que para mí es un sueño cumplido es precisamente porque todas las decisiones o cambios de última hora solo han pasado por mí. Con una banda esto hubiera sido más complicado pero al estar yo solo pues eso, que me entiendo bastante bien conmigo mismo. Además, tampoco estoy del todo solo, me acompaña mi propia soledad. La respuesta del público, el calor y la hospitalidad que me han brindado ha sido brutal.
Igual nunca sabes muy bien lo que te vas a encontrar cuando viajas solo. Puedes, no sé, llegar a un lugar y que de repente todo se complique.
Sí, y quizás eso sea en parte lo más bonito de este tipo de viajes, que de repente te puedes encontrar en una situación con la que no contabas pero que acabas manejándola y dirigiéndola correctamente. Eso te hace crecer como persona y como animal. De todas maneras, lo mejor que me llevo de todo esto es que en cada sitio donde he estado he aprendido algo y siempre hay alguien con quien conectas y que te hace todo más fácil. No sé, es como recuperar la capacidad de volver a sorprenderte de todo.
Eso me parece a mí también. Debe ser la hostia y además es un tiempo con uno mismo, que siempre viene muy bien. Al final sale más barato que ir al psicólogo y mola más, ¿no?
Así es.
Antes comentaba que lo del «hazlo tú mismo» lo has llevado al extremo ¿Qué impresión tienes de cómo estás haciendo las cosas y que resultados obtienes?
En mi opinión es la mejor forma de poder ir haciendo cosas, de darte a conocer, ir a tocar donde puedas… en fin, de no ponerle, como se suele decir, «puertas al campo». Yo en el fondo siempre he querido hacer así las cosas pero claro, cuando estas en una banda pues es más complicado planear movimientos y tal. Aquí al ser uno pues tengo la mejor disponibilidad y disposición para todo. Aun así, en la edición del vinilo han colaborado varios sellos, el diseño de las camisetas me lo realizó Andres Jalle, todo un regalazo por su parte por cierto, el trabajo de fotografía esta realizado por Pato Conde… vamos que yo lo intento pero si no llega pues tampoco me voy a rendir. Tengo los medios y voy hacia adelante con todo, con mis propias ideas y alternativas. En cuanto a los resultados, a estas alturas no podrían ser mejores. Me estoy abriendo camino y por cada sitio en el que hago parada me aseguro poder volver, las ventas del álbum en los conciertos y del merchan funcionan… vamos que estoy encantado.
Tu show está muy bien definido entre un sonido primitivo y el peso de un espectáculo muy teatral. Digamos que recuperas un poco el rollo ceremonial que antes existía en el rock ¿Te parece que en la actualidad se está perdiendo un poco la parte del espectáculo, centrándolo absolutamente todo en la música?
Sí es cierto que ahora todo se concentra más en lo musical, lo cual creo que por otra parte está bien. En mi caso siempre he sido de aportar un grado de show, ya que vengo un poco del rollo The Cramps y lo cierto es que la primera vez que los vi en directo vi la luz y empecé a imaginarme un poco como debía ser todo. Pero sí, en mi opinión esto tiene que ser un espectáculo con energía y darle un poco una historia.
¿Consideras que el acto de transmutación en vivo es uno de los principales atractivos de tus conciertos y que a la vez eso te sirve para redescubrirle el rock and roll a un público a menudo entregado y a veces curioso?
No, yo creo que está bastante balanceado el asunto porque a veces me han entrevistado en revistas especializadas en terror o en serie B y por otro lado en la escena rocker o punk, más por mi sonido. Al margen de eso, si lo que están escuchando está interpretado por un hombrelobo pues mira, es un añadido más al espectáculo. En cuanto a lo de redescubrirle a la gente el rock and roll, no sé, me suena pretencioso. Yo no quiero aleccionar a nadie, cada cual que descubra las cosas por sí mismo. Yo me limito a tocar, a montar mi show y punto. Pero si alguien se acerca un poco por lo que decías antes de la curiosidad y luego se les empiezan a mover los pies pues por supuesto que me llena mogollón.
Eres un gran precursor del rollo «monobanda» en la actualidad. Desde tu ciudad organizas ciclos habitualmente y animas a los músicos a que se lancen con singulares propuestas. Creo que hay un gran desconocimiento en este país de una escena que parece haber existido desde siempre pero que ha funcionado muy a los márgenes de todo. Recomiéndanos un par de monobandas de aquí para concluir.
Te podría recomendar bastantes más pero venga, nos centraremos en dos para no saturar. Personalmente me encanta Tumba Swing por sus letras, por su actitud y por su manera de hacer las cosas. King Caiman también me parece que tiene un discurso muy personal. Ambas respetan al 100% el formato original del one man band, que es hacer sonar tu música por ti mismo, como si fueras una banda, al más puro estilo hombre-orquesta, cada uno a su rollo. En mi opinión aquí no vale ser un cantautor de guitarra y harmónica, ni llevar bases pregrabadas, tiene que ser en vivo y usando todas las partes de tu cuerpo.
Ha sido un placer, mucha suerte con lo que te venga y te deseamos una feliz vuelta al país donde habitan los monstruos.
Muchas gracias a vosotros y a toda le gente que ha hecho posible mi último movimiento. El hombrelobo nunca dice adiós, así que hasta luego.
Fotografías: Pato Conde
Fotografía directo: Catiana Gracias