15º Aniversario Limbo Starr @ Siroco (11-02-2016)


Lejos de la nostalgia y de previsibles fiestas aniversario, Limbo Starr optó el pasado jueves por una sencilla celebración en la sala Siroco con la música como principal reclamo y único protagonista. Quince años daban para mucho (otros por menos han montado unas buenas bodas gitanas al respecto) pero no, no estuvo Nacho Vegas reinterpretando «Actos Inexplicables», ni Iván Ferreiro versionando el «Blanco» de Maga, ni el tipo de postureo propio de este tipo de eventos. Los que estábamos, estábamos por y para la música. Con un cartel tan sugerente como el erotismo (donde se insinúa sin mostrar), el sello madrileño decidió mirar hacia delante en su cumpleaños («No será peor, seguro que es mejor…«), y hacia delante nos fuimos también los más puntuales de la cita para disfrutar del momentazo que nos regaló Brian Hunt, anticipando en vivo algo de lo que esperemos que el Limbo no tarde mucho en poner en los surcos. Mimetizado en John Lennon y con un batería y unos cuantos pedales como soporte, Brian hizo gala de ese duende creativo que parece brotarle incluso sin que él se percate. Demasiado talento para un solo ego.
Tras él llegaba el momento del delirio “political-incorrectness-psicodélico”. Disciplina Atlántico, que ya desde el primer acorde superaban toda expectativa, estuvieron deslumbrantes en su brillante oscuridad. Envueltos en escena por el humo y los parpadeantes flashes, llegaron a alcanzar célebres picos de intensidad y ruido en la poco más de media hora en la que amplificaron al máximo su debut. Los hits del mañana sonaron poderosos y en su mejor momento. ‘Las Radiaciones del Móvil’, ‘Ellos’ o el épico final de ‘Parquesol’, alargada en vivo hasta la extenuación, confirman que su propuesta no solo funciona sino que se crece muchísimo más en un directo de distancias cortas. Más que esos cien pavos habrá que prestarles atención por todo lo que pueda venir después.
Llegaba a continuación de tan speedico recital la esencia de Tachenko. Puente y Vinadé, guitarras en mano, nos devolvían a la calma tras la tempestad noise y nos llevaban directos ‘Hacia el Huracán’ de la melodía desnudando también ‘La Resistencia’, en esta ocasión dedicada con acierto a los quince años de Limbo. Tras éstas, versiones mínimas de ‘Midas’, ‘Las Claves’ y ‘Más Madera’ evidenciaron, aquí sin artificios, la belleza de su nuevo repertorio en un setlist en el que tampoco faltó un fetiche como ‘Amable’, que siempre alegra los corazones.
Y casi sin darnos cuenta llegábamos a la recta final de tan fantástica velada con Alborotador Gomasio ya en el escenario. Les tocaba cerrar y poner el broche a la jornada, una difícil tarea que solventaron a fuerza de lo que mejor se les da: inmediatez para soltar canciones urgentes y ruidistas como esos ‘Espiritus Helados’, que se quedarían flotando y revotando en las paredes del Siroco tras concluir tan mágica noche. Una en la que todos los factores coincidieron para disfrute de los allí presentes y en la que se cumplió con creces lo prometido.
Mejor un festín con amigos a una familia gigantesca, que decía James Douglas Morrison.