[Actualidad] León Benavente – «Vamos a Volvernos Locos» (2019)


Llenar dos veces La Riviera sin despeinarse, ser gran reclamo de los festivales, copar portadas de medios musicales… León Benavente definitivamente han dado el salto, si no lo habían hecho ya, a los puestos altos de eso que seguimos llamando indie aunque torzamos un poco el gesto al hacerlo. Y solo han pasado seis años desde su debut discográfico, homónimo y que llegaba un poco al rebufo de su actividad como banda de Nacho Vegas. Ahora León Benavente son otra cosa, una bestia salvaje que empezó a soltarse la correa en “2” y que ahora ha terminado de cobrar vida propia con “Vamos a Volvernos Locos”, su disco más personal y también variado.
El desfile de influencias es aquí imparable, desde sonidos sintetizados que nos llevan al kraut hasta cálidas guitarras acústicas, pasando por momentos de inspiración crooner y otros de fraseados directamente cercanos al rap. Mientras tanto, sus letras oscilan entre la frenética rabia política hasta el romanticismo desatado y bañado por resacas, fiestas y crisis de pareja y de mediana edad. Todo lo que hemos disfrutado de León Benavente desde sus inicios se lleva aquí a un extremo que le sienta realmente bien.
También podríamos decir que es su disco más directo, el de más fácil digestión y el que más frases y estribillos dejará en tu cabeza ya desde la primera escucha. ‘Como la Piedra que Flota’ sirvió de adelanto y desde entonces esa melodía, casi rumbera y que clama por la vida (“tendré suerte, de dar un golpe fuerte, de disipar la niebla, de aprovechar el tiempo que nos quede hasta la muerte”) no ha dejado de acompañar mi día a día. Después llegó ‘Amo’, con sus oscuros teclados, su gruesa línea de bajo y su explícita letra a dúo con Amaral, y más de lo mismo. Y cuando profundizamos en el disco nos encontramos con otras como ‘Mano de Santo’, en la que es Miren Iza, de Tulsa, quien entrelaza voces con Abraham Boba, la ochentera ‘No Hay Miedo’ y sus baterías programadas, o la ultramelódica ‘Cancion del Daño’ y nos damos cuenta de que la colección de clásicos instantáneos aquí es digna de celebración. Aunque mejores en su versión más melódica y comedida, también hay tiempo en el disco para ese desenfreno que cierta lectura del título podría definir. ‘Disparando a los Caballos’ es un balazo enfermizo y tan desquiciado como la realidad que nos toca vivir, en ‘Volando Alto’ se acercan al rap de guitarras (¿nadie ha pensado aquí en Def con Dos?) y ‘Ayer Salí’ nos mantiene alerta durante sus más de cinco minutos con una narrativa desenfrenada. Y nada mejor para cerrar el disco que un tema como ‘Tu Vida en Directo’, que parece cantarnos a todos y cada uno de nosotros al oído.