Arlo Parks – «Collapsed In Sunbeams» (2021)


El debut de Arlo Parks (Anaïs Oluwatoyin Estelle Marinho) era uno de esos lanzamientos musicales que marcábamos en rojo en nuestra agenda tan solo con escuchar sus primeros adelantos. Y en esta ocasión la intuición no nos fallaba. Con apenas unas semanas en el mercado, «Collapsed In Sunbeams» se colaba en lo alto de las listas internacionales de discos más vendidos.
La cantante británica es una de las sensaciones del momento en esa eclíptica etiqueta del neo soul y el R&B. Pero sus influencias y calado van más allá. Desde el spoken word con la que abre ‘Collapsed’ a la odiosa comparación con esa otra diosa del soul moderno como fue Amy Winehouse, patente como una sombra alargada en la salvaje ‘Hope’. Un rayo de esperanza para corazones sensibles, con un piano y una batería que dan testimonio del delicioso trabajo de producción que esconde este disco. Al vozarrón de Parks se suman trompetas que engrandecen el corte y un estribillo de esos que que enganchan a la primera. Ahí se cruza también el funk en ‘Just Go’ y la sugerente ‘Green Eyes’. En la misma línea, siempre sonando cruda, ‘Hurt’ o ‘Too Good’, fruto de ese binomio imparable entre rap y soul que tantas alegrías nos ha dado. Y es que aquí está sin duda uno de los grandes secretos de este álbum.
Siento pena y a la vez mucha envidia por todas aquellas personas que aún no conocen la figura de Nujabes. Siempre en el margen, nunca suficientemente reivindicado, este tristemente fallecido genio sembró en mí y en todos sus adeptos un nuevo horizonte para entender el rap. Aún recuerdo con emoción la primera vez que escuché canciones como ‘Another Reflection’ siendo aún un adolescente. La musicalidad y el virtuosismo con las que el japonés abordaba las bases es algo que conoce a la perfección Anaïs Oluwatoyin. No solo no esquiva la influencia directa, sino que hasta la cita en una de sus canciones (‘For Violet’). Y emulando al maestro, aquí nos deja su propia cosecha con temazos como ‘Portra 400’, ‘Bluish’, la etérea y melancólica ‘Caroline’ con sus magnéticos dejes africanos o la preciosista melodía pop de ‘Black Dog’, en la que el hip hop se mezcla con los sonidos más orgánicos. Cóctel de alta cocina que repite en ‘Eugene’, donde la base de rap más imparable se entrelaza con guitarras españolas. ¡Simplemente bestial, gracias por esto!