[Actualidad] Biffy Clyro – «Ellipsis» (2016)


¿Tiene un grupo que publica sus mejores discos desde el underground más absoluto mantenerse en él para no perder su esencia? ¿Es criticable que se busque a un público mayoritario a base de suavizar sonido y colar algunos hits ultramelódicos en unos discos en los que predominan las guitarras? ¿Tenemos que tragarnos y aceptar como buena cualquier cosa que publique uno de nuestros grupos favoritos por el mero hecho de que lo sea? Creo que la respuesta a las tres preguntas es no.
Biffy Clyro llevan años endulzando su propuesta (aquella con la crearon esos cuatro primeros discos que merecen un monumento, y no de muchos grupos se puede decir lo mismo), a base de sobreproducir sus canciones y llegar a un público mayoritario con singles tan infalibles y redondos como ‘Many of Horror’, ‘Mountains’ o ‘Black Chandelier’. Nada que objetar cuando estos mantienen intacta la esencia del grupo y además vienen respaldados por una serie de canciones que siempre han estado a la altura y con las que nos han pasado por encima todas y cada una de las veces que los hemos visto en directo (y han sido unas cuantas, desde aquel fugaz paso por La Riviera como teloneros de Bloc Party y con su “Puzzle” todavía inédito hasta la más reciente, en el primer Mad Cool Festival). El problema de “Ellipsis”, su nuevo disco, es que es difícil encontrar en él la esencia del grupo y además sus canciones no están a la altura. Y me duele enormemente decirlo.
Buscando el lado positivo, hay que reconocer que en ‘Animal Style’ mantienen la pegada y nos recuerdan a los Biffy del “Puzzle” con sus potentes guitarras, los fraseos de Simon Neil y esos siempre efectivos coros de los hermanos Johnston por bandera. Tampoco me parece desechable la inicial ‘Wolves of Winter’ (curiosamente estos han sido los dos adelantos del disco) a pesar de su cabalgante sobreproducción. Y siendo generosos podríamos mencionar también la veloz ‘On a Bang’ como un buen descarte de discos anteriores, o una ‘Flammable’ que arranca bien con ese ritmo tan funk y la sensación de canción imprevisible que siempre había sido inherente al grupo pero que empieza a diluirse en cuanto llega el estribillo. Sintomático es también que el tema más agresivo y contundente, como es ‘In the Name of the Wee Man’, quede relegado a la última posición de una versión deluxe del disco. Por lo demás, se pierden en azucarados e intrascendentes estribillos (‘Friends and Enemies’, ‘Howl’), buscan la complicidad acústica que si tenían temas como ‘Machines’ sin acercarse lo más mínimo a ella (‘Medicine’) e incluso se adentran en los pantanosos terrenos de la vergüenza ajena (‘Re-Arranged’ y su letra son para echarse las manos a la cabeza y el disparate pseudocountry que es ‘Small Wishes’ no hay por dónde cogerlo).
Después de seguir al grupo casi desde sus inicios he hecho a Biffy Clyro parte de mi vida y quiero pensar que esto no es más que un pequeño tropiezo en una carrera hasta ahora brillante e imprescindible. ¿Un paso atrás para coger carrerilla?