No hay nada que se salga del guion establecido en el nuevo disco de Spiritualized. O más bien tendríamos que decir que lo único que se sale del guion es, precisamente, que estemos ante un nuevo disco de Jason Pierce al frente de la banda. El peculiar músico afirmaba que “And Nothing Hurts”, su anterior obra, era la despedida de la banda. Después alargaba la gira de presentación de la misma, en la que pudimos disfrutar de su directo hasta en dos ocasiones, y el año pasado nos sorprendía lanzando un tema nuevo y anunciando el disco que ahora nos ocupa. Un trabajo, como ya os decimos, bastante continuista y que, por si fuera poco, arranca a través de su título, “Everything Was Beautiful” una frase que completa el del anterior y que es extraída de la mítica obra de ciencia ficción “Matadero Cinco”, de Kurt Vonnegut (“Everything was beautiful and nothings hurts”). Si esto ya lo tenía en mente su autor o no nunca lo sabremos. Pero, ¿quién somos nosotros para echar algo en cara al bueno de Pierce? Todo lo contrario, aquí tenemos siete nuevas canciones para seguir disfrutando de una de nuestras bandas favoritas.
En ellas nos encontramos todos esos ingredientes que marcan la personalidad del grupo, los que recorren las canciones de su anterior trabajo, al que ya calificamos como uno de los mejores de su carrera, y también los que les pusieron definitivamente en el mapa hace ya casi 25 años con su gran obra maestra, aquel “Ladies and Gentleman We Are Floating in Space” al que también parecen guiñar el ojo aquí desde la portada. Lo dicho, en sus canciones nos encontramos grandilocuentes capas de sonido, ambientes orquestales, una sección de músicos que, por momentos supera la veintena, y las melodías vocales en bucle de Pierce. Así suenan desde la inicial ‘Always Together With You’, con su sencilla declaración de amor, hasta ese western sonoro que es ‘I’m Coming Home Again’, en el que Pierce nos habla de sus experiencias cercanas a la muerte, sin estribillo y con el retorno a casa como mantra.
En medio, no faltan ruidosas rupturas instrumentales como la de ‘The a Song (Laid in Your Arms)’, o acelerones como el de ‘Best Thing You Never Had (The D Song)’, con los vientos azuzando (solo de trombón incluido) y los coros femeninos perpetrando un atentado soul. Tampoco medios tiempos clásicos con sabor a country, como el de un ‘Crazy’ en el que comparte voz con Nikki Lane, o ese ‘Let it Bleed (for Iggy)’, que nada tiene que ver con The Rolling Stones pero que sí que contiene unas explosiones muy brit pop en los estribillos. Pero si por un tema de la colección tengo debilidad es por ‘The Mainline Song / The Lockdown Song’, con esa eterna intro instrumental que te va preparando para el viaje. Sintetizadores, base rítmica kraut, vientos y coros forman un torbellino sonoro del que es difícil escapar. No hace falta hacerlo, porque cuando entra la voz se integra en él y de su mano seguimos girando y girando hasta volver a flotar en el espacio. Con ellos, nunca dejaremos de hacerlo.