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Cinco discos latinoamericanos que no te puedes perder
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Cinco discos latinoamericanos que no te puedes perder

reportaje musica latinoamericana

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Afortunadamente cada vez son más las bandas latinoamericanas que comienzan a tener presencia en nuestros festivales o editan sus discos a través de sellos que apuestan por ellos en nuestro país. En estas páginas hace poco mostrábamos un escaparate de una emergente escena independiente argentina intentando acercar propuestas, algunas ya más o menos conocidas. Para esta ocasión nos hemos centrado en cinco álbumes latinoamericanos editados entre el pasado año y este, apuntando más hacia bandas noveles, algunas ya editadas en España y otras que tardando están en hacerlo.

De repercusión todavía pequeña pero con una creciente proyección en sintonía con una tendencia musical renovada y muy al margen de los circuitos tradicionales, estas bandas además de oírlas piden ser descubiertas y compartidas, así que al que se tome el placer de conocerlas, que haga correr la voz. Una escena muy variada que iremos recorriendo más en profundidad pero de la que aquí queremos mostrar un presente interesante unido a través de los hilos del rock. La experimentación o el tropicalismo lo dejamos para siguientes reportajes, en esta ocasión iremos al grano. Un, dos, tres y…

Las Ligas Menores – «Las Ligas Menores» (2015)

critica disco las ligas menoresVelocidad acompañada de un pellizco en el estómago, como un abrazo corto pero profundo. Apenas 36 minutos que van a pegarse a nuestra piel para los restos, desde la apertura con ‘Renault Fuego’ hasta el cierre con ‘29 De Septiembre’. Transformando sus limitaciones musicales en virtudes, los argentinos Las Ligas Menores firman un disco de debut fresco y necesario en estos tiempos donde todo tiende a sonar muy bien en el peor sentido. Estas trece canciones son tan frágiles que da la impresión que se van a romper si las tocas, enfocando toda la atención al resultado y prescindiendo de potenciar nada que no tenga que ver con la música. Y es que aquí ya empezamos a estar cansados de que la mediocridad se esconda detrás de titulares absurdos y sexistas como que si “son jóvenes y lo hacen bien para ser en su mayoría chicas”. Esto es una banda y punto. En común tienen su inquietud por investigar, que puesta en conjunto les lleva a firmar un primer álbum que ya le gustaría firmar a más de un grupo de aquí.

La urgencia de ‘Renault Fuego’ arranca mediante unas preciosas guitarras y acelera a la primera hacia la melancolía, con guiños a Los Planetas en un texto irresistiblemente escapista para seguir avanzando ‘A 1200 km’ vía expresión pop con una melodía inspiradísima apoyada en una base rítmica sencilla y bien nerviosita. Bajan un tanto el ritmo en ‘Gran Ciudad’, donde la voz de Pablo Kemper le toma el relevo a Anabella Cartolano, equilibrando así la economía de recursos que manejan. Con ‘El Baile De Elvis’ nos sueltan otro hitazo para el recuerdo y lanzan una dosis de romanticismo, persiguiendo al amor en fuga en ‘Europa’, donde abordan con sencillez temas complejos mientras la instrumentación da una réplica preciosa a la melodía.

Encajando las cucharas sin forzar llegamos al ‘Accidente’ que, como su propio nombre indica, no estaba previsto en los planes («me mata la ansiedad y que todo sea tan aburrido«). Continúa el arrebato melódico en ‘Tema 7’, con la que, a la altura del ecuador del álbum, ya le hemos entregado nuestro corazón, que se deshace en esa química inmediata que generan. Tras esta vuelve a asomar la voz de Pablo en ‘Hoy Me Espera’ y llegamos hasta ‘Crecer’ que, haciendo honor a lo que dicta su título, se va engrandeciendo en su desarrollo musical. Por último, tras ‘Tibet’, ‘Miércoles’ y ‘Avenida Principal’ llega la quebradiza melancolía de ‘29 De Septiembre’, que echa el cierre y nos vuelve a noquear con su irresistible encanto.

Un disco dulce y de eterna compañía que mucho están tardando ya en editarlo en España (una llamada desde aquí a Limbo Starr). Tienen la mejor proyección y están en su mejor momento, acérquense a este álbum porque es imposible no amarlo. Y esto solo es el principio.

 

La Big Rabia – «Leche & Mierda» (2014)

la big rabia leche y mierda chile critica discoLa Big Rabia han logrado marcar en su segundo disco, «Leche & Mierda», una identidad en su discurso muy alta y muy al margen de la música de genero de la que toman elementos para elaborar un discurso basado en una gran entrega emocional, creando una singular mezcla entre el bolero y el rockabilly. Este dueto chileno formado por Vanix X a los tambores y Puñete Orellana rascándole a las cuerdas mientas canta con elegancia y griterío han capturado viva la esencia de sus viscerales espectáculos, sin mucho artificio, con algún viento por aquí , una voz femenina por allí y por lo demás bien crudito. La primera vez que tuve noción de ellos fue en un recital en Madrid, donde no sabía muy bien que me encontraría y de repente me di de bruces con sus puñales sónicos. Este tipo de propuestas te llegan mucho más cuando las conoces de primera mano sobre un escenario, donde no hay mucho que explicar. Escuchando posteriormente este segundo álbum reconozco el repertorio y caigo en la cuenta de que en su mayoría ya lo estaban probando en directo en aquel inolvidable show.

El blues incendiario de ‘Hacia El Norte’ se abre paso a grito pelao para lanzar a continuación dardos psicobillys en ‘Lo Voy a Soportar’. En el bolero enfermo de amor que es ‘Por Ella’ muestran sus mejores virtudes y se marcan un dueto con Natalia Álvarez a vena abierta, de una pureza suprema encumbrada al ritmo de los vientos que se manifiestan más fuertes y calientes en la siguiente ‘Si Tú No Sabes Lo Que Quiero’, salvaje y trasnochada. Siguen jugando talentosamente con las raíces en ‘Salvación’, donde Puñete se desgañita con su peculiar timbre que crece y crece sobre un ritmo primitivo hasta estallar. Más blues sucios en clave bolero en ‘Lo Único Que Te Voy a Pedir’, sucedida por un momento de gran rabia sónica en la rompedora ‘Amistad’, estabilizando de nuevo los tempos y llevándolos a un encantador arrastre en la genial ‘Disfonía’, a la que le sucede una oración bastarda con ‘Aleluya’ y otra preciosidad latinoamericana como es ‘Adiós Amor’, putera, elegante y con mucha chulería. Un poquito más de autenticidad hace sangrar a punta de machete ‘Vete Lejos’ y llega el gran orgasmo final con ‘Zapata!’, revolucionaria, afilada y muy cabreada.

Todo un imaginario de rock and roll visceral con mucha personalidad, repleto de boleros incendiarios que los conecta con su cultura. Un disco chileno que apunta muy bien hacia donde deberían mirar las bandas de allí, que no todo va ser Javiera Mena por mucho que se desnude en su portada. Muy grande amigos, os esperamos.

 

Los Blenders – «Chavos Bien» (2015)

Los Blenders chavos bien critica disco españaOcho rolas de infeccioso surf pop conforman uno de los debut más regeneradores y frescos editados en tierras aztecas y puestos en el mapa peninsular por el sello catalán Tigre Discs. «Chavos Bien» destila ironía desde los primeros acordes con canciones directas que combinan la diversión con cierto peso crítico pero que, en definitiva, hacen de la fiesta un templo. Algunos dirán que con la que está cayendo, ¿dónde está el compromiso político?, pues precisamente en eso, en no decirle a la gente lo que necesita escuchar. Para eso ya vamos sobrados de artistas mediocres que se apuntan rápido al carro social y, en fin, no todo va ser Dylan, tienen que existir también los Beach Boys para que podamos soñar como si no existiera nada más en el mundo que el sol, las playas y el sexo. Estos chicos capturan muy bien ese mensaje y lo amplifican vía distorsión saturada y melodías gloriosas, una fórmula que muchos intentan pero pocos consiguen. Enhorabuena a Los Blenders porque ellos lo han logrado con un discurso simple pero enorme en el resultado.

Esta obra va dirigida especialmente a aquellos que a partir del minuto 30 pierden la atención y el hilo de la historia ya que, con esta premisa por bandera, Los Blenders van al grano y clavan ocho hits seguidos despojados de cualquier pasaje instrumental. No quieren enredar y van directos en su avanzada hasta la gloria con arpegios cincuenteros, bases «be my baby» y armonías luminosas para firmar el disco del verano de unos pocos o muchos. Todavía estáis a tiempo para que sea el del vuestro. El arranque con ‘Playa Jacó’, la ironía de ‘Chavos Bien’ o la camaradería de ‘Amigos’ son tres buenos ejemplos para convenceros.

 

Las Robertas – «Days Unmade» (2014)

las robertas costa rico reseña discoLas Robertas han encontrado su espacio entre el noise y un empuje pop marcado por un bajo abrasivo y acompañado por unos acordes de una dulzura agresiva. Sin tanto recurso lo-fi, como ya hicieran en anteriores entregas, han purificado su sonido sin renunciar al bendito ruido (o noise, que mola más) creando temazos adictivos de corazón pop que hacen de su segundo disco, «Days Unmade», un lugar donde poder pasar bastante tiempo.

Mucho se habla últimamente de garaje, una etiqueta que desde hace ya tiempo se empieza a poner un poco a la ligera a cualquier grupo que utiliza distorsiones considerables y que se peina un buen flequillo. Incluso los artistas parecen estar cómodos con el término. Como no podía ser de otra forma, en Las Robertas la etiqueta apareció desde el minuto cero, ahora bien, en esta segunda entrega yo no lo veo por ningún lado. Afortunadamente, dicho sea de paso, yo aquí lo que veo es shoegaze a saco y “bacalao con melodía”, parafraseando a los siempre geniales Perro. No voy a nombrar bandas en las que puedan estar inspirados porque considero que cuando un grupo tiene su propio discurso (y si estoy escribiendo de él es porque creo que lo tiene) no es necesario llenar las páginas de influencias para demostrar lo que sabe uno de música y lo listo que es. Eso ya no tiene sentido ya que ahora ahora haces un click y sacas tus propias conclusiones. Cosas buenas que tiene la tecnología.

Jon Green ha sido el encargado de depurar los nuevos trallazos de la banda costarriqueña y lo cierto es que la producción les ha sentado de maravilla. ‘Dissected Affair’ abre a golpe de batería y te mete de lleno en el enmarañado de guitarras. Sin dar tregua clavan otro hitazo como es ‘Marlene’, que hizo las veces de adelanto, y continúan furiosas y coreables en ‘Ghost Names’ con una acierto melódico del copón y una brevedad insultante. La magnética ‘Despair’, en mi opinión, está en lo mejor del lote, potenciando su faceta más pop. Y algo parecido contiene el ostión vitamínico que te suelta ‘Seconds Away’, encadenada con la gloriosa ‘Better Days’.

Un segundo asalto decido y fuerte, destinado a sacar todo el potencial que la banda ya mostraba en su primer álbum y que en esta ocasión han atinado a mostrar en su esplendor.

 

Los Rusos Hijos De Puta – «La Rabia Que Sentimos Es El Amor Que Nos Quitan» (2015)

reseña nuevo disco los rusos hijos de puta argentinaLa banda más excitante del under argentino debuta en largo con un álbum salvaje que recupera ritmos y calles que creíamos perdidos, atravesados por una sensación de libertad absoluta en los once cortes que conforman «La Rabia Que Sentimos Es El Amor Que Nos Quitan». Cargado de oscuridad y rebelión, este primer disco los muestra en esencia pura, aun faltos por pulir pero con varios puñetazos que avisan ya de un futuro prometedor, sobre todo cuando centran el tiro en esos pequeños himnos de boliche para brindar con gasolina, como la cabreada y contracorriente ‘Los Pibe’.

La crudeza y el peso de ‘Snowball’ abre con un texto contestatario contra la monotonía y unas guitarras desaliñadas que arrojan bilis. Continúan furiosos aunque fiesteros en ‘Hallowen’ y el clima de tensión se rompe y suavizan un poco el discurso (pero solo un poco, que aquí buen rollo el justo) en la entrañable ‘La Federal’. El espíritu psicodélico y optimista contrasta con el resto de la obra y en esa confrontación entregan la mejor canción del álbum, ‘Indiana’, con un texto brutal y cotidiano («no me tiro con salvavidas, la tormenta la llevo encima”) y con la genial aportación vocal del guitarrista. Vuelven a la crudeza y a las espinas en ‘Fan’, otra de las joyas de un álbum que crece y crece.

Por su parte, el reverso oscuro de la fuerza se manifiesta en ‘Cráneo’, de atmósfera siniestra y que da paso a una noise pero muy contenida ‘Luna’, cambiando el rollo y acelerando después el vehículo con la psychobilly ‘Nada’. Esta da paso a una insólita versión de Lennon en ‘Bien Bien Bien’, con viaje a Córdoba, marcianadas y encuentros en la tercera fase con entidades incluidas. Toda una delirante antesala para el que es su himno generacional, incluido casi al final del viaje y titulado ‘Los Pibe’, en el que la chica se queda a gusto. Una foto fija de su realidad con rabia y gritos, muchos gritos. Y concluyen con un rollo telúrico en ‘Hambre’, canción de amor y muerte.

Un álbum orgásmico incendiario y muy de verdad, donde la rabia no está destilada. Crudo y duro de roer, enhorabuena a estos Rusos Hijos De Puta porque lo han clavado. América necesita gente como vosotros.

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