Cuando Algiers publicaron su anterior trabajo, “There Is y No Year”, ya nos quedó claro que la intención de la banda era seguir subvirtiendo estilos, triturar influencias y devolvernos una propuesta única. Tres años después nos ofrecen una obra todavía más ambiciosa. Casi una hora de nueva música en 17 canciones reunida bajo el título de “Shook” y en la que, además, se rodean de artistas más o menos cercanos a su propuesta (o actitud) para expandir todavía más su universo.
Es así como Zack de la Rocha sube la intensidad de una apocalíptica ‘Irreversible Damage’ ya de por sí cargada de agresividad en sus barras y que nos dice que nuestro tiempo se acaba. O como Billy Woods y Backwash se enfrentan a un duelo vocal de rimas con Franklin James Fisher en la monumental ‘Bite Back’, sin duda una de las cumbres del trabajo. Siguiendo con las colaboraciones, en ‘Out of Style Tragedy’ es Mark Cisneros, de The Make-Up, quién se sube a este carro de spoken word sobre base free jazz. En ‘I Can’t Stand It!’ son Samuel T. Herring, de Future Islands, y Jae Matthews quienes se ponen al servicio de la banda en un tema cercano al soul que Algiers practicaban, de manera más convencional, en sus inicios, y en ‘An Echophonic Soul’ escuchamos los sentidos vientos de Patrick Shiroishi en otro tema con recitado vocal.
Pero no solo de colaboraciones vive un trabajo que contiene canciones como ‘Everybody Shatter’, con ese tono celebratorio tan propio, de voces en comunión y las marcadas líneas de bajo de Ryan Mahan, siempre invitándonos a bailar sin saber muy bien cómo hacerlo. O ‘Green Iris’, que empieza como un tema casi gospel y acaba en un explosivo viaje de sintetizadores. Y es que son precisamente los sintes, junto con los bajos y graves, los grandes protagonistas de la parte instrumental, con las guitarras casi como comparsas o meras anécdotas, salvo en temas como ‘73%’, en la que nos ponen en alerta con la imprevisibilidad de unos At the Drive In, o en el latigazo de puro punk rock que es ‘A Good Man’ y que recuerda a aquella incendiaria ‘Void’, de su anterior trabajo.
En resumen, podemos decir que “Shook” es un obra caótica, incómoda e inquietante pero que basa, precisamente en todo ello, su mayor atractivo y que consigue, en estos tiempos que corren, de escuchas inmediatas y falta de atención, mantenernos enganchados a su música durante casi una hora. Y no solo eso, sino también que queramos volver a darle al play para seguir descubriendo los muchos matices sobre los que se sostienen sus canciones. Por todo ello, una banda como Algiers sigue siendo necesaria.