Orville Peck – «Show Pony» (2020)


Desde Canadá, el enmascarado Orville Peck saltaba a escena el pasado año con un arrollador debut discográfico. Su propuesta, nunca mejor dicho, daba un rodeo a la masculinidad mal entendida, reeditando en clave queer la mitología del cowboy americano. Lo hacía, además de con una puesta en escena impactante, con una colección de canciones sobresalientes y una de las mejores voces crooner de la actualidad.
Solo un año después, Orville Peck vuelve a su particular lucha melódica por liberar de ataduras los paisajes tradicionales de la América profunda. Un terreno difícil de conquistar en el que el cine ya hizo mella gracias a la reconocida cinta, «Brokeback Mountain», o a incursiones más recientes y valiosas por su carácter documental como «The Rider». Dos films que, paradójicamente (o tal vez no tanto), dirigen artistas nacidos fuera de los Estados Unidos.
En formato EP, «Show Pony» sigue explorando estos lugares, plagados de connotaciones que terminan por definir la leyenda del salvaje oeste. De ahí nace la historia detrás de ‘Fancy’, cantada con la gravedad que merece la letra, o los relatos de seres solitarios y resilientes de ‘Kids’ o ‘No Glory in the West’, una balada donde planea la sombra de Johnny Cash y que evidencia el peso de la tierra. Mitología que se manifiesta una vez más en ‘Legends Never Die’, en la que Peck forma dueto con Shania Twain uniéndose a su cadencia pop.
Y en su venazo más romántico y nostálgico, este extraño cowboy nos regala dos temas con aroma a verano caduco. ‘Summertime’ abre la lata con reminiscencias a grandes del género como Richard Hawley. Mención especial merece ‘Drive Me, Crazy’, uno de esos relatos de carretera al más puro estilo «Amor a Quemarropa». Melancolía sobre ruedas que se abre paso fusionando el country con el sentido melódico de los Primal Scream en su etapa más americana: riffs de guitarras cálidas, pianos emocionantes a más no poder y unas voces radiofónicas para rematar. En definitiva, un EP que nos deja otro buen puñado de canciones y con el que Orville Peck sigue dando rienda suelta a un estilo que cada vez es más propio.