Pablo Und Destruktion @ Teatros del Canal (16-03-2022)


Sorprende en el buen sentido que dentro de un ciclo de música sacra se programen artistas como Pablo Und Destruktion (sí, han leído bien). «Música que ni imaginas», este es el eslogan de la edición de 2022 del Festival Internacional de Arte Sacro y desde luego lo están cumpliendo. Celebrado en los Teatros del Canal, el artista asturiano llegaba a Madrid para presentar en sociedad su último trabajo discográfico, el recién publicado, «Ultramonte». Y lo cierto es que sí tiene algo de bíblica y mucho de apocalíptica esta colección, con la inconfundible homilía de Destruktion, impregnada de esta etapa confusa de tristeza, ausencia de libertades y regímenes del terror que nos ha tocado vivir. En el filo de la guadaña crítica de su lírica discurren temas como ‘Lobito’, ‘Culpable’, ‘Que Se Maten’ o ‘El Salto de Charly García’, clásico inmediato en el que llega a esbozar un camino para la salvación, al menos la individual.
Todo ello adquiere un tono aún más épico con su puesta en escena, pensada por y para la teatralidad, entre visuales, reverbs exotéricas, gaitas y demás confabulaciones paganas. Y es precisamente a estos rituales del amor y el desalme a los que Pablo Und Destruktion dedica gran parte de su sermón. Con la fuerza devastadora de un ángel exterminador en temas como ‘Conjuro de Cierre’ o ‘Cruz de la Trova’. Otras en cambio, como un simple paisano maldito, tirando de un folclore con el que conseguía emocionarnos. Ahí se enmarcan los silbidos de country astur con los que daba entrada al escenario a Fee Reega, destilando juntos ‘Esos Fueron los Días’. Borrachera sentimental que se propagaba a la nostalgia amorosa más cruda en temazos como ‘Medalla de Oro’ o ‘La Caja’, en los que acerca su estilo al cantautor más elemental. Un sendero infinito que anduvieron antes, con distintos andares, gente tan variopinta como Nacho Vegas, allá en la tierrina, o el colosal Townes Van Zandt en esa otra tierra carente de sueños al otro lado del océano. Igual es el invierno, pero ‘La Caja’ consigue partirme en dos y suscribo cada frase suya como una auténtica liturgia.
Entre medias de toda esa amalgama de emociones, repasaba algunos de los cortes que marcan su trayectoria, con especial énfasis a ‘Credo Paisano’ o una ‘Powder’ que no debería faltar jamás en sus oraciones. Con todo el pescado vendido, Pablo dedicaba palabras, cariño y tonadillas a capela a todos sus devotos. Fue otra gran noche de exorcismos en Madrid. Amén.