Entrevista con Black Islands: «Patio de Luces habla del amor en diferentes estados y condiciones alejándose de cierto discurso moral»


«Es inevitable crear una simbología a medida que la banda crece, ya que es algo que surge de forma natural en la búsqueda de una identidad» (Manu Hego, guitarrista de Black Islands).
Con tan solo tres discos en el mercado, la propuesta musical de Black Islands se esboza como una de las más personales e inquietantes de la escena nacional actual. Las letras de Javier Adrover tejen un universo lleno de oscuridad y alguna que otra luz de poderoso magnetismo. Precisamente con motivo del lanzamiento de su tercer larga duración, «Patio de Luces», hablamos con Manu Hego, guitarrista de la banda, en una entrevista que os dejamos a continuación.
Lanzáis ahora vuestro tercer larga duración, “Patio de Luces”, solo un año después de publicar vuestro anterior trabajo. ¿A qué se debe este acelerón musical?
Nuestro anterior LP sufrió un retraso en su publicación y este periodo de espera fue aprovechado para componer un nuevo álbum por pura inercia terapéutica. Si no, la ansiedad habría hecho mella en nosotros.
Terminamos encontrándonos en una situación peculiar; no habíamos sacado un disco cuando ya teníamos fecha de estudio para otro que se materializaría en mitad de la gira del primero.
Al escuchar vuestro nuevo álbum me ha dado la sensación de que tanto este como su predecesor tienen mucho más que ver entre ellos que vuestro disco de debut. Ya no solo por el tema del idioma sino también en lo sonoro. Me parecen en general más oscuros, alcanzando con este “Patio de Luces” un universo especialmente negroide. ¿Qué ha cambiado entre medias en estos Black Islands?
Cierto. Después de todo lo vivido dentro y fuera en el periodo de la gira de nuestro debut ya éramos otra banda con un discurso enfocado. Nos sentimos cómodos con este vestido. Vivimos unos años convulsos, de cambios, somos personas permeables a todo lo que ocurre a nuestro alrededor y necesitamos compartir nuestra visión. Tienes razón, hay tonos oscuros en nuestra música, ciertos extremos pero creo que también hay fugas de luz.
Además de unas guitarras llenas de matices, creo que la presencia que ganan las líneas de bajo son decisivas en el sonido de este disco. En algunos temas como ‘Casa Encantada’ se me fue la cabeza directa a The Cure o Nudozurdo, con esa combinación entre graves, ruido y melodías pop.
La presencia del bajo es vital en Black Islands. Pedro ha compuesto un gran armazón melódico y rítmico. Siempre nos ha gustado esa importancia que las bandas británicas de los 80 daban a la sección rítmica para apuntalar la canción. Creo que ‘Casa Encantada’ enfatiza de una forma más clara nuestra querencia por esos sonidos y entiendo los referentes que mencionas porque nosotros en cierta forma, también nos movemos de forma clara entre esas coordenadas.
Precisamente en esta canción tengo entendido que ponía los sintetizadores Paco Loco, productor de este disco. ¿Cómo ha sido trabajar con él y qué creéis que os ha aportado como banda?
La decisión de trabajar con Paco vino dada por la necesidad de salir de nuestra zona de confort, viajar y trabajar con la figura de un productor artístico. Conocíamos su forma de trabajar y equipo, teníamos ganas de explorar ciertos sonidos con las canciones y expandir la paleta estilística de la banda. Su mayor aportación fue la de presionarnos para sacar lo mejor de nosotros. Nos enseñó a jugar con el estudio, tomar decisiones drásticas de forma rápida y a reafirmar nuestro sonido que él considera, es particular.
También seguís manejando con brillantez la distorsión. Algo que desde vuestros inicios habéis hecho parte de vuestra identidad y que tiene mucho de los grandes: The Jesus and Mary Chain y quizás ahora más que nunca Sonic Youth. Temas como ‘Bosque de Franco’ parecen sacados de toda esa maraña. ¿Seguiréis por este camino?
Son clásicos para entender la cultura musical de los últimos 30 años y es indudable su influencia en nuestra forma de abordar ciertas texturas o la interpolación de elementos armónicos en las canciones. Si bien es cierto que nos consideramos una banda que da importancia a las guitarras, creemos que las canciones mandan por encima de todo. Nos apetece disfrutar un camino con retos compositivos que resulten excitantes y está claro que funcionamos por impulsos, quién sabe.
Mención aparte para esos títulos que siempre parecen ir cargados de simbología. Recuerdo ahora vuestra canción ‘Transfobia’, del anterior disco: “Disco Nuevo”. Un tema que parece volver aquí, en esta ocasión tal vez más concretado en la letra de ‘Rata Blanca, Rata Negra’. ¿Ponéis especial atención a los títulos de las canciones como parte de vuestro mensaje o son imaginaciones mías?
Para nada. Damos importancia a los títulos, las portadas, el nombre del disco. Es inevitable crear una simbología a medida que la banda crece, ya que es algo que surge de forma natural en la búsqueda de una identidad. Cuando creas una canción, de forma inconsciente estás mirándote en un espejo y preguntándote: ¿Quién soy? ¿Qué es lo que me afecta de forma diferencial pero a la vez me conecta con las demás personas?Todas las respuestas vienen con las canciones.
Creo que en este sentido las letras de este disco pueden caracterizarse por tener un fuerte componente surrealista que, no sé si llevan al delirio pero desde luego resultan magnéticas. Casi tanto como esa polilla que no puede dejar de ir a la luz y que también se esboza bastante surrealista desde la portada. ¿Cuánto de esto hay en el disco?
Hay cierto surrealismo y drama en las letras. Javi tiene una sensibilidad especial para canalizar emociones y pensamientos en imágenes que se me antojan de tan bellas, poderosamente reales. Es una virtud que tiene. Toda letra o idea establece un tema de debate en la banda y creo que eso es excitante y sano.
«Patio de Luces» habla del amor en diferentes estados y condiciones alejándose de cierto discurso moral. No hay una conexión aparente pero si una visión troncal reforzada por la simbología recurrente de Javi y unos personajes que se encuentran en situaciones extremas.
Me ha sorprendido también una vertiente más punk, que si bien estaba presente antes, ahora cobra especial protagonismo en temas como ‘Matrimonio Asfixiado’, ‘Houdini’ y sobre todo ‘Veneno’. En esta dirección hay muchos grupos que desde Everlong Magazine seguimos con entusiasmo: Biznaga, Medalla, Futuro Terror… ¿Os consideráis parte de esa escena underground?
Conocemos a estos grupos pero no hemos tenido el placer de coincidir con ellos. Nos gustaría. Supongo que no nos sentimos parte de ninguna escena. Llevamos nuestro ritmo y camino.
Hablando ya de conciertos, el año pasado tengo entendido que fue especialmente bueno para vosotros. No puedo dejar de preguntaros cómo fue eso de girar con Cloud Nothings.
Viajar, tener la oportunidad de tocar tus canciones, conocer a gente interesante. Nuestra felicidad es mayor en periodos de concierto y este año ha sido inolvidable. Abrir la gira española de Cloud Nothings fue toda una experiencia. Dos conciertos en 24 horas, el equipo de nuestros compañeros perdido en algún aeropuerto europeo, el lleno en Madrid que es algo que nunca habíamos experimentado. Son buena gente, grandes músicos y la gente que trabajaba en ambos conciertos se portó muy bien con ambas bandas.
Ya para cerrar y siguiendo con la música en directo, el próximo 25 de octubre haréis la presentación oficial del disco en L’Hospitalet de Llobregat. ¿Tenéis alguna fecha más confirmada que nos podáis adelantar?
Queremos que sea una noche especial, haremos un concierto único con un repertorio escogido para la ocasión. También nos acompañarán nuestros amigos y Djs favoritos Monamí y Mercadonna Summers. Para la ocasión hemos puesto a la venta una entrada anticipada con el vinilo y una bolsa. Mientras cerramos fechas os puedo avanzar que la siguientes fechas serán el 9 de noviembre en la sala Balboa de Sabadell y el 13 de diciembre en el teatro Cal Ninyo de Sant Boi de Llobgregat. Os esperamos para celebrar.
Fotografías: Dani Pohl