[Actualidad] Chucho – «Los Años Luz» (2016)


Vuelve el perro mágico con trece nuevos ladridos, capturados maravillosamente por Paco Loco y secuenciadas bajo el título de «Los Años Luz». Doce concretamente son los años que separan a la nueva referencia de su predecesor, «Koniec», y desde luego en mi opinión supera a éste, o como mínimo mantiene la calidad.
Fernando Alfaro parece ir sobrado de creatividad, desdoblando sus composiciones entre su ascendente carrera en solitario y el celebrado regreso, ahora ya por fin discográfico, de Chucho, la banda de nombre cariñoso y despectivo a la vez. Quizás la más bella virtud de estos años luz sea que suenan más a ellos que nunca y es que a mi entender era peligroso manejar repertorios paralelos sin caer en repeticiones. Afortunadamente el encanto de los albaceteños sigue intacto y se confirman como un núcleo solido e irreemplazable con Alfaro y Juan Carlos Rodríguez a la cabeza.
Una vieja sintonía de televisión anticipa el carrusel de contrastes en el que comienzan ironizando sobre sí mismos («sé que esto es un error pero no lo puedo parar«) y que continua con el primer mordisco salvaje, una ‘Flores Sobre el Estiércol’ de aflamencada melodía reforzada por un poderoso ritmo psychobilly. Casi sin tregua, la acusadora ‘Nadie es Inocente’ sirve de antesala a la cara más optimista del álbum. Con ‘Cosas Hermosas’, ‘Un Inmenso Placer’ y ‘Oso Bipolar’ nos devuelven a su vertiente más pop y nos hacen revivir sensaciones perdidas en el tiempo, conectadas a través del hilo invisible de la memoria a la delicadeza de ‘El Mundo en un Segundo’ o ‘De Aire’, por citar algunas del legado más reposado de la banda. Ecos de Love en la cabreada ‘Predicar en el Desierto’, contrarrestada otra vez por la bipolaridad que trae la calma a ‘Desidia’, donde al igual que en la triada anterior las emociones están puestas a flor de piel. La ternura y la agresividad (o todo a la vez) son protagonistas con unas líneas de bajo que arrebatan tanto como el propio texto o la melodía. Y creo que es esto lo que se echaba de menos en el repertorio de Alfaro, algo que solo el Chucho es capaz de plasmar. ‘Banderas Negras’, situada casi al final del álbum, es otra de las grandes, contando la historia de lo que pudo haber sido con aires Kafkianos («te has encontrado un gusano en la bañera y al ir a matarlo te preguntas ¿qué me ha hecho a mí el gusano..?, tu dale tiempo«).
“Los Años Luz” nos sitúa entre la ternura y la amargura, pero dejándonos una sensación sanadora al final de cada escucha. Despejando toda duda de si ha sido en vano este regreso, su nuevo disco nos demuestra que era totalmente necesario ya no que se reunieran, cosa que hicieron hace tres años para girar, sino que la honestidad les llevara a decidir si había que reencarnarse del todo o a medias. Y no, Chucho no es de los que dejen nada a medias. Alguien comparaba recientemente este tipo de reuniones con el hecho de volver con una exnovia. Si es así que sea con una de las que te marcó de por vida, con la que, por qué no, echar el mejor polvo del mundo. Chucho nos lo ha echado con “Los Años Luz”.