Dark Light

Entrevista con Rubén Pozo y Lichis: «Para mí que me digan maldito es un piropo, te lo juro»

ruben-pozo-lichis-entrevistas

ruben-pozo-lichis-entrevistas

«Estalle el pollo donde estalle y gane quien gane, creo que podré ser fusilado tanto por un bando como por otro. Creo que a mí me fusilarán en los Monegros, que pilla a mitad de camino»  (Lichis).

Hace solo unos días se editaba «Mesa Para Dos», el primer EP de Rubén Pozo y Lichis uniendo sus fuerzas en esta ilusionante andanza musical que comienza de la mejor forma posible. Dos quijotes de la música curtidos en mil andanzas, desde las más gloriosas a las más malditas. Obligados a reinventarse para seguir haciendo aquello que les mueve por dentro. Un camino que no siempre resultó fácil, y en el que pese a los baches no han perdido un ápice de autenticidad, manteniendo en todo momento la esencia personal que imprimen en cada una de sus canciones.

En medio del triste escenario social que inunda todos los periódicos estos días, en las oficinas de Sony me esperaban ambos, hablando de preadolescentes mientras recordaban sus años más desafiantes, que ahora les toca ver desde la óptica de padres. Medallas de oro, postureo trapero y la fugacidad de la fama eran el aperitivo en esa mesa para dos en la que ahora ponían un plato más para compartir esta sobremesa conmigo. Una charla en la que repasamos pasado y presente, que se quedó corta y que si por nosotros hubiese sido, seguramente se hubiese alargado hasta la cena o quien sabe si hasta la barra. De todo ello estuvimos hablando en una entrevista que os dejamos a continuación:

El pasado viernes lanzabais “Mesa Para Dos” y al tenerlo en mis manos me llamó mucho la atención esa dedicatoria tan sentida que ponéis en los agradecimientos. Empezando por un brindis a vuestras familias. Bien grande y nada más abrir el disco. Y no os olvidáis de nadie ¿eh?

Rubén Pozo: Pufff espero que no nos hayamos olvidado de nadie, tío. Porque es el problema de empezar a poner nombres, siempre te dejas alguno, tío. Seguro que alguno nos hemos dejado pero es de alguien mucho más elegante y con mucha más clase que nosotros y que no nos ha dicho nada por eso, por pura elegancia y tal. No sé, hay mucha gente involucrada en este proyecto y aparte de las alegría que trae pues también tiene sus jodiendas. Empezando por nuestras familias, que aguantan nuestras neuras y nuestra falta en casa y cosas así. Era de ley.

Viniendo de donde venís ambos, con trayectorias de éxito, veo en este tipo de detalles un cariño y una ilusión casi como de disco de debut. ¿Sentís algo de esa emoción primeriza en este nuevo salto al vacío?

Lichis: Bueno, porque supongo que también vivimos este momento en el que te dediques a lo que te dediques tienes que empezar de cero. Es verdad que en el mundo del arte, te dediques a la parcela que te dediques, la inseguridad y la inestabilidad son parte esenciales de este ejercicio. Y hoy por hoy en ese sentido le pasa a cualquiera en cualquier tipo de trabajo. Quizás en estos momentos de salto al vacío es cuando todos empezamos a valorar un poco lo que tenemos más cerca: la familia, los amigos, la gente que está allí. Sobre todo cuando has vivido tiempos tan convulsos en los que muchas máscaras se caen. Y te das cuenta de quien era un amigo y quien no y apoyas y valoras a esa gente que está contigo. Eso es algo general y además supongo que también como sociedad lo vivimos. En cualquier momento de crisis, cuando todo se tuerza, los que van a estar ahí son los tuyos. Y en esta sociedad en la que se empezaba a cuestionar el concepto de familia, de repente paradójicamente parece que vuelve a cobrar una importancia.

En este sentido me gustaría preguntaros cómo fue para vosotros el haber estado ahí, vivir un éxito a nivel musical bastante más alto de lo que soñarían casi todos los grupos, y de repente volver a tener que pelear cada pequeña sala y cada oyente. ¿Cómo habéis vivido esto?

Rubén: Bueno, yo creo que que si te sientes músico lo haces porque al final es que te chifla tocar en directo. Te chifla en el sitio grande, te chifla en el sitio pequeño, eres adicto al aplauso después del tema que tanto te costó hacer. Y yo que sé, yo me lo planteo así por lo menos. Porque hay gente que te dice: ¿pero por qué sigues esto? Y digo, ¡joder, porque me encanta, hostia! Me encanta esto, he dedicado mi vida, orienté mi vida a hacer esto. Y deseché muchas cosas y tuve que elegir y elegí esto. Y lo sigo eligiendo. Te dicen: claro, es que ahora no vas a cambiar. Pufff si es que ni quiero. Antes comentaba Lichis, decía joder si mi éxito han sido cuatro años. Y hostia pues es verdad, si te pones a sumar en ese plan, no sé. Yo creo que estoy empate en los años que vivo de la música con los años que he estado sin vivir de la música. No sé, personalmente me encanta esto. Me encanta tocar en directo, hacer canciones, que haya salido esto con Lichis, estoy disfrutando cantidad. No sé, como la vida en general, tiene sus momentos buenos, malos, que te gustan más, que te gustan menos… Pero bueno, porque tengas una temporada que te ha hayan venido mal dadas, tío, a lo mejor no tienes por qué suicidarte, ¿sabes? Dices hostia, es parte de esto. Al final llega un día que te levantas, te miras al espejo y está todo bien, estás a gusto en tu piel y dices, venga, para adelante y menos lloros, tío.

Siguiendo con lo anterior, encuentro mucho de autobiográfico en este EP. Un disco que se abre con frases geniales como: “Damos por bueno todo lo cantado, por, sobre y para el amor. Las historias de piratas y naufragios, R que R de rock and roll”. Y así sigue. Creo que guarda mucha verdad y desde fuera lo que se ve es precisamente eso, dos tipos que habéis disfrutado del botín en alta mar y también habéis sabido llegar a tierra firme nadando entre los restos, ¿no?

Lichis: Claro, un poco lo que comentábamos antes. Mi primer disco con La Cabra Mecánica fue en el año 97. Yo ahí ya llevaba diez años trabajando en la música, y mientras estaba con La Cabra Mecánica tenía un montón de proyectos. Yo seguía tocando como bajista en un montón de grupos y haciendo discos y tal. Normalmente la pequeña parte de, no lo voy a llamar éxito, sino de repercusión entre el público masivo, que no es lo mismo que éxito, es en el fondo una parte anecdótica en mi vida. El resto de lo que he hecho a nivel artístico ha sido de espaldas al público, ¿no? Con lo cual hay una pasión por lo que haces. Si hubiera pensado en la repercusión del público, habría abandonado el primer año de estar tocando el bajo en un local de ensayo durante horas y horas y horas. Eso es lo más importante.

Si es verdad también que en este disco lo hemos pretendido abordar desde el humor, no desde la amargura ni el rencor, pero sí intentamos reflejar una realidad que no es solo nuestra, es de la sociedad en general que vivimos. Yo mismo que estoy a punto ahora de cumplir los cincuenta palos, ¿cuánta gente hay en la misma situación? Con mi edad, que todo que estudió, todo lo que se preparó y toda la dedicación que ha tenido a una empresa, a un trabajo, a un tal, de repente se va por el desagüe y te ves condenado a empezar otra vez de cero. Y eso no solo afecta a la gente joven. También en una sociedad en la que parece que lo único que importa es la gente joven nos estamos olvidando de otra realidad que también está ahí. Como decía antes, la calle no es solo lo que ocurre de ocho de la tarde a tal, con chicos vestidos con medallones y con pulseras de oro. Es también la señora, es también el currito… es muchas cosas. Entonces creo que este disco habla de todo eso. Nosotros lo hablamos desde la música, que es el terreno en el que nos movemos, pero creo que es algo con lo que puede sentirse identificada cualquier otra persona en el universo y en el contexto ingrato en el que nos toca sobrevivir. Y además todo esto está hecho con cierta ironía, con cierto humor y con cierto mensaje positivo de: bueno tío, no estás solo, estamos cantando esto contigo. Ven aquí, lo bailamos juntos y luego ya volvemos todos a casa a seguir peleando, pero por lo menos vamos a bailarlo también, ¿no?

Es verdad que a mí desde fuera, que esto es siempre una percepción que se tiene desde el otro lado, me ha dado la sensación de que incluso en estos momentos de mayor repercusión os ha ido bastante bien a ambos el traje este de músicos malditos. Pienso que por venir de donde veníais podíais perfectamente haber seguido explotando la jugada y sin embargo apostasteis por esa idea a lo mejor más romántica de hacer las cosas como las sentíais y al que le guste bien y al que no pues que mire para otro lado, ¿no? 

Rubén: Sí, yo es que no sé… Los malditos a mí me encantan, vamos. Para mí que me digan maldito es un piropo, te lo juro. No sé, el winner, los Cristianos Ronaldos, es que a mí no… Por muchos goles y todo pero a mi dame al loser, dame miga, tío.

Lichis: (Risas) Mágico González.

Rubén: Sí, no sé, quien sea.

Lichis: Sí es como que el éxito, y vuelvo a entrecomillar lo de éxito, el éxito entendido como repercusión mayoritaria de tu trabajo es algo que depende de un montón de variables. Y es una lucha que no es justa ni injusta. Tu de repente tienes esa sensación, yo la he tenido con compañeros a los que les he visto abajo, les he visto subir, les he visto volver a bajar… Y parece que hay algo en el subconsciente colectivo que dice: te toca… a ti. Y ¿por qué este y no el otro? Pues porque… es este. ¿Pero por qué? pues porque sí. Es una cosa bastante caprichosa y en el medio está todo lo demás, todo lo sustancial.

entrevistas-mesa-para-dos-ruben-pozo-lichis

Ambos habéis seguido haciendo cosas en solitario con ese mismo espíritu, y de hecho esta unión surge casi a la vez que sacasteis vuestras últimas canciones por separado. ¿Cómo fue esta alianza?

Rubén: Bueno, pues me mandó un mensaje Lichis, tío, una vez de: ¿bueno, hacemos algo juntos y tal? Y le dije que sí y aquí estamos, la verdad. No sé, los trenes pasan cuando pasan y aquí no hay horarios en la estación. Pasa el tren y te subes o no. Él me mandó un tren y lo cogí, así de claro (risas).

Lichis: (Risas) Yo creo que las cosas surgen de una necesidad. No hay nada premeditado, una labor de marketing detrás de oye vamos a ver si juntamos tal y tal… Es un poco el espíritu este que hay ahora de las colaboraciones, que ya se ha convertido quizás en algo muy manido, y que respeto, quiero decir, por el amor de Dios, que nadie se ofenda por esto que digo, pero en todo este espíritu colaborativo que tendría ir centrado a lo creativo se va un poco más a lo anecdótico o a lo puramente material. Bueno, a ver si sumamos seguidores en Instagram, con los tuyos, y si nos ven juntos y tal…

Rubén: Que está muy bien también, y que todos hacemos un poco lo que podemos, tío. Pero se empieza a hablar entre el público de una cosa que se está empezando a llamar la burbuja de las colaboraciones. En serio, ya lo he visto nombrado en varios comentarios de aquí, de allá, y es verdad que es un poco como… ¡Joder! Pero bueno, es lo que hay y está bien, no sé. Que se entiende pero es como: joder, si el tema era guay, tío. ¿Qué pasa? ¿Que no te apetecía escucharlo porque no estaba alguien de tu cuerda o qué, tío? No sé, igual abre un poco más la mente, macho, que el tema era guay ya antes de que colaborase el artista al que sigues, ¿sabes? Pero bueno que esto se lleva haciendo toda la vida en la música pero joder, ahora hay un poco de saturación de esto. Y te he cortado de nuevo lo que estabas diciendo, tío (risas).

Lichis: No, no, nada más que añadir (risas).

He visto que compartís también la composición de algunas letras. Y además de eso, esto que os voy a decir no sé si es bueno o malo, pero hay canciones en la que os reconozco a cada uno perfectamente. Por ejemplo ‘Nudo Sur’ me suena totalmente a la forma de expresarse de Lichis, y canciones como ‘La Canción Maldita’, ‘Trompas de Eustaquio’ o incluso ese reagge de ‘Batiscafo Verde’ tienen un aroma a Rubén Pozo que me resulta palpable en el primer disco de Pereza, por ejemplo. 

Rubén: Sí, bueno, supongo que es lo bonito o que ha salido así. Joder, Lichis tiene su estilazo escribiendo, y sus temas, su manera de hacerlo. Y yo tengo la mía y tratamos de que, joder, no haya mucho salto, ¿no? Que no sea agua y aceite. Yo no sé, igual es mi visión desde dentro, pero creo que no se nota forzada, ¿sabes? Que pueden convivir esas dos maneras, que tendrá sus cosas de cada uno pero creo que también tiene muchos puntos en común, o yo lo veo así, vaya.

Lichis: Claro, se comparte el fondo. El objetivo va al mismo sitio, y precisamente eso es lo que nos hace humanos, la imagen al final trasmite un poco a quien está detrás de la cámara. Es un poco la esencia de la cultura popular. Tocar esos tres acordes que ya han tocado un millón de personas antes que tú pero que en ti tienen algo que no tiene otra persona haciéndolo, aunque en el fondo estés contando la misma historia. Y este sentido sí compartimos el foco quizás en el mismo sitio. Y lógicamente buscamos esos puntos en común pero también esa diferencia, porque creo que al final es lo que enriquece, ¿no? Si de repente pues un tema de Rubén lo cantamos a medias, un tema mio lo cantamos a medias, o compartimos una letra o una música. Hay momento para buscar esos puntos en común y hay también momentos para gozar de la diferencia. Y eso hace yo creo que el resultado sea también bastante más fresco, ¿no?

Sí, me refería tal vez más a las letras, que os reconozco mucho a los dos. En este proceso compartido de composición, ¿cómo trabajasteis?

Rubén: Pues mira, por ejemplo, la primera canción que fue ‘Mesa Para Dos’, un día trae Lichis toda la primera estrofa y casi, casi el estribillo. Tenía la letra pero no la música y me dijo a ver si puedes escribir una segunda estrofa y un poco así la cosa. No sé, igual él me ha tirado más canciones a mí. Yo me pongo a escribir y… hay veces que las termino. Igual ahí he fallado yo un poco, pero Lichis es más abierto, sí que me manda más cosas y hazte aquí una estrofa y tal. Yo trato de que no haya mucho escalón, le tengo a él mucho respeto y le tengo muy colocado ahí arriba con los grandes y digo joder, trato de que no haya mucho escalón, vamos (risas). Que no sea como, hostia, la parte de Lichis bien, entra el capullo este y se cae todo. Pues trato de que no se caiga, de alguna manera estar a la altura.

Lichis: Yo creo que siempre la composición sale de una carrera de fondo en la que estas tú solo corriendo. No tiene ningún relevo ni ninguna ayuda y tal. Como esto que se piensa siempre, ¿cómo componían Lennon y McCartney?, salvando las distancias claro, pues uno tenía un cachito de cosa y de repente se la pasaba al otro; oye tío tengo esto y me he quedado aquí, o igual no me apetece seguir tirando o me apetece tener una visión desde fuera. O a veces de repente la canción te surge, tiras de ella y cae todo y entonces es más de uno y más de otro. Pero creo que incluso en las canciones que son de uno y de otro hay una intención y es que en ambos está la conciencia de que esto va en un disco conjunto. Y eso creo que se nota incluso en que las canciones que no están hechas tan a medias, son canciones que son de «Mesa Para Dos», y eso es lo más importante.

Rubén: Claro, a mi nunca me ha dicho Lichis cómo tengo que hacer una guitarra. Es como mira tío, me he estado mirando esto y me he sacado esto. No sé, Lichis da al REC y yo toco, yo que sé.

Sí, total libertad para eso, entre vosotros y haciendo supongo lo que os apetece hacer.

Lichis: Claro, aparte de que como experiencia a mí me resulta como muy llevadera. Porque si estás tú también con la mochila encima de: no, tengo que hacer doce canciones para este disco en un año y yo solo y tal… Esto es algo que también es como mucho más relajado, dices, joder que guay, si hago seis canciones en un año, que ya cuesta, ¿sabes?, porque nadie tiene doce canciones buenas en un año aunque nos intentemos engañar (risas). Además me permite relajarme y meterme en el universo del otro. No sé yo cuando escucho todas las canciones en conjunto lo que sí me transmite es frescura, y eso es algo que normalmente uno pierde con los años y esto nos ha ayudado a recuperarlo.

Yo creo que estuve presente en vuestro primer concierto. Corregidme si me equivoco, fue en el Sonorama de 2018, ¿no?

Lichis: Bueno, hicimos una previa en El Náutico, en acústico, pero ya el primero concierto oficial con toda la banda fue en el Sonorama, sí.

Sí, fue en un recinto algo más alejado, en el pueblo. Pero independientemente de esto, se sentía un cariño en la gente muy especial por vosotros. Haya diez, cien o mil personas yo creo que conseguís crear ese vínculo que es bonito. ¿Cómo fueron yendo el resto de conciertos?

Rubén: Bien, la verdad que sentimos que el público está sintiendo eso que dices, la verdad. Ahora hemos sacado el EP y la gente que viene a los conciertos quiere escuchar esas canciones y las celebra mucho. No sé, yo veo ahí las caras como muy sonrientes y no veo a nadie que exprese que le gustaría estar en otro lugar. Yo veo a la gente en el concierto y con cara de estar donde quiere estar.

Lichis: Sí, creo que en ese sentido estamos haciendo un poco partícipe a la gente de esto. Es más fácil que ahora el público que venga lo considere como algo suyo, porque está aquí. Esto no lo van a escuchar en una radio, no van a encontrar el disco en un gran almacén. Vuelven otra vez como a redescubrirlo, y eso hay una parte del público a la que le gusta sentirse parte de eso, y eso está siendo muy bonito. Como te decía antes, esto seguramente esta empezando a caer muy bien en el sentido de que hay una identificación entre el público y nosotros. A nosotros no nos hace falta vestirnos con un jersey y una camiseta de mierda para que la gente se identifique y vea que somos uno más. Yo salgo con unos trajes la hostia de cantosos que son de difícil identificación con el resto de la peña (risas). Pero sí la gente ve: coño, son gente como nosotros que está ahí tratando de reinventarse y de hablar de este tiempo que estamos viviendo y que seguramente merezca la pena ser recordado. Están intentando construir los clásicos del futuro, porque si seguimos a este paso nos vamos a quedar sin clásicos en diez años.

En aquel entonces hacíais un setlist con canciones de etapas en solitario y ahora obviamente integraréis las que habéis hecho juntos. ¿Cómo lleváis eso de que parte del público os siga pidiendo temas generacionales como ‘No Me Llames Iluso? o ‘Madrid’?

Lichis: No, afortunadamente ‘No Me Llames Iluso’ no me la siguen pidiendo, porque sino me suicidaba (risas). No, la verdad es que no lo piden. Una de las cosas que más me sorprendió, sobre todo el último concierto que dimos allí en Benidorm, es que empezamos a tocar las canciones nuevas y de repente salía desde los rincones de las gradas la gente ahí desatada, levantando los brazos, cantando la canción. Creo que estamos más en esa parte que en la otra y a mi es algo que me motiva mucho. No sé, tal vez Rubén sí está más reconciliado con su pasado. Yo ahora mismo si reconozco estar por motivos personales más enfrentado. O no enfrentando, sino que es una parte que ahora mismo en este viaje no la veo, no le encuentro ningún sentido. Llegará un momento en el que tenga sentido para mí y entonces lo haré con alegría pero ahora mismo no es algo que sienta. Ni siquiera es algo de lo que reniegue, es algo simplemente que no siento. Cuando llegue el momento, que tal vez llegue o tal vez no, pues se lo planteará uno.

Habéis anunciado una larga lista de conciertos que detallaremos en nuestras páginas después de esta entrevista y en los que espero volver a veros, pero tristemente hoy os tengo que preguntar por un tema que nos toca a todos. Mientras ultimaba esta entrevista pasaron cosas graves y leí que habíais tomado la decisión de cancelar el concierto de este fin de semana en Cataluña. ¿Qué pensáis de toda esta locura?

Rubén: Lo primero que esperamos es que lo que digamos ahora de esta pregunta no sea el titular, porque intentamos hablar de música. Y bueno, yo que sé, esto ya es personal de cada uno. Yo creo que hay una gente por encima de los políticos, que es la que realmente tiene el poder, que va a su puto rollo y utiliza a los políticos para que de alguna manera le entre el mensaje a la ciudadanía. Yo lo que siento al final de todo es que la ciudadanía está huérfana de alguien que la proteja, que deberían de ser los políticos mediando entre las grandes élites y los ciudadanos. Ellos quieren que hagamos unas cosas, llevarnos como un rebaño por un sitio y tendrían que estar los políticos ahí un poco de árbitros; Bueno, esto sí, esto hasta aquí, esto hasta allá. Creo que están con ellos, están totalmente comprados y así vamos. Y no voy a decir ni nombres de ciudades ni nada, para mí el fondo de lo que está pasando es esto.

Lichis: Sí, yo comparto esa visión. Yo creo que seguramente si hilamos fino, veremos que tanto en un bando como en otro, en estos dos bandos que se han intentado crear por la negligencia y la estulticia de una élite, se esconden los mismos intereses. Y cuando quien realmente mueve los hilos del poder empieza a darse cuenta de que la ciudadanía se está dando cuenta de que son ellos quienes los mueven, y por otra parte los políticos se dan cuenta de que la gente sabe que ya no sirven para nada, ambos se juntan para taparse sus respectivas miserias y corruptelas y tocan a las dos cosas que saben que van a  poner en marcha un chip que está desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, que son: Dios y patria. Y quien no tiene Dios tiene ideología y tiene los eslóganes que aprendió en la Complutense. Entre estos dos polos se organiza una guerra que favorece a los mismos de siempre. Sé que lo que digo es bastante vago, pero de verdad que no hay otra. Y con esta especie de caos controlado, que iremos manejando e igual en algún momento dado se nos va un poco de las manos, pero aquí tenemos a la gente entretenida y nosotros seguiremos saliendo adelante. Y esto desde Abascal a los Puyol pasando por todo el espectro. Esto me apena bastante. Yo estoy jodido con esto, me jode un montón.

Yo te puedo dar un titular. Los dos como muy madrileños que somos, porque somos muy madrileños, supongo que más que españoles porque ya en el acento se nos nota, nacidos en Barcelona, creo que parafraseando a Bukowski, estalle el pollo donde estalle y gane quien gane, creo que podré ser fusilado tanto por un bando como por otro. Creo que a mí me fusilarán en los Monegros, que pilla a mitad de camino. O unos o los otros.

Rubén: Sí, gane quien gane al final estoy en el bando de los que han perdido.

Me siento muy reconocido con esto que comentáis. Nos hemos quedado sin tiempo pero nos veremos en las salas. Muchas gracias por habernos atendido.

mesa-para-dos-ruben-pozo-lichis

Rubén Pozo y Lichis presentarán en directo las canciones de «Mesa Para Dos» en una gira que sigue añadiendo conciertos y que os detallamos a continuación:

26 de octubre – La Rúa (Burgos) Entradas
08 de noviembre – Euterpe Café Pub (Alicante) Entradas
09 de noviembre – C.S.A. The Old House (Albacete) Entradas
16 de noviembre – Instituto Cervantes (Frankfurt / Alemania) Entradas
22 de noviembre – Aperitoche Bar (Las Rozas) Entradas
30 de noviembre – Sala Acme (Cerdanyola del Vàlles) Entradas
20 de diciembre – Amstel Art (Valencia) Entradas
11 de enero – Café de Alba (Murcia) Entradas
12 de enero – El Refugio del Poeta (Elche) Entradas

View Comments (0)

Leave a Reply

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll To Top