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Kiss @ Palacio de los Deportes (Madrid) 22-06-2015
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Kiss @ Palacio de los Deportes (Madrid) 22-06-2015

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Decir que Kiss es solo una banda de rock sería faltar a la verdad, igual que lo sería definir lo de la pasada noche en Madrid como un concierto. Por supuesto que lo fue, pero también fueron muchas otras cosas. Fue el show, la fiesta y hasta el circo de los Kiss, y es que a sus 40 años de trayectoria, celebrados precisamente con esta gira mundial, Kiss es uno de esos grupos que como AC/DC y compañía, llevan tanto tiempo en esto que se las saben todas. Bidones enteros de hidrocarburos, pirotecnia de todas las formas y colores, confeti, plataformas, sangre artificial y mucho, mucho maquillaje.

Antes de recibir a las leyendas del rock, The Dead Daisies abrían la noche en un concierto en el que demostraron una vez más que pocos sitios suenan en Madrid como el Palacio. Absolutamente atronadores y con una potencia de sonido en la que no se reservó nada, por desgracia hoy pocos medios hablarán de ellos, ya que muchos de nuestros compañeros de prensa ni se dignaron a aparecer por allí. Sí lo hicieron, y de qué forma, las miles de personas que se congregaban en la pista del estadio y que vibraron con una banda que tiró de oficio para caldear un ambiente en el que ya podía respirarse la esencia de las grandes noches.

Con un Palacio de los Deportes (los románticos aún nos resistimos a llamarlo Barclaycard Center) a reventar, llegaba el momento más esperado y Kiss se presentaba ante el público madrileño con todas las pautas calculadas al milímetro, un show que no obstante se sentía muy cercano y único. El excelente manejo del español de Paul Stanley dejaba patente que aunque Kiss den este año unos 40 conciertos por todo el mundo, y pese a que en casi todos ellos repetirán sus fórmulas magistrales, toman gran interés en contentar a todos sus fans y dejarles una noche para el recuerdo. Y eso se nota. Los fans de Kiss, o la «Kiss Army» como ellos mismos se definen, es una de esas aficiones que jamás abandonan, y en la que están alistados desde los seguidores más veteranos hasta los más jóvenes e imberbes amantes del buen heavy metal.

La coreada ‘Detroit Rock City’ marcaba el inicio del show de los Kiss, que se encadenaba pronto con otros temas de peso como la oscura ‘Creatures of the Night’ o los berridos de ‘I Love it Loud’, que sonó absolutamente inmensa en las gargantas de unos 15.000 espectadores que cada vez más participaban de manera activa en el espectáculo que servían los americanos. Tras esto la maquinaría de guerra pesada de Kiss seguía su marcha y con ‘War Machine’ veíamos a un Gene Simmons que disparaba su bajo hacia el público mientras salían petardos de su mástil.

Kiss

Artificios pirotécnicos que se incrementaron con ‘Hell or Hallelujah’, su tema más reciente. Engrasada ya la maquinaria al completo, Kiss imprimía al directo un ritmo frenético que ya no decaería en ningún momento. Sin tregua alguna sonaba ‘Dr. Love’, antesala perfecta para ese clásico atemporal llamado ‘Lick it Up’. Tras esto, turno de nuevo para el demonio Gene Simmons que desplegaba sus terroríficas alas y volaba con un arnés hasta una plataforma situada en el techo del escenario. Desde allí propinaba un magistral solo de bajo mientras escupía sangre por la boca y sacaba a relucir su interminable lengua. Uno de esos momentos indispensables en todo espectáculo de Kiss, una de esas imágenes que forma parte del imaginario colectivo del rock. Aviso profético de la llegada del ‘God of Thunder’.

He de reconocer que una de las cosas que más me sorprendieron al entrar en el Palacio de los Deportes fue que el escenario no tuviera la clásica lengua. Llegados a este punto entenderíamos porqué. Paul Stanley sacaba partido a unos raíles aéreos y a través de una gran tirolina sobrevolaba las cabezas de toda la Kiss Army a escasos centímetros de ellos. Su destino una plataforma levadiza desde la cual interpretó ‘Love Gun’ y dio pie a una colosal ‘Black Diamond’ interpretada a su vuelta al escenario principal y que suponía el cierre perfecto previo al bis. Ante los incesables lanzamientos de púas, baquetas y todo tipo de objetos, el público respondía a sus amados Kiss lanzándoles preservativos hinchados, dando palmas y propinando alaridos para que saliesen de nuevo.

Rematando la faena y ya de vuelta de un cortísimo descanso, foto con su público incondicional y tres de sus mejores temas: ‘Shout it Out Loud’, ‘I Was Made For Lovin’ You’ y por supuesto ‘Rock and Roll All Nite’, en la que casi se pudieron escuchar más los coros de todo el pabellón que la melodía interpretada por los monstruosos Kiss. Pelos de punta, Simmons y Stanley elevándose de nuevo sobre otras dos plataformas levadizas mientras Tommy Thayer cumplía con otro clásico del rock y reventaba su guitarra contra el escenario. Al tiempo, una inmensa lluvia de confeti cubría todo el pabellón y terminaba la gran fiesta de los Kiss. Acababa así una noche que, a juzgar por las miradas atónitas y la sonrisa dibujada en los rostros de todos los presentes, no podremos olvidar con facilidad.

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