Teletransportándonos desde el invierno navideño hasta el verano perpetuo del Mediterráneo, el dúo napolitano Nu Genea nos regalaba este año uno de esos discos que pasarán desapercibidos en las listas más mainstream pero que suponen un auténtico descubrimiento para unos pocos. «Bar Mediterraneo» es exactamente lo que reza su título, un comienzo en las raíces más profundas de la costa italiana, en una de esas ciudades portuarias donde, como en tantas otras, durante siglos se sentaron a la mesa del mismo bar las culturas de todo el Mediterráneo. Un lugar de encuentro que abarca desde Siria hasta el tapón de la bañera, entre Tarifa y Tánger. Una ventana al mundo desde la que iniciar un estimulante viaje a los años 80, donde el funky y la música disco iniciaron su proceso de colonización-descolonizado, con intercambios de ida y vuelta en todos los continentes.
Con el sabor de ese italo-disco tan localizado, ‘Bar Mediterraneo’ abre sus puertas al mundo con sintetizadores suaves y unos ritmos fabricados por y par el baile. Desde ahí al lado, el pueblito costero de Marechiaro inspira la imparable ‘Marechià’, donde Nu Genea mezclan francés e italiano y todo el buen gusto de cinco décadas de música disco. Una auténtica joya atemporal. No se queda lejos ‘Praja Magia’, un hit creado para mecernos por la pista con los ojos cerrados, soñando con otros lugares. Acercándose con su barca al norte de África, de ahí recogen los aromas sensuales de ‘Gelbi’ o una ‘Vesuvio’ donde el tribalismo se da la mano con los beats del funk.
Los vientos de influencia oriental se dan cita en ‘Rire’, mientras que se vuelven más graves en ‘La Crisi’ para hablar de todas aquellas personas condenadas a dejar su hogar y buscar una nueva vida justo ahí, en el Mediterráneo. En esta línea, con menos palabras y un solo mantra, ‘Straniero’ nos recuerda que todos somos extranjeros en alguna parte, con ese mestizaje musical donde todo parece ser bienvenido. Todo este viaje para volver siempre a casa, a sus orígenes con la magistral Fabiana Martone cantando en dialecto napolitano ‘Tienaté’. Es sin duda la canción que más he bailado este año, un clásico inmediato que borra las fronteras con una de las mezclas más futuristas que he escuchado jamás. Bravísimo, el de Nu Genea es uno de esos discos que debería pasar a la historia como patrimonio inmaterial de la humanidad.