Junco y Mimbre – «Junco y Mimbre» (2020)


Que son “tiempos de no” para la música creo que nos lo han dejado claro. El consumo audiovisual crecía de manera exponencial durante el confinamiento pero una vez hemos retomado las calles nos hemos topado con la cruda realidad, que no es otra que para la música hoy en día no hay normalidad, ni de la antigua ni de una nueva que mínimamente pueda sustituir a la otra. Con las expresiones musicales en directo reducidas casi a algo residual no nos queda más que intentar sostener a los grupos y toda la gente que vive de ellos comprando y escuchando sus discos, y el de Junco y Mimbre es uno en el que merece la pena invertir nuestro dinero.
“Junco y Mimbre”, que así se llama también el disco, es un debut, aunque no lo parece. Además, el grupo tiene poco más de un año de vida y cuesta entender cómo este periodo les ha sido tan productivo. Igual lo entendemos mejor si pensamos que a la aventura musical de la barcelonesa María Espinosa le acompañan músicos como Andreu Ribas, Marc Roca, Marc Fernández o Hug Vilamala, todos ellos sospechosos habituales por su paso o pertenencia en grupos como Wood, Mates Mates, Furguson o Germà Aire. También que han puesto a los mandos de la producción a Nuria Graham y Jordi Casadesús. Con todo ello han dado forma a media hora de música que es una auténtica delicia para los oídos.
El álbum se abre, precisamente, con ‘Temps de No’ y unas guitarras espaciales que nos ponen sobre aviso. En la nota de prensa se habla de Stereolab y Sonic Youth y algo de ellos hay aquí (más de los primeros que de los segundos). También de unos Slowdive que nos sobrevuelan por ese buen uso de la distorsión y la melodía, o incluso de unos Gang of Four o cualquier otro grupo de la explosión post punk más oscura y hasta bailable. Con todo ello saben jugar Junco y Mimbre. También hacerlo suyo en canciones como ‘Paret de Metall’, de teclados luminosos y unas guitarras distorsionadas que se van asomando tras cada frase hasta levantar un muro sonoro en el estribillo. En ‘Inici D’això’, donde muestran su lado más oscuro y ochentero, con una línea de bajo cruda como el sashimi. O en esa ‘Cada Cop’ en la que se sumergen en terrenos experimentales, con la trompeta de Raynald Colom en danza perfecta con la distorsión y la psicodelia. Un tema lleno de aristas, con acelerón final y una sorpresa tras cada esquina y que se convierte sin duda en el más excitante de la colección. Más directos se muestran en otros como ‘Res, Ja Està’ o temas que no superan los dos minutos de duración, como ‘Paradís’ o ‘Mar i Lava’, y que destacan por una sencillez que asusta. También en una ‘Sé Que Hi Ha’ que echa el cierre con la energía de una fiesta crepuscular y que desemboca en un corte final oculto rebosante de garra.