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The Arcs – «Electrophonic Chronic» (2023)
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The Arcs – «Electrophonic Chronic» (2023)

the arcs reseña nuevo disco

Entre discos de The Black Keys, su labor como productor y alguna referencia en solitario, Dan Auerbach todavía sacó tiempo en 2015 para iniciar un nuevo proyecto bautizado como The Arcs. En él se rodeaba de Leon Michels, Nick Movshon, Homer Steinwess y Richard Swift (músicos de bandas como las que acompañaban a Sharon Jones o Lee Fields) para dar rienda suelta a un sonido que tampoco difiere demasiado de lo que Auerbach ha ido proponiendo a lo largo de su carrera, pero que desembocaba en un álbum como “Yours, Dreamily”, de lo más disfrutable. Ocho años después, y con el fallecimiento de Swift en 2018 como telón de fondo (de no ser por ello, seguramente este disco habría llegado antes), el resto de amigos han vuelto a reunirse en torno a la figura de Auerbach, que hace de nuevo las veces de productor, para grabar este “Electrophonic Chronic” que, otra vez, tiene sabor a entretenido divertimento entre músicos afines.

El disco se abre con la elegancia de ‘Keep on dreaming’, en la que el falsete vocal del cantante, los coros e incluso ese rugoso punteo final les acerca al sonido de Woods. En ‘Eyez’, la cadencia del bajo nos sumerge en un estado de letargo acrecentado por la repetición de la melodía vocal. Y ‘Heaven is a Place’ es un medio tiempo de manual, con letra romanticona y unos golpes de graves con los que es imposible resistirse al contoneo. Bien podría venir firmada por alguno de esos nuevos popes del soul-rock elegante que llenan salas sin despeinarse (véase Michael Kiwanuka, por ejemplo). Tres motivos sólidos para caer rendidos, a las primeras de cambio, ante este trabajo.

A partir de ahí, y durante la siguiente media hora, el disco transcurre entre bajos juguetones, teclados, groove molón, coros femeninos, interludios instrumentales de sonido vintage, elegantes baladitas soul, ganas de hacer el amor a la luz de las velas y, por qué no decirlo, también alguna horterada mayúscula, como la de ‘Sunshine’ y sus sonrojantes “sha-la-las”. No le va a cambiar la vida a nadie pero seguro que le hará pasar un rato de lo más agradable a un buen puñado de los seguidores de Auerbach. 

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