Manteniendo siempre un perfil bajo alejados de demasiadas informaciones, Max Secreta son uno de esas pequeñas joyas que deja el underground de verdad. Ese que tampoco pretende dejar de serlo pero que ni tan siquiera se recrea en el propio término con sus odiosos aires de superioridad snob. Simplemente sacan al mundo lo que les pica por dentro. Y por suerte vuelven a regalarnos con este, «Quiéreme Siempre», otra colección de canciones que respiran ensoñación y dudas por los cuatro costados.
Desde el corazón de Madrid, Jaime Ripa y Javier Casado vuelcan aquí el imaginario de toda una generación de jóvenes que bordea la treintena. Rescatando el espíritu de Sierra y sus noches criminales por la capital, ‘Voy a Salir’ mezcla la urgencia de la vida en la megalópolis con ese aura de misterio donde nacen las inseguridades. Dejando atrás las noches más canallas, ahora todo tiene ese sabor a poso, en el que parecemos querer apurar lo que en ocasiones se siente como un último trago de algo. Algo que ni siquiera alcanzamos a explicar con claridad. Un estado mental y sentimental que se refleja en ‘Todos Quieren Sentir Más’ y en la magnética ‘La Hora de la Verdad’, donde la crisis generacional vuelve a llamar a nuestra puerta dejando frases brutales: «me siento raro temiendo lo peor, que esto no cambie o que no cambie yo». Todo ello con unos sintetizadores pop al más puro estilo Él Mató. Y siempre con el amor muy presente en la ecuación, para terminar de formar una gran nebulosa llena de secretos inescrutables que complica más aún el entendimiento de esta ciencia de los sueños.
Max Secreta dan en este EP rienda suelta a unas letras altamente cinematográficas, donde las capas de pop onírico se mezclan con pasajes llenos de imágenes. En medio de la fantasía y la pesadilla, la maravillosa ‘Telequinesia’ trata de traducir el lenguaje ininteligible del amor, mientras la fuerza de las pequeñas cosas vuelve a golpearnos en ‘Trizas’. Tema en el que las perfectas líneas de bajo de Brian Hunt (productor también del disco) sostienen un estribillo donde desde la sencillez vuelven a aparecer los miedos insondables. Una oscuridad que infecta la melodía de ‘Las Brisas’, un auténtico pelotazo a medio camino entre las atmósferas de The Cure y la cara más acelerada de Él Último Vecino en sus mejores hits. Con un ritmo imparable vuelven a fantasear con viajar a un lugar mágico donde ya no existan las dudas del romanticismo.
En definitiva, Max Secreta siguen sin tener la fórmula para resolver las grandes preguntas del amor y sus fases. Tampoco las de la crisis de los 30, pero lo que sí conocen es la emoción para hacer grandes canciones, firmando este disco sobresaliente. Ha costado mucho tiempo pero ya está aquí de vuelta uno de los secretos mejor guardados de la música madrileña actual.