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Pequeño Circo: Historia Oral del Indie en España

pequeño circo nando cruz

pequeño circo nando cruz

La casi mil páginas que conforman este “Pequeño Circo” dan para muchísimo, de hecho dan para casi todo, menos, eso sí, para definir con exactitud y concreción que es eso que se dio a llamar indie. Olvidándonos del concepto y dada la sana y objetiva forma en que se ha construido esta historia oral, que cada cual saque sus propias conclusiones. Aquí opiniones hay tantas como artistas, sellos o periodistas, cada uno relatando a su manera algo que no todos vivieron de la misma forma. El mismo autor del libro, Nando Cruz, se limita a firmar un prólogo en el que invita al lector a sacar sus propias conclusiones una vez informados minuciosamente de los hechos, amén del excelente trabajo de documentación y las largas entrevistas que fue realizando y transcribiendo durante dos años. Elaboró así al detalle el trabajo más completo y complejo sobre unos años, los 90, que en mi opinión sanearon bastante una escena musical que iba de cabeza al desastre y que, a diferencia de La Movida, supo crecer y mantener su espíritu libre a fuerza de apoyarla incondicionalmente para hacerla real.

Escribir sobre un libro es algo un poco extraño para mí, que suelo hacerlo únicamente sobre música, pero al tratarse de semejante volumen creo que merece la pena recomendarlo hasta aburrir, siempre y cuando te interese el tema. De ser así te aseguro que el magnetismo que desprenden sus páginas y la información que solo encontraras de esta forma aquí no tienen precio.

La primera característica que encontramos en la escena de los 90, y esto si lo distingue de otras explosiones, es su deslocalización. Así, la forma en la que se fue creando escena en los diferentes rincones geográficos del país fue muy diferente entre ellos. Esto es un hecho en el que no hay discusión y a mi parecer quizás sea de lo más interesante del libro.

Así pues, la estructura geográfica que el autor le da a la obra nos resalta como cada diferencia local se convirtió en una razón estructural. Cada historia varía según la geografía y precisamente la localización, de norte a sur, le da sentido y variedad. Por lo tanto, conclusiones tan autoritarias como la de que «el indie era para los pijos» son de una desfachatez y una ignorancia tremenda. Por poner un ejemplo ahí está el capítulo de Zaragoza, donde la mayoría de sus protagonistas pertenecían a la clase obrera. Sea como sea, medir el talento o la autenticidad por clases sociales me parece una tontería.

Hay también dos constantes reproches que se repiten durante todo el relato. Una es la falta de compromiso político y otra la exclusividad, algo que ha sido muy criticado, sobre todo por los periodistas. En mi opinión, y como defensa de la causa, diré respecto a esa exclusividad que yo también la viví en su día pero no creo que fuera una escena elitista. Gustaba a pocos y punto, pero esos pocos compartíamos una inquietud tan fuerte que con la primera señal, camiseta, etc. ya te sentías conectado y en sintonía con el resto, algo que hoy, con tanta información superficial no pasa. ¿Ahora quienes hacen camaradería? ¿Los miles que van a ver a Love Of Lesbian? Precisamente eso era lo que se evitaba, cierto intrusismo. Los Planetas o el Sr Chinarro hoy llegan a muchísima gente y han crecido en público pero son ejemplos aislados de cómo se crece con dignidad y principios. En cuanto a lo político, me quedo con el discurso quijotesco de Jota, cantante de los Planetas, quien desde el principio tuvo muy claro cuál sería la forma de hacer las cosas, sin retroceder un ápice en su ideal.

También son personajes claves otros como Luis Calvo o Carlos Subterfuge, que se agruparon y unieron fuerzas para que fuera posible y real una escena sin incidir en un sonido concreto. Precisamente un sello como Subterfuge en ese momento tenía un catálogo que abarcaba muchísimos géneros. Junto a ellos, los pequeños festivales como el Serie B o el primer Fib, los fanzines, Radio 3… todo se dirigió a sentar unas bases sobre las que se construyó algo parecido a una escena.

Y para terminar de llevar a buen puerto este gran trabajo periodístico que relata y captura en una foto lo que fueron los 90, en mi opinión la mejor forma de llegar a sacar una conclusión objetiva seria escuchar aquella época después de leer el libro o mientras lo estás haciendo. Así pues, hemos elaborado dos listas, una con los sonidos de aquella primera escena, que va desde los inicios hasta, digamos, el momento en el que despegó. Y para contrastar y afirmar si sirvió de algo o no, una segunda lista con algunos de los protagonistas supervivientes que, en mi opinión, están ahora en su mejor momento.

Por ultimo nos gustaría compartir la opinión de Fran Nixon, uno de los grandes protagonistas y quizás a quien más le toco vivir los extremos en aquella época además de ser, hoy por hoy, de los pocos que han sabido sobrevivir con salud y dignidad a ello. Nixon contestaba a una pregunta sobre que le parecía el libro en el portal musical Jenesaispop con la siguiente declaración: “No estoy de acuerdo con la tesis de fondo de que el indie fracasó por ser apolítico. Es anacrónico, todo el mundo era apolítico. Y con 20 años tampoco eres una persona formada, los habrá que sí, pero es como acusar de machista a la Antigua Grecia. Estás aplicando criterios de valoración actuales al pasado

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