Hijos de la Ruina – «Vol. 3» (2021)


Hijos de la Ruina nacían hace casi diez años, con la carrera de Natos y Waor recién comenzada y un Recycled J que por entonces se hacía llamar Cool. Mucho ha cambiado desde aquello y con el paso de los años el dúo de raperos de Aluche ha abrazado el éxito desde la más absoluta independencia y siendo fieles al sonido de la vieja escuela y el de Carabanchel se ha ido labrando una carrera en solitario, acercando el rap a terrenos más pop y melódicos. Es por eso que la unión de estas tres patas es tan coherente como necesaria y tras un “Vol. 2” en el que ya exploraban nuevas sonoridades, en esta última entrega se liberan definitivamente de todo posible complejo para ofrecer su trabajo más completo.
Aunque rodeados de sus productores y colaboradores habituales (Pablo Gareta y Kiddo Manteca), en “Vol. 3” han variado su metodología de trabajo, dando forma a estas siete canciones a través de varias jornadas de convivencia. También destaca, como novedad, el protagonismo de Jack Sheehan, músico que ha aportado instrumentación real y que saltea el disco de líneas de bajo, arreglos y riffs de guitarra, e incluso punteos, que van desde el melancólico de la inicial y sobria ‘Nosotros’ hasta el más sucio y agresivo de ‘Más Alcohol’, tema de actitud punk y espíritu rockero. Y puestos a experimentar, por qué no adentrarse en el reggaeton llevándolo a su terreno. Sobre una base oscura lanzan cómodos sus líneas sin dejar de reivindicar de dónde vienen con frases como “yo le meto bien cabrón en un ritmo de reggaeton, pero si vienes al bolo veras pogos, no gogos”. Libre de prejuicios llega también ‘Sudores Fríos’, hit incontestable de ritmo machacón y un estribillo puramente pop irresistible. Misma fórmula en un ‘A la Tumba’ de bombo y caja y perfecta combinación de voces entre la melodía y el rapeo vieja escuela. En ‘Cuestión de Fe’, Natos y Waor se lo llevan a su terreno con una base oscura que demanda voces susurradas y que Recycled contrarresta con un recitado desbordante de flow. Y cierra el disco una ‘Dime Que Sí’ en la que de nuevo la guitarra predomina en la base y que toma todo el protagonismo en una parte final instrumental de ritmo breakbeat.
“Perros viejos pero trucos nuevos”, afirman en el ya mencionado estribillo de ‘Fuego, Fuego’. Así es este tercer volumen de unos Hijos de la Ruina dispuestos a seguir aumentando su legión de seguidores abriéndose a nuevos sonidos sin dejar de perder su esencia. “Mente de forraos pero corazón de punkis”. Claro que sí.