No hay nada que esté mal en el segundo disco de Carolina Durante. La banda madrileña ha conseguido lo más difícil, que era sobrevivir al éxito de ‘Cayetano’ y no convertirse en un grupo “one hit wonder”. Esa losa se la han quitado de golpe y porrazo reafirmándose como una banda de canciones con este nuevo disco. O una banda de hits, incluso. ¿Si a la gente le flipa ‘Cayetano’ por qué no hacer muchos más cayetanos? Parece haberse preguntado el grupo al componer esta nueva colección de temas en los que todo sigue igual. Todo sigue placenteramente igual, diría. Con tan solo cinco años de vida a sus espaldas, ¿qué más se les puede pedir? Tal vez solamente un mejor sonido, y eso también lo han conseguido. Más gordo, más potente y más directo, de la mano de un Carlos Hernández (todos en pie) que les entiende como nadie tras haberse convertido en su técnico en vivo. También han jugado aquí con ciertos efectos a través de las guitarras y, como dirían Nueva Vulcano, han llenado el disco de “coros a tuti”. Mucho cántico futbolero y muchas voces dobladas para hacer todo más atractivo de cara al directo.
El resultado son doce canciones, de las que prácticamente habíamos escuchado ya la mitad, despachadas en poco más de media hora a piñón fijo. Con un ritmo endiablado afirman no tener el secreto del éxito e ironizan sobre ‘Tu Nuevo Grupo Favorito’, ese que tan solo ha publicado dos canciones y que podrían ser ellos mismos como tantos otros. Vuelven a poner nombres a amigos que todos tenemos y nos regalan un estribillo que apesta a directo en ‘Granja Escuela’. Lo clavan al hablar de algunos personajes de la noche con frases como «él no está de fiesta, está de promo», incluida en ‘Famoso en Tres Calle’. O describen a la perfección el hastío que supone quedarse en la capital en pleno verano en una ‘Moreno de Contrabando’ de melodía pop y cierre punk, con Diego gritando eso de “sudor, guiris, Madrid vacía” ante lo que solo podemos aplaudir y asentir.
También a través de sus letras lanzan un guiño con la frase “yo solo quería pasarla bien” a todo ese nuevo indie argentino que tantas alegrías les (y nos) está dando. Así, en temas como ‘Colores’ se ponen tan épicos y espaciales que recuerdan a Él Mató a un Policía Motorizado. De más cerca son las influencias en ‘Yo Soy el Problema’, dónde el muro de sonido y la explosión de ruido nos recuerda a Triángulo de Amor Bizarro, acercándoles así a eso que unos llaman shoegaze y otros simplemente noise. Y, por rematar la triada de influencias, ese latigazo de impronunciable título lleno de rabia bien podrían firmarlo unos Mujeres que, tras unos cuantos años de carrera, han alcanzado el éxito ahora, precisamente al rebufo de bandas como los propios Carolina Durante. No hay duda de que el rock sigue en plena forma.