Toy @ Siroco (Madrid) 13-03-2019


Con su cuarto disco recién salido del horno, Toy llegaban a la sala Siroco para presentar en sociedad las nuevas canciones de «Happy in the Hollow». Una colección que gana en oscuridad pero que sigue consolidando el coherente universo sonoro de los de Brighton. Una senda que no depara grandes sorpresas pero sí un pulido imaginario repleto de sonidos tenebrosos y evocadores.
Con algo de retraso subían a las tablas y el ritmazo de ‘Jolt Awake’ abría camino con una batería que en directo sonó siempre más orgánica que en estudio, perdiendo alguno de los matices de la producción pero ganando en una pegada que se hizo sentir en los tímpanos de los presentes. Un sonido que por momentos pecó de potencia y falló en la inteligibilidad de las ya de por sí susurradas letras de Tom Dougall. Más claro y brillante sonó su ‘I’m Still Believing’ del bien nombrado «Clear Shot». Pero centrándose en la presentación en directo de su ultimo álbum, con ‘Sequence One’ y ‘Mistake a Stranger’ los tonos graves tomaban protagonismo de la mano de ese bajista con pintas de haber escapado de alguna película de serie B de psicokillers de los 80. Las melancólicas ‘Move Througth the Dark’ y ‘The Willo’ quedaban algo sepultadas por un sonido incapaz de reproducir con fidelidad arreglos sutiles más allá del aluvión de decibelios. Una carencia que mejoró en ‘You Make Me Forget Myself’, convertida ya en uno de los temas más reconocibles de su último álbum.
No faltó la psicodelia de esa ‘Motoring’ cargada de sintetizadores, ni tampoco la explosión de distorsión que supuso la llegada del cañonazo llamado ‘Join the Dots’, con la que incendiaban una sala llena hasta las escaleras. Recuperando el aliento para encarar el tramo final del concierto ‘Last Warmth of the Day’ nos sumía en su sonido más atmosférico, el mismo al que apelaban más tarde con la magistral ‘Dead and Gone’, posiblemente uno de los mejores cortes de la banda, rescatado de su primer disco y que en directo tuvo la frescura y la energía de un hit. Aunque para electricidad la que quedaba para su frenético final con ‘Energy’, con la que se despedían en castellano de Madrid sin bises ni grandes florituras.