Manchester Orchestra – «The Million Masks of God» (2021)


En febrero de este año Manchester Orchestra cerraban definitivamente la etapa de su anterior disco, “A Black Mile to the Surface”, con una grabación en directo en la que lo interpretaban al completo en el lugar en el que lo registraron hace ya cuatro años. Si bien cerraban así, de la mejor manera posible, el ciclo de vida de su quinto álbum, éste sigue completamente presente en “The Million Masks of Gods”, la nueva entrega de la banda norteamericana. Con la dupla Andy Hull – Robert McDowell como principales compositores, el grupo se afianza en un estilo con el que, sin renunciar a sus señas de identidad, puede abrirles de una vez las puertas a un público mayoritario de manera más que merecida. Sus canciones tienen unas melodías cuidadísimas, unos arreglos instrumentales tan sutiles como bien ejecutados, unos ambientes electrónicos delicados y una voz al frente que desborda personalidad. No se les puede pedir más.
“The Million Masks of Gods” viene temáticamente marcado por la muerte del padre de McDowell y la consiguiente búsqueda de una fe no tóxica por parte de quienes se consideran personas religiosas. También por una paternidad que lleva sobrevolando tiempo ya cualquier movimiento de Hull, como vimos en algunas de las canciones de su anterior disco. Todo ello termina por marcar unas canciones en las que la épica se presenta de la manera más cotidiana y natural, alejada de la grandilocuencia de otros grupos que sobreproducen sus discos hasta perder cualquier ápice de personalidad. Como muestra, solo hay que darle al play y disfrutar entrando en el viaje de la mano de ‘Inaudible’, tema de preciosas armonías vocales y coros etéreos. La siguiente, ‘Angel of Death’, bien podría firmarla una banda como Radiohead y acaba por mostrarse como una obra completa en sí misma, pasando por las diferentes fases sonoras de los Manchester Orchestra que hemos ido conociendo a lo largo de los discos y enlazándose a la perfección con ‘Keel Timing’, tema con el que desperezan las guitarras. También lo hacen en ‘Bed Head’, una de las canciones más directas del disco gracias a un ritmo de batería imparable y un estribillo para corear bien alto. Tras ésta, disfrutamos de los ambientes instrumentales de ‘Annie’, que son una auténtica delicia, y nos sumergimos en una segunda mitad de disco en el que prevalecen los medios tiempos, las guitarras acústicas y los entornos sonoros. Temas como ‘Telepath’, con arreglos de cuerda incluidos, se acercan al folk más minimalista mientras que en ‘Let It Storm’ son la batería y el teclado quienes conducen el tema hasta una guitarra distorsionada final que pone todo a arder. Otra composición cuidadísima que también es un viaje en sí misma. Después, en ‘Dinosaur’, nos sorprenden con una base rítmica funk sobre la que van deslizando arreglos electrónicos y los fraseos de un Hull que acaricia con una sensibilidad casi tangible. Y tras las más discretas ‘Obstacle’ y ‘Way Back’ cierran el disco con ‘The Internet’. Otro ambiente instrumental etéreo y vaporoso sobre el que las voces nos susurran hasta llegar a una parte final en la que un riff distorsionado toma el control para terminar de desatar toda la épica que llevan dentro.