La semana pasada me llegaba el aviso en redes: Berri Txarrak lanzaban una edición especial en vinilo de “Eskuak / Ukabilak” con motivo de su 20 aniversario. ¿20 años? Pues sí. Han pasado ya dos décadas desde que la banda de Lekunberri publicaba el que fue su tercer larga duración y yo no puedo evitar sentir ese escalofrío que te recorre y te deja claro que el tiempo pasa, y no despacito precisamente. Por aquel entonces, servidor solo contaba 15 años y, siendo sinceros, no fue hasta el lanzamiento de “Libre”, su siguiente referencia, cuando conocí al grupo. No recuerdo muy bien cómo llegué a ellos. Probablemente fue a través de algún verano en aquel pueblo manchego en el que escuchábamos más punk y rock vasco que en algunas localidades de la mismísima Euskal Herria. Tal vez fue por la conexión idiomática con Kortatu, Negu Gorriak y demás proyectos de Fermín Muguruza. O tal vez fue por la colaboración de Tim McIlrath de Rise Against, otro grupo cuyos primeros discos quemamos en su momento con pasión adolescente. Sea como sea, cuando “Libre” entró en mi vida me caló hondo y, desde entonces, siempre han sido una de las bandas más importantes para mí. Creo que es tan poderosa su música y su mensaje que todos sus seguidores, seamos de dónde seamos y hablemos la lengua que hablemos, conectamos con ella sin que ningún tipo de barrera idiomática haya supuesto nunca un problema. No es difícil sentir que cada palabra, frase o melodía de Gorka va expresamente dirigida a emocionarnos.
Tanta fue la pasión con la que recibimos aquel “Libre” que no tardamos en indagar e intentar descubrir de dónde procedía aquello. De dónde venía este grupo, claramente influenciado por las corrientes metaleras (y su consiguiente inyección de rap) del momento, con un sonido de guitarras contundentes y unas melodías vocales de lo más personales. A “Eskuak / Ukabilak” le precede un debut homónimo y, tras él, “Ikasten” y viéndolo con la perspectiva del momento casi se podría decir que cierra una trilogía de maduración. Si bien es cierto que el auténtico salto, tanto de popularidad como de calidad, comienza con “Libre”, en la obra que nos ocupa encontramos resumido todo lo mejor de aquellos primeros años del grupo. Esos años en los que la urgencia te hace abrir el disco con un bofetón punk de aplastante bajo como es ‘Oihu’ pero en los que tu afán por seguir proponiendo cosas te llevan a cerrarlo con la melancolía minimalista del doblete de temas que le da título. Hoy en día me siguen erizando la piel esa guitarra y esa dicotomía lírica, siempre tan presente en sus canciones. Sus letras respiran a lo largo de todo el disco la rabia de una juventud oprimida en busca de libertad y no hay nada más universal que esa sensación en este mundo que nos ha tocado vivir.
“Eskuak / Ukabilak” fue grabado en los estudios Garate de Andoain, con Kaki Arkarazo, otra figura esencial para entender la escena musical vasca, como productor. Poco que reprochar a un sonido tan limpio como crudo, con el bajo de Mikel López siempre presente formando dupla rítmica con la batería de Aitor Goikoetxea y las guitarras de Gorka y Aitor Oreja sonando al volumen justo para darle el mayor protagonismo a las melodías vocales. Son precisamente estas las que realmente te traspasan y las que creo que han hecho siempre a Berri Txarrak una banda por encima del resto. El estribillo de ‘Ebidenteegia’, la parte final de una ‘Ez Dut Nahi’, con ese “ta nik ez dut nahi ego” que se te clava en el cerebro tras tres minutos de puro hardcore acelerado, o una ‘SMT’ en la que muestran su lado más pop para, precisamente, cagarse en lo establecido y poner sobre la mesa algunos de los problemas que, a día de hoy, sigue arrastrando la industria musical. Todas ellas contienen melodías por las que matarían infinidad de bandas y que solo están al alcance de unos pocos.
También encontramos en el disco partes rapeadas, o casi cercanas al spoken word. Algo que será más o menos recurrente a lo largo de toda la carrera del grupo y que podemos disfrutar aquí en su máxima expresión en temas como ‘Pangea’, ‘Biziraun’ o ‘Lehia’, en las que combinan los fraseos con riffs contundentes y estribillos o puentes melódicos. Y en el otro extremo nos encontramos con latigazos de hardcore hiperacelerado como ‘Zirkua’, uno de esos temas que en directo invitan a ponerse a resguardo, o el final de ‘Mundua Begiratzeko Leihoak’, en el que parecen convertirse en Korn.
Como ya sabréis, Berri Txarrak ponían fin a su carrera hace unos años tras nueve discos de estudio y una trayectoria de más de dos décadas. Lo hacían llenando recintos enormes después de haber sufrido una absurda y ridícula persecución que, durante años, les impedía actuar con normalidad en sitios como Madrid. La música terminó por imponerse y pudimos despedirnos de ellos como se merecían, llenando todo un Palacio de los Deportes. En aquel concierto, que siempre quedarán en nuestra memoria, sonaban hasta cinco temas de este “Eskuak / Ukabilak”. Canciones como ‘Stereo’, ‘Biziraun’ o una ‘Oihu’ que cerraba el concierto siempre han estado presentes en su repertorio dejando claro que, por muchos veinte años que hayan pasado desde la publicación del disco, éste sigue siendo una obra que suena total y absolutamente vigente.
Ilustración final: El Averigua
(Trayendo el disco hasta nuestros días, El Averigua firma esta viñeta como parte del homenaje).
Ver esta publicación en Instagram