Entrevista con Eşya: “Quizás mi alter ego se está despojando de mi piel y así puedo probar algo nuevo sin el equipaje de mi pasado”


«Me inspira la oscuridad en nuestro mundo; las vidas y experiencias que nos llevan al límite y que desafían nuestras ideas de quienes somos. El equilibrio entre lo queremos frente a lo que necesitamos» (Ayşe Hassan, Eşya)
El ser es un concepto tan extenso y superior que lo abarca todo. Su definición rigurosa es imposible. Entonces, ¿cómo podemos saber quiénes somos? Las posibilidades son infinitas. El cambio y la reinvención son nuestras únicas constantes. “Cada persona es una elección absoluta de sí”, afirmó Sartre en su libro “El ser y la nada”. Para Ayşe Hassan esa elección llegó bajo el nombre de Eşya, su nuevo proyecto en solitario.
Explorando las contradicciones de sus propias ideas y de su yo artístico, la ex-bajista de Savages se despoja de ese instrumento y del concepto de colectivo, para protagonizar y contar su historia personal. En esta “exploración inestable de personas alternativas”, Ayşe se enfrenta a sí misma y a sus miedos con canciones que hablan del absurdo y la pérdida, junto a sintetizadores, baterías electrónicas y, por primera vez, su voz.
Hemos conversado con Ayşe sobre esta nueva aventura en solitario antes de su debut en en la Sala Razzmatazz de Barcelona el próximo 29 de febrero. Eşya es uno de los proyectos musicales que acompañará a la agrupación Algiers durante su gira promocional por Europa para presentar su nuevo álbum “There Is No Year” (Matador Records, 2020).
¿Cómo fue el proceso de crear esta nueva persona?
Esto nació de mi necesidad de intentar algo nuevo. Anhelaba tener un proyecto que confrontara directamente las cosas que temo: la mortalidad y la realización de uno mismo. Parte de explorar ese miedo incluía la idea de tocar sola y cantar –solo había actuado en directo como parte de un grupo– así que necesitaba dar un paso adelante y hacerlo. Sigo trabajando en ello y es lo que me mantiene emocionada. Es permitir que otras personas formen parte de ese proceso íntimo de ver a alguien crecer.
¿Estás canalizando experiencias personales con este proyecto? ¿Quizás lidiando con alguna situación traumática del pasado?
Quizás sí. Además, el poder viene de la emoción. ¿Qué sería de nosotros si no tuviéramos emociones? Me inspira la locura de nuestro mundo. Esa realidad brutal que se nos impone desde que nacemos. Estamos hechos de nuestro pasado, y eso me fascina. La gente tiene historias que contar, así que supongo que soy una contadora de historias pero mi medio son mis canciones.
Mi intención es llegar a las personas. Que reconozcamos que aunque los tiempos pueden ser difíciles, los humanos tenemos la capacidad de cambiar nuestro entorno. Hago música porque es una forma de desahogarme y de rechazar lo que la sociedad me dice sobre cómo debería ser mi vida. Tengo mucha suerte de poder hacer música y realmente aprecio todo el apoyo que he recibido. Especialmente, porque sé que hay personas que no pueden perseguir sus deseos.
Has definido tu proyecto como una “exploración inestable de personas alternativas” ¿Sientes que estás experimentando con nuevas formas de hacer música que están en conflicto con tus otros proyectos? ¿Por eso ir en solitario?
El ser humano puede usar muchas caras. Tal vez como una forma de lidiar con la vida o escapar. Quizás mi alter ego se está despojando de mi piel y así puedo probar algo nuevo sin el equipaje de mi pasado. Inconscientemente, este proyecto podría ser una reacción a sentirme sin voz. A pesar de estar en una banda que tenía una voz, yo me sentía muda. Hubo dinámicas con las que no estaba de acuerdo. Necesitaba encontrar una manera diferente de expresarme. A veces es frustrante formar parte de una industria con un enfoque tan rígido, pero eso está cambiando. Es necesario que cambie.
Algunos críticos han definido tu voz como «un experimento de palabras a lo Inga Copeland, entrelazado con el sentido pop industrial y ominoso de Nine Inch Nails». ¿Qué te impulsó a usar tu voz?
Sentí que necesitaba salir de mí misma. Nunca antes había usado mi voz. Vocalmente creo que estoy expresando emociones que nunca antes había dejado salir. Dentro de la configuración de una banda, mi forma de presentarme era tocar el bajo y proyectar mi frustración con mi físico en el escenario. Con Eşya puedo alcanzar todo eso y canalizarlo con mi canto. Por cierto, es un honor ser mencionada en el mismo espacio que estos artistas, ellos representan algo para mí que es muy poderoso, honesto y valiente.
¿Cómo fue tu experiencia a la hora de escribir y componer los temas de tu álbum debut?
Ciertos elementos de mis temas los compuse mientras estaba de gira con Savages. En principio, fueron pensados para ser incluidos en los álbumes de la banda pero como no sucedió, decidí retomar algunas de esas ideas. También me puse a pensar en el tipo de instrumentos que me gustaría usar si tuviera que actuar en solitario. Así que cogí un sintetizador DSI Pro 2, un teclado Yamaha DX y comencé a componer, cortar y alterar algunas de las cosas que ya había escrito.
Cuando empiezo a escribir no siempre sé lo que sucederá, solo dejo que los sonidos me guíen. Tenía toneladas de grabaciones de campo que había hecho durante la gira, así que decidí incorporar esos sonidos en las composiciones. Aprendí a usar Logic viendo vídeos en Youtube. Como no tenía micrófono, mis voces fueron grabadas en un Zoom H4N, que es un dispositivo de grabación de campo.
No quería depender de nadie porque sentía que eso me había limitado en el pasado. Creo que mis limitaciones me han hecho más ingeniosa.
¿Trabajaste con otros músicos o colaboradores durante la grabación del álbum?
Quería un enfoque nuevo, diferente. Con mis proyectos anteriores siempre estuve en un mundo en el que la música tenía que pasar por un productor que definía el sonido final. Era como una lucha de poder, y para que las cosas funcionaran, teníamos que estar todos de acuerdo. Con Eşya quería hacer todo yo misma o, al menos, estar profundamente conectada e involucrada en todo el proceso.
Siento que trabajar sola es más fluido. Trabajo cuando llega la inspiración y con las herramientas que tengo a mano. Nunca fuerzo una idea. Disfruto mucho el proceso porque no hay presión ni expectativas. Es como crear una instantánea honesta de ese momento en el tiempo. Naturalmente, el proceso evoluciona a medida que evoluciono como persona; a medida que enfrento nuevos desafíos, adquiero más experiencia y avanzo como ser humano. Trabajar en Eşya ha sido una gran experiencia y hasta ahora nadie ha preguntado si mi productor ha escrito la música, algo que solía suceder antes.
La paradoja de la Nave de Teseo plantea la cuestión de si un objeto al que se le han reemplazado todas sus partes sigue siendo fundamentalmente el mismo objeto. ¿Qué partes de Ayşe están en Eşya y qué partes son reemplazadas por una nueva visión en términos de producción, letras, música?
Supongo que fundamentalmente soy igual, pero el contexto exige algo diferente. Con Eşya tengo que encontrar el coraje de actuar en solitario y enfrentarme al mundo. Este proyecto me brinda una plataforma para explorar algo nuevo, un lado mío que, como Ayşe, no podría intentar por ser demasiado tímida. Mientras que Ayşe cierra los ojos y toca el bajo, Eşya necesita involucrarse más con la realidad del momento.
Veo el mundo como un absurdo, de ahí el título de mi primer EP “Absurdity of Being”. Todo puede ser, solo tienes que encontrar lo que sea necesario para vivir la vida que deseas. Claramente no todos tenemos acceso a las mismas oportunidades, pero creo que, en última instancia, me inspira el hecho de que no debemos tomarnos la vida tan en serio.
No somos seres permanentes, así que tenía sentido encontrar una nueva forma de ser. Supongo que lo único que sabemos es el cambio ya que lo experimentamos a lo largo de nuestra vida. Creo que es importante explorar eso y no temerle. Pasé muchos años sufriendo ataques de ansiedad por la idea de no existir (muerte). Hasta que un día decidí cambiar mi enfoque sobre lo que significaba la muerte. Esta exploración también cambió mi visión sobre mi propia existencia. Somos propiedad del universo y, eventualmente, volveré a infiltrarme en el tejido de nuestra tierra y contribuiré a algo más. Esto me parece muy hermoso.
¿Qué te inspira musicalmente, artísticamente?
Me inspiro en los sonidos cotidianos. Usualmente, tomo un sonido familiar y lo altero. La idea es que evoque un sentimiento o un recuerdo, pero que no se puede ubicar. Me inspira la oscuridad en nuestro mundo; las vidas y experiencias que nos llevan al límite y que desafían nuestras ideas de quienes somos. El equilibrio entre lo queremos frente a lo que necesitamos.
Me encantan los artistas que hacen efectos de sonido (foley) y siempre me inspiro cuando veo el “Berberian Sound Studio” de Peter Strickland. Tiendo a encontrar inspiración en cosas inusuales. Recuerdo una vez que fui a Dungeness y me inspiró la desolación del entorno. Recogí una pequeña piedra de la playa, que ahora está en mi escritorio, y cada vez que la veo me recuerda el poder de la naturaleza. También tengo una planta en mi habitación que era de mi abuela. Al verla, me hace pensar en ella y eso me inspira a no rendirme y ser fiel a mi integridad.
Uno de mis libros favoritos es el “Re/Search: Industrial Cultural Handbook” de V. Vale. Tuve mucha suerte de conocerlo a él y a su compañero mientras estaba de gira en San Francisco. Me inspiró tanto su forma de ser y su dedicación al trabajo. También tengo sus «Goals of Life» y vuelvo a él cada vez que me siento estancada.
¿Cuál es el estado de tus otros proyectos musicales en este momento? ¿Te vas a centrar en Eşya de ahora en adelante?
Mis otros proyectos se rigen por las necesidades de todos los miembros. Siempre escribo y amo tocar en directo, pero tengo que respetar las necesidades y deseos de los otros integrantes. Por ahora, me estoy concentrando en convertirme en algo que nunca pensé que haría, algo que podría ser justo lo que necesito en este momento.