Entrevista con Cala Vento: No parece un dúo cualquiera


La primera noticia que publicamos sobre Cala Vento por aquí data de febrero de este mismo año. Es decir, de hace poco más de dos meses. Y no voy a mentir, para entonces no conocía de nada a este dúo de l’Empordá formado por Joan y Aleix, Aleix y Joan. Eso sí, su debut discográfico venía respaldado por el sello BCore (lo que ya de primeras es reclamo suficiente para prestarles atención) y por dos adelantos que desde su primera escucha me atraparon con fuerza. Además, si navegabas un poco por la red podías llegar hasta una primera demo de cuatro canciones que ya contenía unos sólidos cimientos y que colgaban a finales de octubre de 2014, poco después de dar forma al grupo. En ella se encuentra ese espíritu maquetero que parece haberse perdido a día de hoy, cuando ya todo, desde la primera grabación, suena limpio, pulido y a veces hasta superficial. Su primera demo es un punto de partida crudo y sincero. “Está grabada en mi casa, con una batería virtual”, nos cuenta Joan, batería y voz de la formación. “Nos presentábamos al Bala Perduda y eso fue lo que aceleró todo porque teníamos las canciones pero había que terminar de grabarlas y lo hicimos el día antes del concurso. De hecho nos presentamos con otro nombre porque todavía ni sabíamos cómo nos íbamos a llamar definitivamente”, apunta Aleix, la otra mitad del dúo y encargado de la guitarra y la voz principal. Con ambos nos reunimos hace unas semanas en Madrid para comenzar una tarde a la que iban a poner fin con su concierto en el Costello y en la que mantuvimos una larga charla a pesar de que habían llegado de madrugada a la capital y el cansancio podía pasar factura. No lo pareció en ningún momento, y es que si por algo parece que Cala Vento tienen mucho futuro (además de por sus fantásticas canciones, claro) es por esa actitud de “echaos palante” que desprenden. Joan y Aleix parecen enchufadísimos con el grupo y dispuestos a patearse la península de cabo a rabo las veces que haga falta. “A nosotros nos cuesta mucho decir no a algo. Yo que sé, nos llaman de Cáceres para hacer un concierto y volver y decimos que sí. No nos ponemos en plan “hostia, ocho horas de coche para un concierto…”. Por ejemplo a Monkey Week fuimos para un concierto. Diez horas de ida y diez de vuelta y habíamos tocado la noche anterior en Barcelona. Los dos estamos igual de motivados y no nos importa hacer estas cosas. Hoy hemos llegado de madrugada a Madrid, estamos todo el día de promo, esta noche tocamos, mañana nos vamos para Sevilla a tocar y de vuelta a Barcelona. Ya dormiremos la semana que viene”, nos confirma Joan mientras Aleix apunta que “esto no pasaría con nuestras anteriores bandas”.
Cala Vento no son nuevos en esto y tanto Joan como Aleix ya formaron parte de grupos anteriormente pero parece que ninguno terminó de cuajar, tal vez debido a esa falta de compromiso por todas las partes. De lo que no hay duda es de que, dentro de sus posibilidades, la de estos dos amigos está siendo una carrera que va en ascenso a toda velocidad, como nos confirma Joan. “Estamos flipando cada día, con cada nueva noticia más. Primavera Sound, Monkey Week, BCore… y ya no te digo lo de ir al South by Southwest de Austin”, a lo que Aleix añade que “llegó un punto que nos decíamos joder, están pasando cosas cada semana. Nosotros veníamos de tocar en otros grupos que más o menos considerábamos activos, en los que pasaban cosas pues una vez al mes o así”. “Llevábamos unos seis años con cada banda respectivamente y no habían pasado ni un cuarto de las cosas que han pasado con esta. También se nota cuando hay muchas ganas de hacer cosas y cuando las dos personas que forman el grupo están muy muy motivas y metidas en el proyecto”, zanja Joan poniendo todo el énfasis en esa actitud y ganas de las que hablábamos anteriormente.
Echando la vista atrás (no muy lejos, ya sabéis) parece que todo comenzó de la mano de Eric Fuentes, un padrino que les sienta como anillo al dedo. Antes de que Cala Vento llegaran a BCore se encontraron con Eric y Joan nos cuenta como se dio tan vital cruce. “Ganamos el Make Noise de Converse junto a cuatro bandas más y consistía en estar una semana en un espacio que había habilitado Converse, que estaba que te cagas, con Eric, y que él te tutelara para tocar en directo, que te diera trucos de veterano”. “Pásate el Jack por detrás de la guitarra y esas cosas…”, apunta Aleix con humor. “Pero claro todo esto ya lo sabíamos porque llevábamos mucho tiempo tocando y él, en vez de hacer estas cosas, como las canciones le parecieron muy cercanas y le gustaron, se puso ya hacer un trabajo casi de productor de manera muy natural”. Vamos, que fue con Eric con quien terminaron de moldear algunos de los temas. “Sí, sí, totalmente. Lo que hacen muchos grupos de pagar a un productor para que vaya una semana a los ensayos a nosotros nos lo pagó Converse”. Y menudo productor. Con unos cuantos años de carrera a sus espaldas, tanto en solitario como con sus The Unfinished Sympathy o ahora tocando la guitarra con Its Not Not, Eric Fuentes no solo sabe cómo funciona la industria sino (y mucho más importante) como crear esas melodías imperecederas rodeadas de enérgicas guitarras. Algo de todo ello hay en el sonido de Cala Vento, aunque mucho ya estaba allí antes de Eric. “Fue él quien nos dijo “oye, tenemos que grabar un disco”. Nos quedamos un poco en plan bueno, a ver, tranqui… y dijo que de tranqui nada, que en un mes y medio entrabamos en el estudio. Y al final dijimos “pues vale”. Sí que ha propuesto cosas. Muchas nos molaron y otras las dejamos como estaban. Aunque había cosas que le decíamos esto no mola, y al cabo de media hora de pensarlo y escucharlo decíamos ah, pues tal vez sí que mola”, recuerda Joan entre risas. “Con él estuvimos cuatro días a tope, grabamos la música juntos y luego las voces por separado, y después enviamos las pistas a Ultramarinos”. Otro paso imprescindible, el de los estudios que regentan los hermanos García, Santi y Victor, y con el que terminaron de dar lustro al disco en la mezcla y masterización.
Sin artificios, “Cala Vento” (el disco) suena directo, con el punto exacto de crudeza y con una muy cuidada parte melódica en las voces. Además, tiene algo vital en estos tiempos que corren: un comienzo que te atrapa, con dos claros singles como son ‘Abril’ e ‘Isabella Cantó’. Cuando se lo cuento a Joan y Aleix se les ilumina orgullosos la mirada. “Nos rompimos mucho la cabeza para darle el orden, la verdad. Probamos mil diferentes. Eric también puso de su parte y al final fue una mezcla de todos. Luego teníamos ya el orden clarísimo y cuando estábamos haciendo el master con Víctor nos dice “oye, pero esta está más guapa que la otra, ¿por qué no va antes?”. Y ya fue como venga, haz lo que quieras”. Y por si fuera poco, el disco también cuenta con un final que te deja con ganas de darle de nuevo al play gracias al bofetón de contundencia rítmica que es ‘Rossija’, una de mis favoritas de su repertorio. Sobre esta Joan afirma que “es la más diferente y fue el primer tema que hicimos. Salió tocando. El primer día, pillé las baquetas, él pilló la guitarra y salió”. A lo que Aleix añade que “por eso es el más fresco, porque no había ninguna referencia, surgió de la nada. Luego ya en la segunda que haces te fijas en la primera”. También nos cuentan que al principio la letra estaba escrita en inglés, tal vez por ello ese toque tan surrealista que, les cuento, me recuerda un poco a Perro.
Precisamente con el grupo murciano compartieron escenario en su aventura por Austin. Cala Vento fue uno de los grupos seleccionados para participar en la edición de este año del South By Southwest, la feria musical más grande del planeta. ¿Qué cómo llegaron allí?: “Vino Eric y nos dijo «apuntaos a esta web que optas a ir a festivales, entre ellos el South by Southwest». Yo ni sabía que era eso. Y nada, cuando te seleccionan te dicen algo como “mira, nosotros montamos la feria de música más grande del mundo, ¿quieres venir a tocar?”. Si dices que sí guay y si no pues ya irá otro”, nos comenta Aleix. “Y te dan un bolo. Nosotros les pedimos que nos dieran un segundo porque veníamos de muy lejos y nos decían que iban a intentarlo pero no nos confirmaban nada. Y justo llegamos a Austin, nos conectamos al wifi del aeropuerto, y ahí vimos la confirmación del segundo bolo. Luego conseguimos un tercero. Sobre como fueron éstos nos cuentan que «compartimos los dos primeros con Perro y nos lo montamos guay para encontrar backline. El primer showcase fue en un Irlandés que bueno, estaba la gente ahí un poco a su bola bebiendo cerveza, el segundo en una fiesta privada en una piscina y ya el tercer fue en una sala que estuvo de puta madre, lleno de gente latina muy receptiva, dándolo todo”, afirma Joan antes de confirmarnos que también disfrutaron de la ciudad como espectadores. “El plan era que nos levantábamos, nos tomábamos un café y nos íbamos a un bar, el que fuera, y si no nos molaba el bolo que había nos íbamos a otro y si nos molaba nos quedábamos”. Y tras un buen rato contándonos sus vivencias en los States y lo peculiar de dicha “feria musical” toca hablar de otro paso importantísimo para el grupo, su fichaje por el sello barcelonés BCore.
En ocasiones parece que la “autoedición” se ha convertido en la mejor opción a día de hoy y no son pocos quienes se llenan la boca afirmando que los sellos discográficos sobran en la actualidad. Les comento la cantidad de grupos que nos escriben para que escuchemos su música y hablemos de ellos y como nos resulta materialmente imposible llegar a todo pero que, de manera casi inconsciente, acabamos dando prioridad a algo que nos llega por una vía que ya a priori consideramos fiable, en este caso BCore. “Tener este sello detrás para la promoción ya te hace pasar un primer filtro y eso se nota un montón. Yo creo que la autoedición al final es el último recurso”, nos confirma Joan, reafirmando mi creencia en la importancia de los sellos aún a día de hoy. Pero no todo fue rodado hacia su llegada a la mítica casa de discos de Barcelona. “Al principio lo enviamos a dos o tres sellos más y de primeras recibimos un no de todos”, nos cuentan. “Con la tontería pasaron tres meses y a finales de noviembre Bcore dijo que sí. Fueron unos meses de incertidumbre. También Eric nos dijo desde el principio que si no aceptaba nadie lo podíamos sacar directamente con Hang the Dj, su sello, que al final tiene la misma distribución. Cuando ya habíamos decidido que lo sacábamos solo con Hang the Dj nos dice Eric que tiene noticias, quedamos para comer y nos suelta que lo quiere sacar Bcore. Y ya fue venga va, a esta comida invitamos nosotros”, afirma Joan satisfecho.
Ahora toca defenderlo en directo, que es donde a un grupo se le pueden ver las costuras o, por contra, pueden reafirmarse como una maquinaria perfecta. En su caso, siendo dos, la apuesta es más arriesgada y aunque no tiene mucho sentido compararlos con según que dúos parece que el filtro de la formación es inevitable al buscar referencias. Tampoco ellos parecen estar cansados de comparaciones, e incluso Aleix afirma que les gustan porque “así descubrimos también grupos. Por ejemplo Solids no los conocíamos y a raíz del BAM y que eran dúo fuimos a verlos. Yo flipé sobre todo con Japandroids en directo. Después de verlos dije yo quiero hacer esto, enchufarme a 50 amplis y empezar a gritar”. Joan, por su parte, nos cuenta que “había escuchado Japandroids hace años y me fliparon pero es que no sabía ni que era un dúo”. Y es que si lo pensamos bien, muchas de estas parejas musicales tienen sus truquitos y a veces da la impresión de que son más de dos los músicos que se suben al escenario. Les cuento que Solids, por ejemplo, parecían lanzar un bajo secuenciado en su directo, sensación que comparto con Joan, y también comentamos el derive de The Black Keys hacía el sonido de banda en sus últimos trabajos. En el caso de Cala Vento Aleix nos cuenta que toca “con ampli de guitarra y ampli de bajo. Separo la señal y también tengo la guitarra afinada más grave y el ampli con distorsión”. De esa manera consiguen engordar su sonido en ciertas partes, como comprobaremos poco después sobre el escenario del Costello.
Sea como sea, parece que las influencias les vienen por otra parte. Por ejemplo, del lado de unos Nueva Vulcano con quienes no dejan (dejamos) de compararles. Ellos se lo toman con filosofía, y también con orgullo. “Es inevitable lo de las comparaciones y ya que te comparan con alguien que sea con alguien que mole. El otro día Joan se encontró a Artur (de Nueva Vulcano) en el Helio y le dijo “hombre por fin nos conocemos, que no paran de compararnos”. También hay una referencia en el disco a ‘La Copa de Europa’ de Los Planetas. ¿Fans del grupo? “Los descubrimos cuando ya llevábamos tres meses tocando. Yo cogí el “Una Semana en el Motor de un Autobús” y nos enganchamos”, nos cuenta Aleix, a lo que Joan, y siguiendo con las influencias, añade que “cuando monté mi primer grupo flipaba con Red Hot Chili Peppers, otro con Arctic Monkeys y otro con Strokes y salía lo que salía. Es inevitable. A nosotros con quince años en un pueblo nos llegaba lo que nos llegaba, Franz Ferdinand, Arctic Monkeys, Bloc Party… Descubrimos el rock joven con ellos. Luego ya vas indagando. Al principio es lo que te llega y luego es lo que tú buscas”. Ni rastro entonces del emo, los noventa y esos Fugazi que todo el mundo parece reivindicar le gusten o no a día de hoy. Aleix nos dice al respecto que toca “en otra banda con gente que me saca unos diez años y son muy fans de Fugazi y yo nunca les había escuchado. Me pillé la discografía y hasta ahora me he escuchado a fondo un par de discos nada más”. Y para rematar nos cuenta entre risas que “Jordi de BCore cuando escuchó por primera vez nuestro disco dijo “parece El Último de la Fila”. No sé si lo dijo en broma…”
Con dicha afirmación y tras otro buen rato de distendida charla informal (si es que en algún momento no lo fue) nos despedimos de Aleix y Joan hasta la noche, cuando volvemos a encontrarnos con ellos en una Costello que había agotado invitaciones a través del programa de Radio 3 Capitán Demo. El dúo parece tímido a la hora de subirse al escenario, y el propio Aleix nos dice minutos antes de hacerlo que “hay mucha gente” con una mezcla de ilusión y nervios. Una vez arriba ocurre lo que imaginábamos: se comen el escenario desde la primera nota de ‘Abril’. Como no podía ser de otra manera en directo ganan en crudeza pero también en contundencia, con la tremenda pegada de Joan a la batería y un Aleix que con su guitarra y esos dos amplificadores de los que nos hablaba llena el escenario sin contemplaciones. Además, combinan sus voces a la perfección y muestran una actitud que los hace imparables, consiguiendo algo tan difícil como es el silencio y el respeto del público. Cuando tras tocar ‘Rossija’ la empalman con los primeros versos, lanzados a capella, de ‘Hoy es un Gran Día’ y lo hacen ante un silencio que se puede cortar con cuchillo consiguen ponernos los pelos de punta y que un escalofrío nos atraviese de arriba abajo. Eso no es tan fácil pero es que Cala Vento no parece un dúo cualquiera.
Fotografía: Denisse García