Deftones – «Ohms» (2020)


Este año funesto se cumplen veinte desde la publicación de “White Pony”, un disco imprescindible para entender el metal del siglo XXI. De dónde venía por aquel entonces, en qué momento se encontraba y, sobre todo, hacia dónde se dirigía. No sorprende por ello que veinte años después los autores de aquella obra magna sigan causando revuelo cada vez que anuncian nuevo disco, más aún al no ser Deftones dados a las prisas. “Ohms”, su nueva obra, llega cuatro años después de “Gore” y, sin demasiadas sorpresas, deja claro que el grupo sigue en plena forma y su fórmula no caduca. Sí que nos encontramos aquí con algunos cambios, y es que ha vuelto el sonido característico de guitarras después de que Stephen Carpenter manifestara que en “Gore” no había quedado satisfecho con el resultado. Tal vez de ahí también el regreso a los mandos del productor Terry Date, con quien no grababan desde su disco homónimo, álbum publicado hace 17 años y en el que las guitarras también crujían hasta romperse, como lo hacen aquí.
Unos riffs más gruesos que un abrigo de invierno en la tundra, Chino escupiendo frases a su siempre personal manera, algunos efectos de voz, estribillos melódicos, interludios inquietantes con las guitarras como protagonistas y muchos cambios de intensidad. Esto es lo que nos ofrecen las diez canciones que forman “Ohms” y lo hacen mostrando todas sus cartas ya desde la inicial ‘Genesis’. Deftones en estado puro, como el que nos encontramos también en la opresiva ‘This Link is Dead’ y su extremo final, en la directa y más accesible ‘Radiant City’ o en la sinuosa y melódica ‘Headless’. ‘Pompeji’, por su parte, podría ser su nuevo ‘Digital Bath’ de no ser por la explosión metalera de los estribillos y en ‘Error’ es la batería la que marca el tiempo mientras las guitarras van apareciendo y desapareciendo como un fórmula 1 entrando a boxes. Destacable es también la progresiva parte final instrumental de ‘The Spell of Mathematics’, con unos matices que bien podrían explotar más en un futuro, o una ‘Urantia’ en la que se contrastan a la perfección las guitarras aceleradas con los oníricos ambientes creados por Frank Delgado, siempre presente en segunda línea. Y por si no hemos tenido suficiente ración de guitarras cierra el disco el tema que le da título, con un sonido tan excesivo de las seis cuerdas (o las que haya utilizado el bueno de Carpenter esta vez, que ya sabemos que es dado a usar guitarras con un mayor número de ellas) que prácticamente da igual todo lo que esté pasando a su alrededor.
A pesar de que seguramente “Ohms” no esté entre sus mejores obras no deja de ser otro disco notable que sumar a una discografía de lo más sólida. Eso, con 25 años de carrera a sus espaldas, ya es más que suficiente.