[Actualidad] Courtney Barnett – «Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit» (2015)


«A veces me siento y pienso y a veces solamente me siento«. Con este brillante titular a modo de declaración de principios nos presenta Courtney Barnett su debut discográfico, una colección de once canciones en la que no sobra ni una. Un soplo de aire fresco, urgente, pasota y salpicado de ese barro con el que se ensuciaba el grunge (ahora le llaman garaje) en los 90. Courtney rompe del todo el estereotipo de «chica molona con guitarra». Sensiblerías y ñoñadas las justas o ninguna y para los que esperen todo de ella a partir de ahora ya avisa que nos va a decepcionar. «Colócame en un pedestal y te decepcionare”, grita en el estribillo de ‘Pedestrian at Best’.
La falta de pretensiones de la australiana a la hora de afrontar su primer álbum se ha convertido en la mejor virtud de éste y es precisamente eso lo que hace que el oyente conecte automáticamente con temazos como ‘Nobody Really Cares If You Don’t Go to the Party’, donde se debate ante la existencial duda entre quedarse en casa o salir a pegarse el fiestón. Todo un ejercicio de cotidianidad que en su particular registro nos involucra y le hace empatizar con su generación.
Tras darle más de una vuelta al repertorio la australiana decidió y apostó por hacerlo fácil, dejando de lado cualquier necesidad de impresionar o complicarse. El resultado se muestra en todo su esplendor en ‘Elevator Operator’, corte inicial en el que se cuela el espíritu del mejor rock independiente de los 90, acompañando una melodía decididamente pop con un mensaje anti suicida que se desmarca del pesimismo de aquellos años. En ‘Pedestrian at Best’ le quita hierro a su reciente presión mediática y lanza un single como toca, con potencia, alegría y un estribillo altamente contagioso. La simpleza y la belleza pop de piezas como ‘Aqua Profunda!’, ‘Dead Fox’ o ‘An Illustration of Loneliness (Sleepless in New York)’ las convierten en el reverso tenebroso del álbum, con esa dejadez, mitad timidez mitad chulería, con la que interpreta cercana al Lou Reed de “Loaded” y ese timbre que recuerda a ¿Sheryl Crow?.
Y sin querer hablar de géneros tan recurrentes y cansinos como el folk, digamos que su vertiente más intimista se muestra en ‘Depreston’, uno de los pocos picos de calma en contrapunto al ruido y la urgencia que rodea la obra. Otra que se desmarca de la reinventada formula «más es menos» es la experimental ‘Kim’s Caravan’, noise y psicodelia en justa medida con un in crescendo que más que explosionar implosiona. Y para finalizar, ecos del magnífico «Lost in the Dream» en ‘Boxing Day Blues’, donde Courtney vuelve a apagar la luz y a recuperar la calma, confirmando eso de que solo se es uno mismo cuando se está a solas. Preferiblemente a oscuras.