[Actualidad] Blur – «The Magic Whip» (2015)


Doce años han tardado Blur en publicar un nuevo disco tras aquel extraño “Think Thank”, surgido en Marruecos, de influencia electrónica y con la espantada del guitarrista Graham Coxon mediante. Reunidos a finales de 2008 y con una actividad más esporádica que constante desde entonces, el grupo fue limando asperezas, como pudimos comprobar en el imprescindible documental “No Distance Left To Run” hasta llegar al día de hoy, en el que cuentan ya con un noveno disco de estudio en su curriculum cuando no todos éramos demasiado optimistas al respecto.
“The Magic Whip” se ha publicado ahora pero su fase embrionaria comenzó en 2013, cuando el grupo sufrió la cancelación de uno de sus conciertos en Japón y se vio en Hong Kong sin demasiado más que hacer que componer y grabar canciones. Así, en cinco días dieron forma a una serie de demos e ideas que retomaron posteriormente de la mano de Stephen Street, productor con el que ya trabajaron en la época dorada del grupo a comienzos de los 90. De todo ello y alguna cosa más nació este “The Magic Whip”, decepcionante de primeras pero más y más cautivador con cada nueva escucha. Blur dan forma aquí a unas canciones que bien podrían formar su “disco de madurez” de no haber llegado este ya hace tiempo.
Aderezadas por el influjo asiático (más o menos en la medida que el continente africano influyó los temas de “Think Thank”) canciones como ‘New World Towers’ o ‘Ice Cream Man’ tienen mucho también de la carrera en paralelo del cantante Damon Albarn, quien el pasado año publicó su primer disco en solitario. También hay mucho de él en la oscura ‘Thought I Was a Spaceman’, que va creciendo hacia una electrónica dolorosa, o la crepuscular ‘Pyongyang’, que de tan seria y punzante podría ser censurada en la capital norcoreana. A pesar de que predomina este halo de seriedad a lo largo del disco el grupo no se ha olvidado de cómo crear esas canciones inmediatas, juveniles y capaces de conquistar el mundo a la primera escucha. Ahí están la inicial ‘Lonesome Street’, la inmensa ‘Go Out’ (¿cuánto hacía que Blur no componía un single tan claro y pegadizo?), la bailarina ‘I Broadcast’, una cálida y de bajo y cadencia funk ‘Ghost Ship’ o esa ‘Ong Ong’ que parece creada con la mirada puesta en los directos, con sus coros cien por cien coreables.
Gracias a todas ellas Blur acaban dando forma a un disco variado y un retorno más que digno, que te va conquistando con las escuchas y que exige un mínimo de atención. Una vez que se la prestes no podrás quitársela.