Cloud Nothings – «The Shadow I Remember» (2021)


Si en estos tiempos que corren necesitas un exorcismo, has llegado al disco adecuado. Abrasador desde la primera escucha, el nuevo álbum de Cloud Nothings sacude la tristeza a golpe de noise, hardcore y emo. Pocas bandas en la actualidad saben hacerlo mejor que ellos y aunque disponen de una discografía sin fisuras, con «The Shadow I Remember» tengo la sensación de que firman la mejor referencia de toda su carrera. De lo bueno, lo mejor. Una colección de canciones que brotan directamente de las vísceras, llenas de la personalidad inconfundible de la banda de Cleveland.
Nada podía salir mal si juntas el talento de un grupazo de hardcore, una pandemia mundial y la mano mágica del maestro Steve Albini (Pixies, Nirvana…) a cargo de la producción. Junto a él, Cloud Nothings editaba uno de sus discos más aclamados en 2012, «Attack on Memory», y en esta ocasión parece brindar unos horizontes más expansivos a la agrupación. Aunque si por algo destacan Cloud Nothings es por su portentosa habilidad para modular intensidad vocal y distorsión con las melodías más cálidas. Gran parte de culpa reside en tener a un cantante como Dylan Baldi, capaz de seguir líneas armónicas en la estela de los mejores Smashing Pumpkins y en cuestión de segundos terminar dejándose la garganta en un final catártico de puro screamo. Así se presentan con ‘Oslo’, para dejar desde el primer corte muy claras sus intenciones de pasarnos por encima. Siempre fieles a la velocidad y sobre todo a los guitarrazos, nos conquistan del todo con ‘Nothing Without You’, un temazo lleno de matices donde Baldi hace dueto con Macie Stewart. No menos admirables resultan esa ‘Sound of Alarm’ de cadencia variable y cruda o ‘Open Rain’, otra salvajada llena de ruido y riffs de guitarras que me recuerdan por momentos a mis queridísimos Dinosaur Jr.
Más abiertos al pop, nos dejan perlas brillantes como ‘Nara’ o algunos pasajes de la maravillosa ‘Am I Something’ donde cabe absolutamente de todo: melodía, punk y cánticos tabernarios para cerrar. ¡Bravo! Y es precisamente en esta otra vertiente más punk donde vuelven a atacar directos al corazón. Crudeza emocional y sonora en balazos como ‘Only Light’, el nervio urgente de ‘The Spirit Of’ o la rabia descontrolada de una ‘It’s Love’ que despachan en minuto y medio. De espíritu emo e igualmente ruidosa nos dejan la definitiva ‘The Room It Was’ o el noise cambiante entre la pesadilla y la psicodelia de ‘A Longer Moon’. Sencillamente bestiales, quitando el tapón de toda una bañera de frustraciones que ya estaban ahí y que la pandemia se ha encargado de llenar hasta el borde. Ellos han sabido convertirlas en canciones y no exagero si digo que este será con total seguridad premonitoria uno de mis discos favoritos del 2021. Ojalá verles pronto en directo.