Entrevista con Él Mató a un Policía Motorizado: «La Síntesis O’Konor fue más de laboratorio, de trabajar cada parte, cada detalle»


«Cuando uno encara algo de manera diferente en un grupo tiene que estar en sintonía con los demás, y eso se fue dando muy fácilmente» (Santiago Motorizado, Él Mató a un Policía Motorizado)
La energía que nos llega desde el otro lado del Atlántico con cada nueva publicación de Él Mató a un Policía Motorizado es impagable y en este 2017 estamos de suerte. Tras el adelanto que supuso el single ‘El Tesoro’ hace unas semanas llegaba «La Sintesis O’Konor», un esperadísimo nuevo larga duración en el que han afinado su propuesta acercándola a nuevas sonoridades. Una grata sorpresa de la que ya os hablamos por aquí y que seguimos disfrutando y redescubriendo a cada nueva escucha hoy en día.
Aprovechando una nueva gira de la banda platense por nuestro país y antes de arrancar ésta compartimos con ellos una tarde de agosto en esta ciudad abandonada que parece Madrid en verano. Aquí os dejamos el resultado de la charla que mantuvimos con cuatro de las cinco mentes que han dado forma a «La Síntesis O’Konor», una nueva obra maestra en su selecta discografía.
Lleváis ya unos quince años de trayectoria en los que habéis publicado tres LPs y algunos EPs y singles. Desde fuera da la sensación de que sois un grupo paciente, que toma las cosas con calma. ¿Qué ha pasado entre “La Dinastía Scorpio”, publicado en 2013, y “La Síntesis O’Konor”, vuestro actual nuevo disco?
Santiago: Bueno, con «Dinastía» hubo un cambio en la dinámica de la banda. Empezamos a viajar mucho más, fue el primer disco que se editó en España, en Mexico, en EEUU… y eso hizo que salieran más giras por el continente americano y también por Europa. Aún así la primera trilogía que sacamos aunque eran EPs para nosotros eran discos, los tomamos como un álbum más y salió uno cada año. Luego los viajes hicieron que cambiara un poco la dinámica. Pequeñas dificultades pero de las buenas, que no fueron otras que viajar y tocar nuestras canciones.
Habéis utilizado mucho el EP a lo largo de vuestra carrera. ¿Es un formato que os gusta especialmente o simplemente lo fueron demandando las canciones?
Santiago: En realidad nos gustan todos los formatos y tratamos de abarcarlos todos. Antes ya de publicar el primer disco sacamos un single, que era raro en ese momento, sobre todo en Argentina, y fue un poco como fetiche pero también porque era más simple sacar un adelanto de esa manera. Hemos sacado singles, EPs más largos con siete canciones y luego con “Violencia” hicimos un Maxi-Simple. Lo bautizamos así y después buscamos en Wikipedia y estaba bien (risas). No sé, algún día estaría bueno hacer un disco doble. Nos gusta abarcar todos los formatos, somos coleccionistas y nos gusta jugar a hacer eso que hacían nuestras bandas favoritas, las que escuchábamos cuando eramos chicos.
¿Cuando publicasteis “Violencia” teníais algunos temas más? ¿Alguno ha acabado formando parte de “La Síntesis O’Konor”?
Manuel: Estábamos trabajando en todas las canciones que iban a entrar o no en este disco y notamos que esas cuatro no iban tanto con el espíritu de lo nuevo que queríamos hacer, sino que estaban más relacionadas con “La Dinastía Scorpio”. Como nos gustaban decidimos sacarlo, un poco también para poder mostrar algo de lo que estábamos haciendo después de tanto tiempo. Nos sirvió para liberar esa tensión propia.
Es cierto que suena continuista respecto a “La Dinastía…” aunque el último tema, ‘Aire Fresco’, ya parece anticipar algo lo que viene. Acertado título.
Santiago: Sí, quedó cómo una cosa de intermedio entre los dos discos. «Violencia» ya fue encarado de manera más parecida a como encaramos este nuevo disco. Con “Dinastía” el plan era captar la esencia de la banda en vivo, grabando todos juntos en un estudio en Buenos Aires que era una sala grande, con un sonido más crudo, más directo… Acá fue más de laboratorio, de trabajar cada parte por separado, cada detalle, los planos instrumentales… El concepto fue diferente ya desde “Violencia”.
¿Y cómo fue ese proceso de cambio?
Santiago: Estuvo bueno porque se fue dando naturalmente. Eran muchas ideas y cosas que queríamos hacer y veníamos acumulando y fue el momento de explorarlo.
Veníais de un estilo muy sencillo, de repetición de estructuras y temas muy directos. ¿Os costó dar por cerradas las canciones dentro de esta nueva búsqueda?
Santiago: Nos costó pero no en el sentido malo; no fue algo dificultoso. Fue muy placentero el desarrollo de las canciones y nos poníamos de acuerdo muy fácilmente. Cuando uno encara algo de manera diferente en un grupo tiene que estar en sintonía con los demás, y eso se fue dando muy fácilmente. Fue un desafío muy lindo y aunque llevó tiempo fue un tiempo muy placentero.
Habéis grabado en los estudios Sonic Ranch de Texas ¿Todos estos arreglos los llevasteis muy cerrados al estudio o algunos fueron surgiendo allí?
Santiago: Para una banda cómo nosotros, independiente y autogestionada, fue una apuesta grande, así que teníamos un presupuesto limitado y teníamos que usar el tiempo al máximo, sin mucho margen.
Chatrán: Llegamos con el disco muy hecho, con todas las maquetas montadas, y a partir de ahí para arriba.
Santiago: Sí que hubo un margen de exploración, sobre todo con la parte instrumental del estudio. Allí había cosas que nosotros no teníamos y le dieron un color final a las canciones que estuvo buenísimo.
También imagino que un estudio como ese, en un entorno tan peculiar, debe dejar cierto influjo en las canciones.
Manuel: Sí. El hecho de estar recluidos en medio del desierto, en un paraje en el que no hay nada más que arbolitos de nueces hace que estés todo el día metido en el estudio. Eso es muy motivador.
Santiago: Tiene su mística propia estar en un lugar así, tan extraño para nosotros geográficamente.
¿Por qué elegisteis este estudio en concreto? ¿Hubo algún disco grabado allí que os llevara a querer visitarlo?
Santiago: La idea fue de Eduardo Bergallo, el técnico que nos grabó, que ya había estado allí. Teníamos dos opciones, la de grabar en San Luis, una región de Argentina, o en Sonic Ranch. Las dos eran buenas pero Sonic Ranch tenía ese backline algo superior y al final decidimos subir la apuesta y vivir esa experiencia, porque un día vamos a morir y no queríamos morir sin haberla vivido (risas). Es un estudio muy cómodo y que además tiene ese espíritu casero que tanto nos gusta, ese desorden de casa de campo linda y agradable. El estudio te lo dejan y eres su dueño durante los días que estás allí y aunque es algo que parece muy obvio hay estudios que no son así.
Manuel: Te podías levantar a las cuatro de la mañana y ponerte a grabar un teclado tranquilamente.
Revisando algunos de los grupos que habían pasado por allí me encontraba con Beach House y en la reseña que publicamos del disco mencionamos cierta afinidad en lo instrumental con ellos.
Manuel: Lo que nos dijeron la gente de allí es que Beach House llegaron con un camión lleno de sintetizadores propios (risas). Pero bueno, allí había un montón de sintes muy buenos, así que seguro que alguno utilizaron.
Santiago: Nosotros habíamos investigado bien la página del estudio para ver qué tenían y qué podíamos utilizar. Me acuerdo que había un Farfisa que nos tenía ilusionados y cuando llegamos estaba roto, pero vieron nuestra desilusión y rápidamente se pusieron a buscar donde comprar uno.
Chatrán: Al final tampoco lo usamos porque llegó medio golpeado y metía un ruido muy raro pero el entusiasmo y la intención de Tony, el dueño, fue muy buena.
Manuel: Tony es un personaje muy entrañable.
Santiago: Celebrámos allí dos cumpleaños y tienen una tradición en la que te hacen una tarta y la corta el propio Tony con una katana (risas). Cuenta la leyenda que es amigo de Tarantino y que éste se inspiró en él para el personaje de Bill en Kill Bill. La verdad es que físicamente se parece (risas).
Chatrán: Y en el andar, como de gacela ninja (risas).
No utilizasteis el Farfisa pero sí que escuchamos en vuestras canciones un montón de detalles y sonidos diferentes: marimbas, percusiones, sintes que le dan un toque medio ochentero… ‘Fuego’ nos recuerda un tanto a New Order.
Santiago: Sí, quedó bien ochentas.
Chatrán: En esas máquinas se escucha el año. Tocas un sinte del 82 y te remite a una película de esa época.
Seguramente el tema más representativo de este nuevo sonido sea ‘Las Luces’.
Santiago: Sí, tal vez quedó como el más novedoso. Todos tienen lo suyo pero tal vez éste tiene la melodía principal más rara. Nos llegan muchos comentarios de ‘Las Luces’, aunque fue un tema que estuvo a punto de no quedar en el corte final. A mí me parecía que era muy melancólica (risas).
Bueno, la melancolía siempre ha estado muy presente en vuestra música.
Santiago: Sí porque… somos personas melancólicas, qué le vamos a hacer (risas).
Otro tema que me gusta mucho es ‘Destrucción’, con toda esa parte final tan rítmica. Me parece muy diferente a todo lo que habéis hecho pero por el lado opuesto a ‘Las Luces’.
Santiago: Sí, además corta totalmente para dar paso luego a ‘Excalibur’, muy diferente también.
‘Madre’, que la incluisteis en el single de adelanto, también me parece una gran canción que podría haber formado parte del disco.
Manuel: Al final se quedaron fuera un par que para mí estaban buenísimas, pero por una cuestión de duración se tuvieron que quitar.
Santiago: Fue la primera vez que pensábamos el orden y la duración del disco con la cabeza puesta en el vinilo. No queríamos que fuera muy largo y también nos gusta que los singles tengan su cara B y que algunas canciones vayan saliendo en diferentes tiempos, como hablábamos antes.
Otra cosa que me ha llamado la atención han sido los temas instrumentales, tanto ‘La Síntesis O’Konor’ cómo ‘Postales Negras’, la canción que cerraba “El Tesoro”, os han quedado muy épicas. Sin necesidad de voces invitan a corearlas casi a gritos.
Santiago: Es como otro plano que le da otro contexto a la obra. ‘Postales Negras’ es de Gustavo.
Gustavo: El año pasado vinimos al Primavera Sound y vimos Cavern Of Anti-Matter, una de las bandas de Tim Gane de Stereolab, que es instrumental, y me acuerdo que fue increíble. Eran todo canciones con acordes muy sencillos pero con un toque de sintes y una batería y me pareció fascinante. Cuando escucho ‘Postales Negras’ me doy cuenta de que es casi un robo (risas).
Hablando del Primavera Sound, ¿cómo recordais aquel concierto en 2010 en el festival, que fue vuestra primera fecha en España?
Santiago: Es uno de mis conciertos favoritos. Recuerdo todo: eran las siete de la tarde, estaba cayendo el sol, teníamos de frente el Mediterraneo, la tarde era hermosa, esa misma noche tocaba Pavement… La situación era muy bizarra porque para nosotros era un sueño venir pero no veíamos nunca por donde entrar, y llegar y tocar en el Primavera fue increíble. Recuerdo que Willy estaba tocando la batería, miró para un costado, pasaba una chica y ésta se levantó el vestido (risas).
Manuel: Además justo en el escenario de al lado tocaba una banda más grande y por algún motivo se suspendió, así que toda la gente que estaba por allí acabó acercándose a nuestro escenario y de repente estábamos con la pista llena. Era nuestro primer concierto en España, lleno de gente, con una barra libre al lado para tomar cervezas… Increíble.
Chatrán: Y esa gente que pasa por ahí, te está escuchando, le está gustando pero no sabe quién eres. Eso está buenísimo también.
Manuel: Luego fuimos a ver a Pavement, a Pixies…
Y a partir de ahí, ¿habéis notado evolución en cuanto a la recepción del público en vuestras giras por España? Ya habéis venido unas cuantas veces desde entonces.
Santiago: Sí, sí. Este es el sexto viaje y cada vez mejor. Ahora nos acordamos de las primeras giras y eramos repobres (risas) Dormíamos en lugares inhóspitos, el presupuesto era nulo, terminábamos con deudas… pero igualmente la pasábamos bien (risas). Hay algunas anécdotas que no quiero ni contar porque dan lástima (risas). Ahora estamos un poco mejor así que muy contentos y disfrutándolo.
Gustavo: Aparte la primera vez que vinimos dimos el primer concierto en el Primavera, con hotel cinco estrellas, barra libre… De ahí para abajo, claro (risas).
Manuel: El baterista siempre cuenta que un día acabó durmiendo en una mesa en una estación de servicio porque no cabía en la furgoneta, y veía las ratas acercándose a él mientras estaba a punto de llorar (risas).
Santiago: En Austria una vez nos metimos en un camping pensando que nos estábamos colando y a primera hora de la mañana salimos muy rápido. Pensábamos que nos estábamos yendo sin pagar y luego nos dimos cuenta de que era gratis, era un camping público (risas). Cosas así vivimos muchas.
¿Y es paralela esta mejora y este crecimiento aquí y en Argentina?
Santiago: Sí, en Argentina también viene a vernos cada vez más gente y eso es muy loco. Antes de venir acá hicimos cuatro noches en el Niceto, que es un club bastante grande en Buenos Aires, y hubo sold out en las cuatro fechas.
En esta gira por España haceis un par de festivales: Sonorama y V de Valarés. Ultimamente nos estamos encontrando con una burbuja o un boom de festivales en nuestro país, no sé si esto es también así en Argentina.
Santiago: Hay alguno más últimamente pero tampoco mucho. Yo lo comparo con cuando arrancamos y es que entonces no había nada, ni ciclos ni festivales. Estaban los mainstream, que sí, siguen estando, pero ahora hay festivales nuevos como el Music Wins, que está bueno porque tiene una propuesta diferente, más alternativa, con un cartel más arriesgado, pero al que también le cuesta más arrancar por ello. En general hay un crecimiento y se ve una intención pero no es como acá. Los sellos independientes también van montando sus propios festivales y eso está bueno, para que haya más espacio y se den a conocer las bandas nuevas.
El problema es que a veces es difícil entrar en ese circuito y puede acabar no siendo algo positivo para algunos grupos.
Manuel: También que se perdió un poco el show en vivo en lugares más chicos. Eso nos decían en una entrevista una vez en una radio y nosotros esa parte no la conocíamos, claro.
Lo mismo ocurre con otro término que mencionas, que es el de la independencia. Aquí me da la impresión de que se ha desvirtuado un poco y ha terminado asociándose a un estilo musical y no a una manera de hacer las cosas.
Santiago: Sí, eso pasa siempre, en Argentina también. Pasó también con lo “alternativo”, que llegó un punto que era un sonido y no algo realmente alternativo al mainstream. El término independiente antes era divertido porque abarcaba más cosas y no suponía encasillarse y después se empezó a asociar con un sonido en particular y acaba achicándose. Eso no está bueno pero son cuestiones que tienen que ver con las categorías y con las ganas de querer definir algo. Por suerte ahora están estas nuevas plataformas en las que la música fluye y empieza a ser más fácil no buscar una categoría para definir una escena sino ir simplemente y escucharlo uno mismo. Pero bueno, qué se yo, son esas cosas que pasan.
Claro y que al final ¿quién define qué es lo independiente y qué no?
Santiago: Claro. Yo cuando utilizo el término me refiero a la cultura independiente, la que está autogestionada, con sus propios sellos pero siempre más allá de lo estilístico y lo musical, que abarca varias cosas.
Para terminar, he leído que Santiago tenía algunas canciones grabadas en solitario. ¿Hay proyecto de disco?
Santiago: Grabé unas canciones en un hueco que tuve con la banda, pero nada, no hay apuro para eso. Estamos ahora con “La Síntesis O’Konor”.