Pablo Wilson + Magrot @ Siroco (Madrid) 07-05-2021


La primera vez que me acerqué a la música de Pablo Wilson no entendí absolutamente nada. Surgido como por generación espontánea, desde la factoría Limbo Starr nos enviaban aquel primer adelanto: ‘Distanciamiento Social, Nuevas Formas de Amistad’. A mi juicio de aquel entonces, un disparate que no iba más allá del chascarrillo cuarentenario. Supongo que no entendí la gracia hasta no escuchar al completo el disco de debut de este enigmático personaje. En ese momento todo cobró sentido. Detrás de la primera impresión se encontraba un cronista agudo y fresco. Valedor de un sentido del humor altamente original y mucho que contar en canciones. Ya decían que esto de la pandemia nos había polarizado más que nunca… Del odio al amor en cuestión de semanas, hasta el punto de convertirse en uno de mis descubrimientos más disfrutados del pasado año. Un álbum con el que me reí de mí mismo y también de una sociedad que es una caricatura permanente. Había ya muchas ganas de ver en directo al artífice de todo este imaginario del confinamiento en clave millennial.
Agotando dos pases en la mítica Siroco, otra banda emergente, Magrot, comenzaba la tarde teloneando. Con una magnética mezcla de desparpajo y nervios primerizos, Charlotte capitaneaba esta andanza musical. Una gran voz acompañada de una base rítmica y unas guitarras refrescantes que ponían en marcha esa energía indescriptible que forma parte del ritual de la música en directo. Breves pero con buen gusto, mostraban al mundo temas tan redondos como ‘Sleepless’, disfrutando sobre las tablas y haciéndonos disfrutar a sus oyentes. Mención aparte para Charlotte, amiga y bajista en la formación de Pablo Wilson que en total actuó hasta en cuatro ocasiones durante esa misma tarde. Paradojas de esta extraña etapa de los conciertos en época covid.
Turno para Pablo Wilson y su banda, quienes sorprendían con unos atuendos al más puro estilo Abba diseñados para la ocasión por sus amigos de Perkkal. Y es que si algo engrandece la singular lírica de Pablo es ese carácter cercano que emana por los cuatro costados de su gran figura de, ¿1,90? Una capacidad que le ha facilitado aunar de manera orgánica un cancionero de puro cantautor con el latigazo imparable de la distorsión. En la primera faceta, temas tan redondos y certeros como esa ‘Nueva Barbaridad’ deudora del maestro Nacho Vegas, ‘No Necesitamos Más Banderas’ u otros aún más personales y desenfadados pero igualmente maravillosos, como aquel ‘Kiwi con Chía’, que finalmente no entraría en su LP. En su lado más coral, el apoyo incondicional de ese terremoto llamado Antía y de la incansable Charlotte, impulsando el sonido desde teclado y bajo, y sumándose a las voces en temas como ‘2019’ o, ahora ya vista con perspectiva y contexto, la brillante ‘Distanciamiento Social’ (y su gran videoclip). Y como no, el frenetismo noise de un guitarrista mayúsculo como Andre Edipo, quien bajo su tímida apariencia y siempre en la retaguardia, esconde un guitar hero total. Melodías, ruido y unos riffs que tan pronto colorean un country como ‘El Rancho de Magrot’ como que emulan a Primal Scream en los fraseos de ‘Actitud Daimiel’ o en los coletazos más distorsionados y oscuros de cortes como ‘Doña Ley Antitabaco’. Una de esas letras ácidas que describen a la perfección a algunas de esas grotescas personalidades que ha dejado tras de sí toda pandemia y que definen el estilo de Pablo Wilson. Esperemos seguir viendo crecer este proyecto que nace de la imaginación de un compositor especial y se refuerza con una banda que acompaña cada canción llevándola más allá del bedroom pop.
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