The New Raemon, David Cordero & Marc Clos – «A Los Que Nazcan Más Tarde» (2021)


Ramón Rodríguez, David Cordero y Marc Clos son tres músicos a los que la vida ha ido reuniendo, de manera más o menos directa, en varias ocasiones. La primera vez que sus nombres aparecieron juntos en un disco fue en 2016, cuando The New Raemon publicó “Lluvia y Truenos” junto a McEnroe. La unión surgió porque David ya había colaborado con Ricardo Lezón en Viento Smith y Marc Clos formaba parte de la banda de directo de Ramón. Fue entonces, en los sevillanos estudios de La Mina, dónde, aunque no llegaron a tocar juntos, sí pusieron en común algunas ideas y charlaron sobre la música ambiental de artistas como Brian Eno o Arvo Part. Algo debió quedar de aquello en sus cabezas y tras varias colaboraciones más en los siguientes discos de Ramón llegó la pandemia y el encierro domiciliario y sus cabezas empezaron a funcionar en sincronía. Cada uno, desde su confinamiento y aprovechando sus correspondientes estudios caseros, comenzó a grabar e intercambiar unas ideas que desembocaron en “A Los Que Nazcan Más Tarde”, un disco de protagonismo triple y que terminó de redondearse con la producción de Raúl Pérez y el master de Víctor García. Una historia tan bonita y tan de estos tiempos como lo son estas diez canciones, creadas para ser degustadas con dedicación y reposo.
Es tan importante aquí la voz en primer plano de un Ramón que se desprende de su inseparable guitarra como los ambientes sonoros que la arropan. Tanto es así que en numerosas ocasiones sus frases entran en un bucle que le arrebata todo el protagonismo para convertirlo en un mero instrumento más, a pesar de que sus letras están lejos de lo banal y profundizan en el paso de los años y lo importante y a la vez insignificante que es nuestra existencia. En lo sonoro, el disco queda bien definido por la playlist que David Cordero publicó para repasar sus influencias. En ella encontramos nombres como los de Björk, LaliPuna, el ya mencionado Brian Eno o unos The Cure que sobrevuelan todos los últimos pasos de Ramón y a los que éste ya versionó por partida doble durante el confinamiento junto al propio Marc Clos. Aquí está ‘Una Infancia’, con la ochentera línea de bajo del gran Javi Vega, como máximo representante de ello.
Menos orgánicos suenan en temas como ‘Plata Verdadera’, de cortantes ambientes electrónicos y efectos de sonido que nos envuelven como olas de un mar lejano y que son atravesados por la entrada de los graves y unos coros y efectos vocales tan sutiles como exquisitos. Representativa es también una ‘Corre, Caballo Viejo’ que arranca luminosa (casi podemos notar el sol golpeándonos en la cara a través de los árboles mientras escuchamos los sonidos de los pájaros) y nos deja, por momentos, la melodía vocal más pop del disco. O una ‘No Haces de Mí Lo Que No Soy’ con unas baterías programadas sobre las que la voz de Ramón baila como nunca (o como siempre). Y sutil belleza irradian también la orquestal ‘Cámara Lenta’ o la final ‘Lanzo Piedras al Mar’, en la que la voz se va dejando envolver poco a poco por capas de sonido para despedirnos con un mensaje de cierto optimismo: “Se vuelve a levantar el amor trascendente. Que todo, ni nada, ni nadie lo derrumbe.”